jueves, 31 de diciembre de 2009

Narratividad del fotoblog


Un conjunto de medios interconectados desarrollan una narratividad compleja sobre la que sería interesante reflexionar. Yo tengo fotoblog, videoblog o videoblogs, blog por triplicado—que es a su vez, a ratos, fotoblog y videoblog—y facebook, que es lo que es y además absorbe las notas del blog, las fotos del fotoblog y los vídeos del videoblog, al margen de que se puedan subir a él otras fotos y otros vídeos no incluidos en ellos, y escribir otras notas por extenso—aunque lo cierto es que no conozco a nadie que use Facebook como blog para escribir notas o artículos en él. En fin, que todo esto forma una red o galaxia de medios con interconexiones a veces autormáticas, a veces puntuales y manuales, alrededor de un proceso ya de por sí infiltrado por la narratividad, que es la vida de uno mismo.

Pero hoy me centraré en un aspecto de la cuestión. Ya hablé en otro artículo sobre los blogs y la narratividad de la experiencia; hoy me centraré en la narratividad particular inherente en un tipo particular de blog, el fotoblog. Y tomaré como ejemplo el mío—un fotoblog típico de Flickr, que tiene la ventaja de que es el que mejor conozco. Lo que diga será extrapolable en cierta medida a otros fotoblogs, aunque claro, cada uno desarrollará modalidades propias de narratividad dentro de las posibilidades ofrecidas por el medio, aunque se compartan muchos rasgos comunes con otros.

Primero lo primero. El fotoblog tiene, como cualquier blog hecho con un sistema automatizado, una estructura que lo liga al desarrollo del tiempo real: a los días y horas en los que el usuario ha ido subiendo fotos o haciendo cambios en él. Esta secuencia temporal de base es, digamos, la columna vertebral de su estructura. Dejaremos de lado, y meramente apuntada, la posibilidad de falsificarla, con ajustes técnicos que no están al alcance de cualquier usuario. Así pues el fotoblog tiene un principio, una mitad, y dos posibles tipos de finales: un final cerrado o un final abierto, con una zona de indeterminación entre ellos. El final cerrado se da cuando el fotoblog se ha abandonado claramente, o cerrado oficialmente. De lo contrario, la foto más reciente es un final más o menos abierto.

Aclaremos que, como en cualquier blog, el orden es más bien el inverso: empezamos por el principio que es el final, que es el presente, o el pasado más reciente, como punto de acceso privilegiado y más frecuente—y nos desplazamos atrás en el tiempo hasta el principio, aunque nada nos impide ir allá de un salto. Este movimiento de retrocesión es característico de la narratividad de cualquier blog, no sólo del fotoblog. Lo podríamos comparar al manga japonés, que empieza al revés que los comics occidentales. En la práctica no es tan diferente una vez se comprende la estructura de relevancia: lo más reciente es lo relevante, y quien quiera ir al principio y seguir otro orden también puede hacerlo.

Esta es la secuencia de base del fotoblog: la adición de fotografías a medida que se suman los días de la vida—mientras dura la vida, o más bien mientras dura el fotoblog, invento reciente.

Pero luego está el tema de las secuencias narrativas parciales, que complica la cuestión y es lo que le da interés. A eso iremos a continuación.

Y trataremos primero la secuencia mínima, donde la secuencia pierde su nombre: la secuencia narrativa que consta de una sola fotografía. Esta cuestión no es propiamente específica de la narratividad del fotoblog, sino de la narratividad de la imagen fotográfica aislada. Por tanto no es central para el tema que ahora me ocupa—aunque sí le dedicaré un momento. Una instantánea fotográfica es muy distinta de otra—en todo tipo de cuestiones en las que no entraremos, pero algunas de ellas tienen que ver con el tiempo y la narratividad. Algunas fotografías contienen un instante digamos autocontenido—en otras sin embargo pide salir toda una historia; son fotografías narrativas. Fotografías por ejemplo de un instante decisivo, muy difíciles de conseguir (estar en el lugar adecuado en el momento adecuado) y muy apreciadas por tanto por algunos fotógrafos (¡—de esas tengo yo pocas!). En estas fotografías se manifiesta con fuerza especial no sólo la historia que ponen de manifiesto, la secuencia narrativa de la cual la fotografía no es sino el epítome—sino también, y esto es lo que las redondea como fotografías, el instante preciso. La cualidad narrativa de esa fotografía viene a reforzar la naturaleza de instante de ese instante, y la naturaleza de instantánea (única, irrepetible, etc.) de esa fotografía: paradójicamente, el trasfondo narrativo enfatiza la instantaneidad de ese punto de acceso al mismo que nos da esta imagen.

Bien, una vez establecida la diferencia ente fotografías narrativas y no narrativas, hay que proceder a relativizarla y desconstruirla. Para empezar, enfatizando el papel del observador—pues son las aportaciones del observador a la imagen estática las que contribuyen mayormente a convertirla en un momento de una historia. Suponiendo provisionalmente que es el observador quien narrativiza, podemos pasar a observar que el observador puede narrativizar cualquier fotografía. En toda fotografía hay narratividad contenida, pues toda fotografía, siendo un instante del tiempo, es una señal de lo que la precedió y una premonición de lo que pudo seguir. Esto es así porque cualquier objeto fotografiable es también un indicio y fragmento de una gran historia narrativa—la historia de cómo sucedió todo, de cómo la realidad llegó a ser lo que es, por un proceso evolutivo y transformador. Cada cosa que vemos es un fragmento o metonimia de esa gran historia global—de la realidad como gran narración. Y todo momento u objeto (presente o fotografiado) puede encontrar allí su anclaje narrativo.

Una foto de una hoja en el suelo sugiere así unos ciclos temporales, de crecimiento y decadencia—a las estaciones, o simbólicamente a la vida— y nos lleva por otra parte a un momento histórico capaz de generar una fotografía de una hoja en el suelo. La hoja tiene su historia biológica inscrita en ella; el suelo también—¿está la hoja sobre una acera, sobre un coche? Habrá también una estilística histórica de la fotografía en la cual pueda encontrar su ubicación esta fotografía, pues no son hojas en el suelo lo primero que se dedicó a fotografiar el ser humano (sino más bien el rostro humano). En fin, que la foto de una hoja en el suelo es menos narrativa, pero también es narrativa—pues remite a procesos y secuencias temporales más generales que tienen implicaciones narrativas. Aparte, un observador dado puede extraer mayor o menor narratividad de esa imagen (por ejemplo como hemos hecho aquí). Hay una historia invisible detrás de todo lo visible.

