Retropost #1917 (22 de diciembre de 2007): Feliciteishions
Feliciteishions
Publicado en Cómo somos. com. José Ángel García Landa
Felicidades a todos mis lectores por el solsticio invernal / cumpleaños de Cristo.
(A las lectoras las felicito otro día). Si me atengo al contador de
visitas deben ser los lectores felicitados más de los que normalmente
imagino, o en todo caso más de los que se manifiestan. Igual se sienten
obligados a ponerme un comentario contestando "gracias", jeje—es broma,
no os molestéis, ni tampoco os molestéis.
Qué cosas, en cuestión tarjetas navideñas estoy bajo mínimos; me llegan
bastantes en concepto de Sr. de Penas, pero lo que es "a mí - a mí", me
felicitan desde hace años tres o cuatro personas nada más, viejos
conocidos con quienes no tengo más contacto: una pareja de gays
mayorcitos, y también una antigua alumna... También una ex me felicita a
veces—y se me alteran súbitamente las pulsaciones. Si a eso le sumamos
una felicitación que me ha llegado de Albert Rivera, el hombre desnudo
de Ciutadans (—quizá más abrigado por estas fechas: ¡gracias, Albert!) y
la del presidente del Corte Inglés, pues somos realmente una extraña
pandilla. Aunque habría que ver juntos a los felicitados lectores de
este blog para ver otra colección de gente diversa, supongo.
También habría que ver, por el ojo de la cerradura de la mente, a
los grupitos y familias que se reunen efectivamente sólo por Navidad,
agregaciones de personas a veces igualmente arbitrarias. Nos atenemos a
nuestro grupito y nos deja de parecer improbable: los demás son cosas
que sólo existen en la imaginación.
Como tantas otras maneras de pasar las navidades, posibles sólo como
ejercicio cerebral. Atención, pregunta (dijo Cormac McCarthy)—¿cómo se
distingue lo que nunca ha sido de lo que ya se sabe que nunca será?
Y qué vueltas mentales en la sala de los pasos perdidos, a la hora
de mandar una felicitación a tal o cual persona, si será adecuado, si
habrás encontrado el tono apropiado, si habrán recompuesto el ambiente
en la pareja para mandar recuerdos a los dos o no, si enviar una
felicitación que quizá sea la última, o no, si se va a malinterpretar o
va a parecer intrusiva tu felicitación, si conviene pasar por casa de
tal o de cual, glubs... Las redes sociales son terreno minado. ¿Cómo
aburrirse en Navidad, con este First Life hiperrealista?
Y
eso que ni siquiera he empezado a poner el belén, que es otro aliciente
para mis compañeros de piso. ("¡Mira, somos papanueles!")
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