He estado oyendo de madrugada la última edición del programa 'Futuro Abierto', de Radio Nacional, sobre el tema de la "Reforma Constitucional". Donde entrevistaban a varios catedráticos de derecho constitucional con debida representación de las minorías—una mujer y un catalán. Suponiendo que las mujeres sean minoría; entre los catedráticos de Derecho Constitucional sí lo son al parecer. (Aquí se puede oír el programa).
El catalán estaba especialmente interesado en la equiparación de la mujer en la sucesión a la Corona, vamos, que casi no veía otro problema; en cuanto a la catedrática, deseaba un "encaje de Cataluña".
Es broma. "Atención ironía". A la señora le parecía bien la monarquía borbónica siempre que no hubiera preeminencia del varón, y el catalán estaba ahí como pata negra garante de que sabemos hablar civilizadamente de nuestro derecho a la preeminencia, y como autoridad a la que escuchar atentamente porque tenía verdades especiales que alumbrar sobre la naturaleza del problema que nos aqueja.
Y oigan, de futuro abierto nada: lo que se respira es que lo tienen ya hablado y bien hablado. Estos catedráticos son del sentir predominante en nuestro Arco Parlamentario, cómo no, un Arco en el que (no se me extrañen por favor) no hay ni un solo diputado que cuestione ni el Estado de las Autonomías, ni la Inmersión Obligatoria en las lenguas minoritarias. NI UNO ENTRE 350. Ya es raro, ¿no? Estos catedráticos también participaban de ese espíritu de consenso tan curioso que se respira por esas alturas enrarecidas sobre determinadas cuestiones.
Sea como sea, hay entre los catedráticos de derecho constitucional un consenso muy claro de que va a haber una muy necesaria reforma constitucional; de que la Monarquía es muy difícil tocarla, y de que por supuesto hay comunidades a las que es ofensivo considerar en el mismo pie de igualdad con los murcianos que habitamos el resto de España.
¿Que Cataluña ha de tener trato especial, como lo tiene "Euskadi"? Cela va de soi. Eso forma parte de las presuposiciones, y lo mencionamos sólo como atención al público oyente, que igual a alguno aún no se le alcanza, pero cuando lo oiga en Radio Nacional ya se le irá haciendo la luz. Lo del café para todos fue muy malo: es evidente que unos merecen café, y otros café, pastas, puro y chupito. Que aquí están los catedráticos para certificarlo, tras largos años de meditar sobre el tema. Lo malo es que lo hacen con aduciendo las razones más pedestres, simplistas y falsarios imaginables—los que son moneda corriente en el argumentario nacionalista.
El argumento era el "hecho diferencial" articulado principalmente sobre la lengua. Ni media palabra sobre los hispanohablantes mayoritarios en el País Vasco o Cataluña, o sobre que el 100% de la población de esas comunidades sean hablante de español también. No de vasco precisamente, ni tampoco de catalán. Vamos, que parecía que estábamos oyendo no a una colección diversa de catedráticos de derecho constitucional (que no sé qué les dan en la carrera) sino a una bandada de Jordis clonados.
Había matices, por supuesto: sobre Catalonia y el bosque de los Euskos había consenso, pero algún catedrático había estudiado más y le salían otras naciones con Hecho Diferencial: Galicia, Andalucía, y ahí lo ha cortado el presentador. Menos mal que no había catedrático canario, ni supremacista asturiano. A los navarros y valencianos me parece que los quieren incorporar por lo bajini a los condados o señoríos vecinos, cuando esté la cosa madura para la voladura final. De momento vamos a seguir trabajando en lo de la independencia en todo menos de nombre, que es en lo que estamos (y que es lo que Rajoy llama 'vuelta a la normalidad').
Ni media mención, por supuesto, al terrorismo y acoso nacionalista organizado durante 40 años en el País Vasco como un factor relevante, ni tampoco mención ni conocimiento del más reciente delirio colectivo del "vulém-vutá" en Cataluña. Ni al expolio organizado y okupación de las instituciones por parte de la partitocracia usando el Estado de las Autonomías en beneficio propio. No hay asignatura de eso en la carrera. Del llamativo brote naci que ha dado lugar al golpe catalán estrellado, con todo su apoyo organizado en la calle y en las cabeciñas de seso flojo, tampoco ni mención. Eso no entra en Derecho Constitucional. Sí que es cierto que también les parecía un cierto abuso, a los catedráticos, lo de tener que votar las reformas en referéndum. Se ve que son de los que están más a gusto en una Mesa de Partidos, esa nueva institución española destinada a puentear al Parlamento, que si bien es partitocrático hasta la médula es demasiado poco partitocrático, y sale demasiado en la tele.
Fuera bromas, era el tono: ignorando estas tensioncillas producto de nuestra constitución defectuosa, es la hora de reformarla, y de darle a Cataluña lo que se merece. Que es mucho más de lo que merecemos los demás, y se lo digo yo, que soy catedrático de derecho constitucional. Si no me entienden aún lo del Hecho Diferencial, vayan a Boadella, que siendo catalán se lo explicará de primera mano, como el Jordi más pintado.
Y así se va cerrando el futuro. Recomiendo, en lugar de estos repugnantes debates de la línea partitocrática oficial en Radio Nacional, las opiniones mucho peor vistas en medios oficiales que salen en Intereconomía y en EsRadio.
Aquí van un par.
Luis del Pino. "La centrifugación artificial de España."
- La
reforma de la Constitución." EsRadio
3 Dec. 2017.*
2017
- La estafa de la reforma constitucional." EsRadio 1 July 2017.*
2017
César Vidal, "La peligrosa impunidad de los golpistas".
Luis Herrero, "Esquina peligrosa".
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