Queda el hecho de que hay imágenes que serán más inmediatamente narrativas para la generalidad de los observadores—por su implicación en procesos de acción humana identificables e interesantes, por la manera en que remiten a imágenes ya cargadas narrativamente, o por la manera en que la imagen sea ya de por sí múltiple, una auténtica congelación de varios momentos y no sólo de uno.

Pero dejemos la narratividad de la imagen aislada, pues como he dicho antes no es la narratividad propia del fotoblog. La narratividad propia del fotoblog es una narratividad de secuencias fotográficas, comparable a la del álbum de fotos. Toda sucesión de fotos puede generar o sugerir secuencias narrativas más o menos consistentes, claras o definidas; dependerá de la tecnología de presentación, o de generación de secuencias, el que éstas adquieran mayor o menor consistencia y potencial de repetición. Así pues, la tecnología del fotoblog puede asimilar los potenciales de secuenciación de tecnologías previas, como por ejemplo (pongamos) la del álbum de fotos y la de la caja de zapatos llena de fotos. El álbum proporciona secuencias relativamente estables: nada impide reordenarlo, pero en general no se hace. Las fotos se pusieron en un orden, y generalmente lo conservan durante años, durante toda la existencia del álbum (con las disgregaciones y repartos parciales que se quieran imaginar). La caja de zapatos, en cambio, genera secuencias más móviles: las fotos se desordenan, cambian con facilidad a otra caja, aparecen en combinaciones inesperadas, diferentes cada vez. En el álbum es más frecuente que fotos pertenecientes a una misma época se presenten juntas—o que el mismo álbum sea parte de una colección de álbumes, y recoja las fotos de un determinado momento, con lo cual el propio álbum es un elemento narrativo subordinado a la secuencia mayor constituida por la totalidad de fotografías disponibles—sobre una familia, pongamos, o sobre la vida del fotógrafo, entendiendo el conjunto de sus fotografías como una autobiografía fragmentaria en imágenes. (A esta gran secuencia vital de la historia personal o familiar se subordinan también los fotoblogs, que por su naturaleza pública o potencialmente pública tienden a incluir menos fotos que los álbumes personales).

En la secuencia narrativa del álbum, caja o fotoblog se puede potenciar la narratividad de la imagen aislada. Una foto aislada puede contener una historia de por sí, pero en relación con otras fotos unos sentidos se acotan y limitan, otros se establecen y desarrollan. Dos fotos forman sistema semiótico, de establecimiento de paralelismos y diferencias, analogías hipotéticas, historias potenciales. Con más fotos, las posibilidades de sentido se multiplican. A veces unas pocas fotos forman claramente una secuencia: fueron tomadas sucesivamente, en el mismo sitio, en un corto intervalo de tiempo. Estas secuencias se definen a veces muy perfiladamente frente a otras: en otras ocasiones, la secuencia es dudosa, borrosa. Hay entonces aquí una gama continua entre dos extremos: hacer secuencia y no hacer secuencia. Una secuencia fuerte pueden ser variaciones de la misma foto: fotos de la misma hoja en el suelo, fotos de la misma persona en el mismo sitio posando con variaciones o sin ellas, fotos del mismo grupo... Los paisajes, la ropa, los actores, todo sirve de indicios para generar subsecuencias en la mente del observador. Hay secuencias de diversos tipos: por ejemplo, una secuencia de fotos pueden estar extraídas de la misma imagen, seleccionado o subrayando elementos que aparecen simultáneamente en la foto que genera la secuencia. No es un caso frecuente, por lo deliberado. Normalmente las secuencias obedecen a episodios de interacción de grupo, que invitan a la fotografía, o a desplazamientos geográficos, que también tientan a la cámara—o a experimentos formales, como las secuencias de fotos sobre hojas en el suelo, o sobre reflejos— o a intereses temáticos: acontecimientos, objetos de coleccionismo, iconos arquitectónicos, monumentos, etc.

Una ambigüedad hay sobre el término secuencia que hemos venido utilizando: pues puede referirse tanto a una secuencia continua como a una discontinua. La continuidad espacio-temporal refuerza la sensación de secuencia: pero una secuencia discontinua puede identificarse, dispersa a lo largo del álbum o del fotoblog, precisamente por las recurrencias temáticas, formales, personales o paisajísticas: Fotos de invierno. Fotos de playa. Fotos de Pibo. Fotos de Galicia. Autorretratos. Sombras. Reflejos. Etc. En todas estas agrupaciones temáticas puede intuirse o proyectarse una evolución temporal, una secuenciación, una narratividad (—los niños crecen; nos hacemos viejos; la ciudad cambia). Mención especial merecen quizá las secuencias "fuera de secuencia": las fotos que cronológicamente nos remiten a un momento muy anterior a su entorno inmediato—viejas fotos recuperadas, escaneadas e incluidas en el fotoblog, quizá—de manera que son una especie de analepsis fotográficas, remitiendo a veces a momentos anteriores al inicio del fotoblog.

El fotoblog proporciona instrumentos para resaltar algunas secuencias en forma de álbumes, galerías, colecciones...—fotos seleccionadas por su temática, o por el momento en que se tomaron, o por su calidad. Sin embargo, la mente del observador sigue siendo el mayor y más flexible generador de secuencias y agrupaciones.

Pero en todo lo dicho no se aprecian muchas diferencias entre el álbum (álbum electrónico, pongamos, como el iPhoto) y el fotoblog. La diferencia es naturalmente la especificidad del fotoblog: la conexión, la naturaleza pública, la interactividad, la capacidad de comunicación e intercambio con navegantes y fotoblogueros. Es en este sentido indirectamente fotográfico en el que los fotoblogs suponen una transformación radical de la fotografía, a través de los usos sociales de la fotografía.

Además, los fotoblogs incorporan una serie de herramientas y complementos más o menos opcionales en su utilización, pero que contribuyen a extender prácticas antes infrecuentes. Ahora la foto suele tener título (aunque se acabe acudiendo a numeraciones automáticas o títulos estandarizados). Puede tener comentarios del propio autor—y en Flickr tiene, de oficio, toda una serie de datos relativos a su naturaleza técnica, la cámara con la que se tomó, el momento de su origen... Se comprenderá que esto puede tener sus consecuencias a la hora de establecer secuencias narrativas que liguen diversas fotografías. Hay instrumentos para asociarlas a redes temáticas de otros fotógrafos, a temas (los tags o etiquetas que yo no utilizo) o a ubicaciones geográficas—con lo cual los puntos posibles de acceso al fotoblog se multiplican a través de la red: gente que busque fotos de caballos, de Zaragoza, etc. Y están los comentarios, cuando los hay—cada cual con su enlace, que no sólo pueden suponer un comentario técnico o estético de la imagen, sino que remiten cada cual a otros puntos de la red y otras secuencias fotográficas.

La integración entre palabra e imagen supondría toda una poética, en esta nueva dimensión de la fotografía. Por ejemplo, el pie de foto puede ser transparente y explicativo, o proponer un enigma para que el espectador lo resuelva a la vista de la imagen, o a la vista de otras imágenes del fotoblog. El título puede resaltar algún aspecto formal de la fotografía, o puede ser alusivo al momento de la composición, a otras imágenes recibidas, obras literarias, textos culturales, dichos, etc.—modulando un posible significado de la fotografía. Y mediante el texto se pueden ir enlazando así unas secuencias con otras—normalmente con otras previas, aunque todo puede reescribirse y modificarse a posteriori. Los comentarios también pueden introducir conexiones similares no previstas por el autor.

El fotoblog superpone título, imagen, comentario del autor y con frecuencia comentario de los visitantes. Entramos aquí en la intermedialidad, cuando la imagen ya no está sola sino que es parte de una red intertextual que la liga a otras imágenes o a otros textos, o resalta aspectos específicos, transformándola textualmente por así decirlo. Estos aspectos resaltados pueden ser narrativos, o formales, o temáticos. En todo caso, la imagen del fotoblog llega altamente mediatizada por su entorno fotográfico y por la nube de textualidad que se le va adhiriendo, que quizá crezca con el tiempo. Y por la nube de hipertextualidad, los enlaces, tags y páginas asociadas, que ejercen una influencia indirecta pero transformadora sobre las prácticas fotográficas.


Mil fotos

—oOo—

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Microblog de diciembre 2009

31 dic 09, 00:29
JoseAngel: Viendo AVATAR. Quizá un día la comente.
30 dic 09, 01:36
JoseAngel: Mon fils chante: http://vimeo.com/8439758JoseAngel: The Origins of Progress: http://www.kk.org/thetechnium/archives/2008/11/the_origins_of.php
29 dic 09, 18:06
JoseAngel: Maintained relationships on Facebook http://overstated.net/2009/03/09/maintained-relationships-on-facebook
29 dic 09, 14:05
JoseAngel: Timewarp: Que toda la vida es cine http://www.newscientist.com/article/mg20427311.300-timewarp-how-your-brain-creates-the-fourth-dimension.html?full=true
29 dic 09, 12:25
JoseAngel: La rebelión del becario: http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10702&enlace=0912/091229_z0_18.pdf&via=m&fecha2=2009-12-29
28 dic 09, 14:19
JoseAngel: La Universidad de Zaragoza, en la lista de precarios: http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10644&enlace=0912/091223_z0_crisis.pdf&via=m&fecha2=2009-12-23
28 dic 09, 14:11
JoseAngel: Filosofía moribunda: http://www.facebook.com/topic.php?topic=8130&post=82865&uid=55751336693#/group.php?gid=55751336693
27 dic 09, 17:35
JoseAngel: For No One: http://www.youtube.com/watch?v=UEv36g3Jk5A&feature=PlayList&p=47F5CE209379B029&index=5
27 dic 09, 00:41
JoseAngel: Leopardi, "L'infinito" http://visperasdenada.wordpress.com/2009/12/26/giacomo-leopardi-cantos/
26 dic 09, 21:00
JoseAngel: Veo "Slumdog Millionaire", donde lo que más impresiona son las imágenes de la India barriobajera. Y el clasismo feroz.
25 dic 09, 12:48
JoseAngel: Una felicitación de navidad sale volando, nunca sabemos cómo aterriza.
25 dic 09, 10:05
JoseAngel: La máquina del salario mínimo: http://pjorge.com/2009/12/21/la-maquina-del-salario-minimo/
25 dic 09, 09:38
JoseAngel: Monos de Campbell y sintaxis: http://www.terceracultura.net/tc/?p=1705
24 dic 09, 21:40
JoseAngel: El día en el que vimos "Lluvia de Albóndigas" antes de la cena de nochebuena. Supersize me.
23 dic 09, 13:10
JoseAngel: La Universidad insostenible: http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10640&enlace=0912/091223_z0_12.pdf&via=m&fecha2=2009-12-23
23 dic 09, 12:28
JoseAngel: Arcadi Espada: suicidio en navidad http://www.arcadiespada.es/2009/12/23/23-de-diciembre/
23 dic 09, 00:43
JoseAngel: Belle: http://vimeo.com/8340777
22 dic 09, 23:41
JoseAngel: Dialéctica de la crítica http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/dialectica-de-la-critica
21 dic 09, 16:22
JoseAngel: En otro Top Ten (Humanities Research Network): http://papers.ssrn.com/sol3/topten/topTenResults.cfm?groupingId=926394&netorjrnl=ntwk
21 dic 09, 13:20
JoseAngel: "Renato Ortiz: La supremacía del inglés en las ciencias sociales." Fírgoa: Universidade Pública 21 Dec. 2009.* http://firgoa.usc.es/drupal/node/45030
21 dic 09, 12:55
JoseAngel: Acabo de integrar mi fotoblog de Flickr con el facebook. Últimas fotos: http://www.flickr.com/photos/garciala/
JoseAngel: Aparece mi blog por SITEBRO http://es.sitebro.com/es5ce764920
21 dic 09, 11:40
JoseAngel: Arcadi Espada, el derecho a los toros http://www.arcadiespada.es/2009/12/19/19-de-diciembre-2/
21 dic 09, 00:24
JoseAngel: James Geary, Metaphorically Speaking http://www.ted.com/talks/james_geary_metaphorically_speaking.html
20 dic 09, 21:48
JoseAngel: J.C.Bermejo Barrera: La situación de la Universidad Pública es de bloqueo y despilfarro: http://firgoa.usc.es/drupal/node/45005
20 dic 09, 19:54
JoseAngel: Me enlazan la bibliografía en PHILLWEB: http://www.phillwebb.net/Topics/Arts/Literature/Literature.htm
20 dic 09, 12:02
JoseAngel: House of Leaves, by Z. http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/house-of-leaves-by-z
20 dic 09, 00:58
JoseAngel: Aparece El Teatro: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/aparece-el-teatro
19 dic 09, 23:31
JoseAngel: Doctor Túa y los Graduados, "Contra Todo" http://www.youtube.com/watch?v=QeT4sGsFiR8
19 dic 09, 19:23
JoseAngel: Narratology: An Introduction, re-Scribd: http://www.scribd.com/doc/24290482/Narratology-an-Introduction-Onega-Susana-Garcia-Landa-Jose-Angel
18 dic 09, 21:24
JoseAngel: Aragón catalán, la I República, el viento de Zapatero, Saharauis http://www.youtube.com/watch?v=d50VvpLCRD8&feature=sub
18 dic 09, 19:14
JoseAngel: Gonna Change My Way of Thinking http://vimeo.com/8247835
18 dic 09, 18:10
JoseAngel: Sad-voiced winds moan in the distance: http://www.historylink.org/index.cfm?DisplayPage=output.cfm&File_Id=1427
18 dic 09, 11:13
JoseAngel: Las obras de la Facultad siempre por llegar: http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10531&enlace=0912/091218_z0_5.pdf&via=m&fecha2=2009-12-18
18 dic 09, 10:19
JoseAngel: Aquí no hablamos catalán. Ni aragonés, por cierto.
17 dic 09, 23:29
JoseAngel: Una foto bonita me ha salido: "El cielo de agua": http://www.flickr.com/photos/garciala/4192955759/
17 dic 09, 16:35
JoseAngel: Me llega la Nueva Gramática de la Lengua Española (no "Castellana").
17 dic 09, 14:26
JoseAngel: Bonito disco a mitad de camino entre México y Huesca: ALLA DONDE VIVIA: CORRIDOS Y RANCHERAS EN EL PIRINEO (kikos)
17 dic 09, 13:17
JoseAngel: Robert Storey on EVOLUTION AND LITERARY THEORY http://www.umsl.edu/%7Ecarrolljc/Documents%20linked%20to%20indiex/Storey_on_E&LT.pdf
17 dic 09, 11:45
JoseAngel: Memoria de la Universidad de Zaragoza 2008-9: http://www.unizar.es/sg/doc/3_MEMORIA_CURSO_08_09_000.pdf
17 dic 09, 11:44
JoseAngel: Según Oscar, "Para mí es un honor que me nieve encima"
17 dic 09, 09:50
JoseAngel: Nieva mucho
16 dic 09, 18:46
JoseAngel: On Chesil Beach: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/on-chesil-beach
16 dic 09, 12:11
JoseAngel: You're a Big Girl Now: http://vimeo.com/8204557
15 dic 09, 23:33
JoseAngel: Prospecciones intertextuales: El plagio por anticipación http://www.ibercampus.es/articulos.asp?idarticulo=11661
15 dic 09, 13:45
JoseAngel: Ya. Pero nadie nos dice quien es el nuevo director de Universidades - o si lo hay http://www.icnr.es/articulo.php?n=091215015123
15 dic 09, 13:29
JoseAngel: Se meten con el currículum de Pétriz: http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10211&enlace=0912/091209_z0_6.pdf&via=m&fecha2=2009-12-09
15 dic 09, 07:12
JoseAngel: Matrix nacionalista en Cataluña: http://www.youtube.com/user/libertaddigitaltv
14 dic 09, 18:17
JoseAngel: Welcome to The Machine: http://www.ted.com/talks/kevin_kelly_on_the_next_5_000_days_of_the_web.html
14 dic 09, 17:33
JoseAngel: The Birth of the Computer: http://www.ted.com/talks/george_dyson_at_the_birth_of_the_computer.html
14 dic 09, 11:22
JoseAngel: Reseña de On the Origin of Stories, de Brian Boyd: http://www.americanscientist.org/bookshelf/pub/the-plays-the-thing
14 dic 09, 00:20
JoseAngel: Sobre el Sáhara: http://www.youtube.com/watch?v=4JXTnFqY6i4
13 dic 09, 23:10
JoseAngel: 3 de junio de 1905: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/3-de-junio-de-1905
13 dic 09, 12:02
JoseAngel: Veo THE READER, una buena adaptación de la novela de Bernhard Schlink sobre la culpa nazi: http://garciala.blogia.com/2008/082503-bernhard-schlink-el-lector.php
12 dic 09, 18:53
JoseAngel: The Fall, de Norah Jones - bonito disco.
11 dic 09, 18:05
JoseAngel: Contra la nueva ley del aborto y la política Zapatero: http://www.youtube.com/watch?v=fAD77RI_pjI&feature=sub
11 dic 09, 17:24
JoseAngel: Así funciona el país, y la disciplina de partido, y el doublethink: http://www.youtube.com/user/libertaddigitaltv#p/u/19/uaRxZ3Vw8Ok
11 dic 09, 15:47
JoseAngel: Un interesante texto de Bergson sobre la retrospeccón y la retroacción cognoscitiva: http://www.fabula.org/atelier.php?Bergson%3A_le_mirage_du_pr%26eacute%3Bsent_dans_le_pass%26eacute%3B
11 dic 09, 07:13
JoseAngel: Potocki: Formalización del trayecto vital: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/potocki-formalizacion-del
11 dic 09, 05:55
JoseAngel: Lista Psyart en Academia: http://lists.academia.edu/PsyArt
11 dic 09, 05:31
JoseAngel: El Islam y la integración: http://www.youtube.com/watch?v=WPryPiBg_NU
10 dic 09, 16:21
JoseAngel: Hoy estoy enfermo y me pierdo un curso del ICE sobre OpenCourseWare
10 dic 09, 14:10
JoseAngel: Sobre los bloggers y la ministra: http://www.youtube.com/watch?v=B4c2S-ZbrOo
9 dic 09, 11:06
JoseAngel: One Too Many Mornings: http://vimeo.com/8072246
8 dic 09, 19:46
JoseAngel: Por cierto, estamos en Zaragoza de nuevo, después de unos días en Biescas y un rato en las retenciones de Monrepós.
7 dic 09, 20:55
JoseAngel: El despilfarro municipal de la Expo continúa: http://destruirzaragoza.blogspot.com/2009/12/splashed-splash.html
7 dic 09, 11:50
JoseAngel: La teoría de la relatividad no es relativista-subjetivista, sino objetivista: http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/publicaciones/meadpresente5.1.html
6 dic 09, 13:12
JoseAngel: Tu Rostro Mañana: A success in storytelling: http://www.guardian.co.uk/books/2009/nov/21/your-face-tomorrow-marias-review
5 dic 09, 21:14
JoseAngel: Conversando sobre la ley y la ley detrás de la ley.
4 dic 09, 19:39
JoseAngel: Los catalanistas se lo llevan a manos llenas: http://www.youtube.com/user/libertaddigitaltv#p/u/1/GMydBYUuZg0
4 dic 09, 15:21
JoseAngel: Nuevo puesto para Felipe Pétriz: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/04/espana/1259929518.html
4 dic 09, 10:59
JoseAngel: Haciendo un informe sobre un libro de narratología y representación intermedial.
4 dic 09, 10:57
JoseAngel: Fotos para el Puente de la Inmaculada Constitución: http://www.flickr.com/photos/garciala/4157664756/
3 dic 09, 20:34
JoseAngel: ¿Por qué te grita el jefe? http://www.ibercampus.es/articulos.asp?idarticulo=11576
3 dic 09, 17:08
JoseAngel: Arcadi Espada: lo musulmán en Europa: http://www.arcadiespada.es/2009/12/02/2-de-diciembre-2/
3 dic 09, 13:21
JoseAngel: El modo del texto narrativo: diversas interpretaciones: http://www.miscelaneajournal.net/images/stories/articulos/vol7/Garcia7.pdf
3 dic 09, 12:49
JoseAngel: Enunciación, ficción y niveles semióticos en el texto narrativo: http://zaguan.unizar.es/record/4344
3 dic 09, 11:28
JoseAngel: Julián Casanova y la historia española del XX http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10170&enlace=0912/091203_z0_epa60.pdf&via=m&fecha2=2009-12-03
3 dic 09, 10:03
JoseAngel: Me refería al jodío TERCER INFORMANTE.
3 dic 09, 10:02
JoseAngel: I'ts always the ****ing THIRD REVIEWER: http://chronicle.com/blogPost/Its-Always-the-Third/9013/?sid=pm&utm_so
3 dic 09, 10:02
JoseAngel: Pues seguimos sin saber de qué se habla, lo siento.
3 dic 09, 01:58
me: Me suena que un anónimo "parecido" escribió aquí unas semanas atrás y nadie le dio respuesta. Igual esperaba alguna...
2 dic 09, 17:28
JoseAngel: (¿?)
2 dic 09, 17:13
anonimo: Nada que decir a mis palabras días atrás.El que calla otorga, el que dice compensa.Sea bienvenido al mundo de la indiferencia ocupe su cómodo puesto y obvie a todo el que sufre
2 dic 09, 11:31
JoseAngel: La UZ sube en el ránking. Pero gasta un 70% de más en cada metro cuadrado de obras. http://www.unizar.es/prensa/noticias/noticias.php?noticia=10083&enlace=0911/091130_z0_25.pdf&via=m&fecha2=2009-11-3
2 dic 09, 00:26
JoseAngel: Universidad: Mucho dinero, pocos hechos: http://www.ibercampus.es/articulos.asp?idarticulo=11514
1 dic 09, 15:30
JoseAngel: Nivel narrativo, status, persona, y tipología de las narraciones: http://zaguan.unizar.es/record/4326
1 dic 09, 09:22
JoseAngel: La narración no fiable: http://militeraturas.ning.com/profiles/blogs/la-narracion-no-fiable

martes, 29 de diciembre de 2009

El interlocutor interiorizado


Me he estado leyendo últimamente el libro de Antonio García Gómez Habla conflictiva como acción social, que analiza los diferentes posicionamientos de los hablantes a la hora de enfrentarse a otros en una confrontación verbal—algo que hacen asumiendo diversos tipos de yo, o de "self" como dice él no sé por qué.

García Gómez no presenta el yo del hablante como algo monolítico, sino más bien como algo mediado por una retórica y una pragmática interpersonal—el yo que se presenta y se manifiesta es el resultado de diversas estrategias posibles de posicionamiento, presentándose ya sea como un yo individualizado o como el representante de un grupo social, o de valores socialmente sancionados. Buena parte de la discusión va dirigida a negociar el posicionamiento social de los hablantes, su aceptación simbólica en un grupo socialmente prestigioso, o el rechazo de esta pretensión. O bien, al contrario, el hablante puede representarse a sí mismo delimitando una autonomía personal frente a un grupo.

"En lo que respecta a la construcción y negociación de las versiones del mundo a través del discurso, hemos confirmado que el self es un proyecto reflexivo, social y discursivo (Giddens, 1991; Lorenzo-Dus, 2000). En un episodio de habla conflictiva, los hablantes se valen de un complejo entramado de estrategias de cortesá verbal para categorizarse, compararse socialmente con el adversario e invocar para sí una identidad social concreta. Dicho de otro modo, los hablantes negocian las realidades opuestas que defienden en función de activar un posicionamiento determinado. Además, la activación de un posicionamiento u otro no es sino una construcción discursiva." (132)

Establece García Gómez un paralelismo entre los posiconamientos que adoptan los hablantes según su poder discursivo y los dos ejes fundamentales de la teoría de la cortesía verbal: estrategias de inclusión o búsqueda de solidaridad, y estrategias de exclusión o búsqueda de autonomía. Así, los hablantes con poder o con apoyo social se presentarán (en una confrontación o debate) como portavoces sociales autorizados, como un yo normativo que negocia el acercamiento del interlocutor al grupo prestigioso, o bien como un yo disciplinario que castiga al interlocutor y destruye su autoimagen. Los hablantes con menos asideros sociales se presentarán como un yo redimido, o como un altruista. Una estrategia posible es disociarse de su yo pasado e intentar acceder al grupo social representado por el interlocutor. En todo caso, la actuación discursiva discrepante negocia y redefine la naturaleza de los hablantes y la versión de la realidad que ofrece su discurso:


"la intención del hablante de introducir una versión diferente de la realidad que el adversario sostiene tiene como finalidad presentar unos valores distintos que provoquen un nuevo proceso de comparación social que favorezca, a su vez, la recategorización social del hablante, con el consiguiente cambio en su identidad social. Este hecho, finalmente, le asegura la movilidad social a una categoría socialmente aceptable". (133)

Si la actuación o posicionamiento de los hablantes socialmente reprobables es indefendible, y el interlocutor no ofrece un punto de encuentro, se presentarán los primeros como víctimas de la sociedad, o bien como seres antisociales, agresivos con el interlocutor.

El análisis llevado a cabo en este libro parece un tanto mecánico a veces, a modo de tesis doctoral—supeditado al método elegido y condicionado sobre todo por las características muy particulares del tipo de interacción conflictiva que analiza—un programa tipo telebasura británico (Kilroy) en el que los hablantes debaten y se posicionan claramente frente a un problema social o de comportamiento que afecta directamente a algunos de ellos.

Es interesante ver cómo los hablantes intentan justificar su postura con respecto a la afiliación con grupos e identidades sociales determinadas: en el debate, cada hablante, al posicionarse, perfila su identidad y se modela a sí mismo, o lo intenta, presentándose como imbuido de ciertos valores sociales o ciertas características que le trascienden, y que son representativas de procesos discursivos y sociales más amplios. O bien pretende dramatizar su desvinculación de un grupo indeseable y su nueva vinculación al grupo favorecido por los hablantes fuertemente posicionados (y por el público). Pero en general en los diálogos transcritos se aprecia (quizá dadas las características del programa, que prima la confrontación) poco interés por comprender la posición del otro, y una clara voluntad de arroparse en su propio papel y expresarlo coherentemente hasta sus últimas consecuencias. Mientras que otros actores pugnan por arrancar al hablante la máscara que elige ponerse y que cree que le favorece. Un actor social, nos dice Goffman, tiene como objetivo prioritario mantener la definición de la situación promovida por su actuación—y esto supone la sobrecomunicación de algunos aspectos de la situación, y la infracomunicación o supresión de otros aspectos (141). Todos somos tendenciosos, y grandes partidarios de nosotros mismos.

En otros tipos de conversación menos confrontacionales se aprecia menos claramente que en los debates de Kilroy, pero aun allí me ha llamado la atención muchas veces cómo cada interlocutor va a lo suyo, cada loco con su tema, y va desarrollando su propia línea de pensamiento, o la que quiere imprimir al encuentro conversacional, sin atender mucho a los intereses de los demás. A veces es casi delirante, y el discurso de cada cual parece más expresivo que comunicativo—el desarrollo de un identity theme, que diría Norman Holland. La conversación corre el riesgo de convertirse en un par de monólogos superpuestos o alternantes, con cada uno de los discursos ofreciendo una imagen favorable de quien lo promueve pero a veces sin mucho punto de encuentro.

Leyendo el libro de Erving Goffman The Presentation of Self in Everyday Life también se encuentran observaciones útiles para el análisis de la conversación. La tesis central de Goffman es que cada interactor social no sólo desempeña un rol social determinado mediante la actuación o la palaba, sino que además lo proyecta y lo representa activamente, dando señales sobradas de quién cree que es, de quiénes cree que son los demás interlocutores, y de cómo espera cada cual que se interprete la situación presente en que se hallan; para engrasar la vida social, conviene que haya pocos equívocos sobre el tipo de intercambio social que se está realizando—un encuentro profesional, una pausa en el trabajo, o lo que sea en cada caso. Así, la situación o encuentro social no sólo tiene lugar efectivamente, sino que se resignifica, se negocia o se modula desde el punto de vista de cada uno de los interlocutores.

En otros artículos hablé de cómo Goffman define a los sujetos actores, de cómo estudia su organización por grupos y equipos—no es bueno ni frecuente que el actor esté solo—y de cómo se distribuye el espacio social dividiéndolo en frente o escena y trasera o bambalinas, para presentar estas actuaciones al público. Normalmente un encuentro social se presenta como un equipo de actores (con acceso a bambalinas) actuando para otro equipo, el público, sin acceso éste a las traseras del teatro. Luego hay que añadir a los que no son actores ni público, y que normalmente ni están ahí, aunque a veces irrumpen e interrumpen la función.

Bien, pues en el capítulo cuarto, "Roles discrepantes", trata Goffman de diversos tipos de posicionamiento social intermedios o complejos, que hacen más complicada la división simple entre actores y público al ser por definición roles múltiples, superpuestos o ambiguos.

Una cuestión crucial en la representación social es que hay secretos. Los actores conocen secretos que el público no debe conocer—los secretos de las bambalinas, ligados al espacio no accesible para el público. Por tanto, una cuestión primordial en la actuación social es la dosificación de la información y la gestión de los secretos. Una importante función de los "roles discrepantes" es acceder a los secretos, o gestionarlos, complicando una división ingenua y simple entre actores y público. Los roles discrepantes más espectaculares son los que conllevan una falsa identidad: informantes, espías, plantaos.... (Nota: si un espía es alguien del público que se hace pasar por uno de los actores, un "plantao" es uno de los actores que se hace pasar por un miembro del público–pero que juega para el equipo de los actores). También hay inspectores, oficiales o de tapadillo—e incluso suplantadores de estas posiciones, "listillos" que se hacen pasar por miembros autorizados para inspeccionar a los actores, y hasta a los inspectores si te descuidas. O espías de la competencia—actores de otra compañía que se hacen pasar por inocentes miembros del público.

Aún define Goffman otros roles que pueden superponerse a éstos:
1) el de "no persona", como los sirvientes u operarios que convencionalmente no existen—o niños, viejos, y demás,
2) los especialistas profesionales de servicios, con acceso a secretos profesionales: médicos, abogados, etc.;
3) Los colegas—los de otro equipo—son aún otro tipo de rol discrepante, a veces competencia y a veces miembros asociados y conocedores de secretos por analogía)
4) los confidentes, que supuestamente se mantienen al margen pero son depositarios de los secretos de los actores.

Un rol discrepante que me interesa aquí es el de mediador—mediador entre dos equipos o entre actor y público: "el mediador se entera de los secretos de cada una de las partes y le da cada una de las partes la impresión de que le mantendrá los secretos; pero tiende a dar a cada una de las partes la impresión (falsa) de que es más leal a ellos que a los otros" ( 149). Hay algunos roles profesionales o institucionales afines a estos mediadores—como los capataces, mediadores entre patrono y obreros. O, también, los presentadores de un conferenciante—que median entre él y el público, "con frecuencia sirviendo como un modelo altamente visible para los demás oyentes, ilustrando con expresión exagerada el interés y apreciación que deberían mostrar, y dándoles pistas sobre si una observación dada debería ser recibida con seriedad, carcajadas o risitas apreciativas" (150).


Bien, todo esto viene a cuento de los roles conversacionales, y a ellos nos vamos acercando. La conversación también es una performance teatral, para Goffman, y aunque los equipos se turnen, normalmente uno de ellos (un equipo de un solo actor, normalmente) ocupa la escena. Esto es especialmente claro en el caso de la narración conversacional, cuando los demás oyentes ceden voluntariamente tiempo y preeminencia al narrador, y se constituyen en público paciente. Recordemos que, aunque en la acción intervengan diferentes grupos sociales y equipos, o aunque actores y público alternen sus papeles, hay una cierta tendencia espontánea según Goffman a generar en un encuentro dado una situación de interacción entre dos equipos.


"El rol de mediador parece ser especialmente significativo en el trato social informal, ilustrando de nuevo la utilidad del enfoque basado en dos equipos. Cuando un individuo de un círculo conversacional emprende un acción o discurso que recibe la atención concertada de los allí presentes, define la situación, y puede definirla de una manera que no sea fácilmente aceptable para su audiencia. Alguno de los presentes notará mayor responsabilidad por él de la que sienten los demás, y podemos esperar que esta persona más cercana a él haga un esfuerzo por traducir las diferencias entre hablante y oyentes a un punto de vista que sea más colectivamente aceptable que la proyección original. Un momento más tarde, cuando otra persona recibe la palabra y la atención, otro individuo puede encontrarse asumiendo el papel de mediador e intermediario. Una sesión de conversación informal puede verse, de hecho, como la formación y reformación de equipos, y la creación y recreación de intermediarios" (151)

De hecho podríamos llevar un poquito más allá el análisis de Goffman—pero en su línea de razonamiento, que nos hace pensar constantemente que el sujeto individual y la interioridad compleja se generan interaccionalmente—mediante la interiorización de la interacción social.

Así pues, una vez visto que cada individuo llega a una situación de diálogo con una identidad y un posicionamiento social, y con una línea de acción a la que atenerse—y con la voluntad de mantener esa faz pública, hay sin embargo una posibilidad de mediación entre su postura y la de los interlocutores, sobre todo una vez éstos manifiestan su propia postura, o manifiestan su reacción a la postura del hablante. Esta mediación se da en particular si el hablante desea un acercamiento a las posturas del grupo de interlocutores, o atraerlos a sí. El papel de mediador lo puede hacer un tercero, como hemos visto—pero también lo puede hacer un crítico interno, es decir, un tercero interiorizado. Así el sujeto modula su postura inicial y hace concesiones a lo que pueden ser otros puntos de vista sobre la cuestión que presenta, estableciendo un acercamiento entre su postura y la de los interlocutores, o la que se supone a los interlocutores.

(Pues aquí hay que diferenciar en cada caso las posturas manifiestas públicamente en el encuentro, de las "reales" o posturas que se manifestarán frente a otros interlocutores—y también de las posiciones discursivas o posicionamientos dialógicos implícitos, los supuestos en el discurso de un interlocutor, el "oyente implícito" que construye, y que va reconstruyendo o modificando con las pistas o indicaciones que recibe de los interlocutores efectivos. En estudios literarios se habla con frecuencia del lector implícito; en análisis del discurso hablado no se habla tanto de oyentes implícitos, pero haberlos haylos).

Así, el sujeto interioriza la propia situación conversacional y establece un dialogismo interno, que le lleva a asumir internamente papeles de interlocutor implícito o proyectado, y a responder a ellos con un discurso que si bien es el suyo propio, también es un discurso filtrado por un mediador interno, y adaptado a la situación conversacional efectiva. El discurso deviene así una mediación por anticipado entre "nuestra" postura y la de los demás, mediación que hacemos nuestra al menos provisionalmente. Quien argumenta bien, llega incluso a formular los argumentos del interlocutor mejor que el interlocutor, y a la vez a orientarlos, enmarcarlos adecuadamente y rebatirlos, incluso antes de que se formulen. Gran parte del razonamiento y exposición de una cuestión puede consistir así en la interiorización de un oponente, o la creación de la imagen virtual de un interlocutor más o menos distante de las propias posturas—un oyente resistente, como diríamos adaptando la noción del lector resistente de Judith Fetterley. Así, como Whitman, contenemos multitudes—y no sólo dialogamos con quienes tenemos delante, sino con nuestra versión interiorizada de ellos, ya por anticipado. Y también puede un hablante comenzar su discurso de modo tentativo, próximo a los interlocutores, o haciéndoles concesiones, para a continuación ir aproximando la argumentación a su terreno, si percibe que ha logrado atraer al interlocutor a una postura más próxima de la esperada, o de la mantenida inicialmente.

Aunque también se da el caso de que muchos hablantes se adaptan bien poco al que los escucha. Es, quizá, una cuestión de pocos recursos comunicativos—o de sofisticación comunicativa en el caso de quienes sí lo hacen.


Vencer, convencer


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lunes, 28 de diciembre de 2009

Una reseña de Theorizing Narrativity


Una de las revistas llamadas Atlantis es la de la Asociación Española de Estudios Anglo-Norteamericanos. Por una razonable iniciativa de su dirección, está disponible con libre acceso en la red. En su último número, de este mes, aparece una reseña, escrita por Marta Dahlgren, del volumen Theorizing Narrativity, que edité el año pasado con John Pier—reseña positiva en conjunto. Google nos enseña, en su Preview Wizard, algunos trozos del libro en sí.

Fue un loable esfuerzo supongo, esto de currarse una publicación "de las caras" en Berlín y Nueva York. Pero poquito a poco voy desapareciendo de las publicaciones académicas. No sé si tendré ímpetu o ganas de volver a aparecer por ellas. Sobre todo visto para lo que me valen— cero puntos me dieron por todas ellas, en el último recuento. Así que la alternativa es o tumbarme a la bartola y pasar de la Academia, o irme a trabajar a un sitio menos corrupto, donde no estén trucadas las oposiciones y los baremos.

Pero vaya usted a saber qué planteamientos tendremos sobre nuestra carrera dentro de un año, o de diez. Las cosas han resultado ser bastante impredecibles, y nada hace suponer que vayan a cambiar.



domingo, 27 de diciembre de 2009

sábado, 26 de diciembre de 2009

Lucille


Country-vals que cantaba Kenny Rogers.




Les faux soleils

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Hypertext in Hindsight


Por la red encuentro esta reseña que escribí hace trece años del libro de George P. Landow, Hypert-Text-Theory (1994)—está junto con otras del número de 1997 de la Miscelánea, que también editaba yo por entonces—incluso en edición electrónica. Aquí hay otra versión más legible que colgué más adelante, cuando la edición electrónica desapareció de la web. Ahora ha reaparecido mejorada.

Landow era profesor en Brown University, y cuando estudié allí en los ochenta ya pude ver algunos de sus montajes hipertextuales, como The Victorian Web, una base de datos hipertextual que ya entonces, offline, proporcionaba la ilusión óptica de lo que años más tarde sería navegar por la web, con integración de texto e imágenes, enlaces hipertextuales, y archivos multimedia. Tenían en marcha, en el Centro de Semiótica, varios proyectos hipertextuales, algunos de creación, otros de teoría en plan duro, empezando por lo que se llevaba entonces que era Derrida. Pero yo me limitaba al word y al Mac, que bastante trabajo me daban por entonces—eh, que hablamos de los ochenta, la era de la pantalla negra y letra verde para mucha gente.
La Web, que haría Internet manejable para la mayoría de la gente, se inventó pocos años después, generalizando los hipertextos de una manera que no habría soñado ni Ted Nelson fumao. Sobre todo con la llegada de los elementos "hágaselo usted mismo" de la Web 2.0, como este Blogger en el que escribo, y ya a nivel generalizado con el "se lo damos todo hecho" de Facebook, que podríamos considerarlo la Web 3.0: pronto ya tendrá uno su propia granja virtual generada de oficio, donde tu avatar irá currando sin que te lo mires siquiera, y carteándose con los avatares de tu red social.


Pero esto quedaba muy lejos allá por los principios de los 90. Cuando Landow escribía estos primeros libros ni siquiera pensaba en Internet—la base del hipertexto era un sistema de archivos autocontenido en un ordenador, tipo Hypercard. Ya en mi reseña me extrañaba a mí la ausencia de referencias a Internet—que se convertiría por supuesto en el hipertexto, pero eso pocos o nadie lo veían venir hasta hace quince años. Hace trece años ya decía yo esto:


Internet es, por supuesto, el hipertexto por excelencia, y se echa en falta en este volumen [en Hyper/Text/Theory] una teorización de las modalidades hipertextuales en red y de los programas de búsqueda (web browsers), entre los que destacan actualmente el Navigator de Netscape y el polémico Explorer de Microsoft. Las capacidades técnicas de las herramientas actualmente en pleno desarrollo serán un condicionante importante de las formas que asuma la hipertextualidad en los estudios literarios como en otros campos (un efecto saludable de la hipertextualidad será favorecer la interdisciplinariedad). Como algunas posibilidades de desarrollo interesantes, mencionemos los buscadores "inteligentes" o personalizados que seleccionan la información preferida por el usuario a lo largo de las diversas sesiones, o bien sistemas de transformación automatizada de texto electrónico en hipertexto mediante el establecimiento sistemático de conexiones e información en el marco de un servidor, de un conjunto de servidores seleccionados o en el conjunto de la red, mediante sistemas estadísticos más o menos personalizados. El Word 97 de Microsoft, por ejemplo, ya incluye la posibilidad de editar un documento como hipertexto, y el Netscape Communicator está equipado para permitir al usuario medio la edición de páginas HTML.

Qué tiempos. Enseguida aparecerían sistemas como los que yo "predecía", en la forma de los sistemas de blogs como Blogger o Blogia, los detectores de enlaces que dieron lugar a Google, los agregadores como Technorati, la sindicación RSS, los retroenlaces, la integración con los avisos por correo electrónico... luego las redes sociales—y el resto es historia contemporánea.

Aunque en realidad el enlace hipertextual no es sino una de las interfaces que hicieron esto posible: Internet ya era en sentido amplio un hipertexto, pues para el usuario, lo esencial era no el hipertexto como tal o el html, sino la integración de un comando y una información ordenada, en forma de texto—y esto lo daban las interfaces de correo electrónico, los primeros buscadores por feos que fueran, los foros de noticias y discusión en red, y toda una serie de sistemas que venían a converger en el ordenador: el hipertexto y la web serían uno más, y el que acabaría enmarcando y organizando a los demás. Pero esto no lo sabía ni Berners-Lee: la Web es un bonito caso—uno de los más llamativos—de serendipia exaptativa—William Gibson fue uno de los pocos que había visto, en Neuromante, algunas de las extrañas posibilidades contenidas en esta conectividad universalizada. Pero ahora mismo están pasando, sin duda, cosas extrañas en la red, cuyo significado no terminaremos de ver nunca, pues llevamos un desfase con el presente y con el futuro que posiblemente contiene.

Allá por el 93 no teníamos en mi facultad ni correo electrónico: mi hermana lo tenía en Ciencias, y yo no acababa de captar su importancia. Pero de todos modos fuimos con la Dra. Penas a exigir que nos cableasen, y pronto llegó el plan de Ethernet de la Universidad hasta nuestros Macs. Y una de las primeras cosas que hice fue poner en red mi bibliografía, con mucho texto pero poco hipertexto—gracias al programita ftp Fetch y a la ayuda de Sergio Salvador que me enseñó a manejarlo. Como hipertexto era la cosa mínima y precaria, desde luego: el propio finder del ordenador hacía de interfaz de búsqueda... a mano. Luego, en una versión más organizada, y ya con una portada en html, puse la bibliografía en el servidor de la Facultad que llevaba Luis Julve. Y siguiendo los consejos de éste compré un Adobe PageMill que permitía hacer páginas web sin saber HTML—el antepasado del Kompozer que utilizo ahora, y por supuesto de las mayores maravillas WYSIWYG que son los sistemas de blogs y las redes sociales. Con esta aplicación me dediqué de momento no a hacer diarios en red, que no estaba yo por la labor, sino a hacer la versión electrónica de la Miscelánea, y también la primera página web de mi departamento, aunque entonces esto no le interesaba a nadie y no había el menor interés (como no lo hay ahora tampoco) en hacer la información más accesible.

Luego, con el nuevo milenio hubo (para mí) un colapso de varios años al irse Luis Julve y entrar en precario el servidor de la Facultad. No pude modificar contenidos durante años, allí rabiando y haciendo paciencia a ver si volvía a buenas la cosa... hasta que me animé a hacer lo que tenía que haber hecho desde el principio, y me migré con la bibliografía y todos los aperos al Centro de Cálculo de la Universidad, donde me dieron un espacio del cual me temo que abuso, pero me aguantan de momento. Allí empecé el año 2004 a colgar en red mis publicaciones, y empecé la primera versión del blog que estamos leyendo. Aunque inmediatamente me pasé a los sistemas automáticos que habían aparecido entretanto—a Blogia, y a Blogger, empecé más a pedales, reproduciendo con desfase la evolución que habían seguido las cosas fuera de mi horizonte. Luego me abrí un fotoblog en Flickr, un videoblog en YouTube... y apareció Facebook, que succiona e integra todos estos sistemas—y a toda la gente: este año se ha apuntado toda mi familia a Facebook, aunque yo llevaba años ahí esperándoles en solitario sin red social en la red social. Y aún soy el que más postea, creo, pues ahí van a parar las cosas que pongo en otros blogs.

En el caso de este blog elabora Facebook un duplicado automático—con unas versiones un tanto patateras de lo que encuentra en él, pero va mejorándose: igual un día hasta aprende a poner guiones largos. Los vídeos de YouTube que pongo en mi blog se los salta, pero por otra vía pasan allí automáticamente sin problemas, al igual que las fotos de Flickr. Así que mucho adelantado tiene Facebook para convertirse en el agregador universal en red. Aquí el que más integra es el que se acaba llevando el gato al agua—only connect, que decía E. M. Forster, y no sabía ni lo que decía.







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viernes, 25 de diciembre de 2009

Gonna Change My Way of Thinking


Una pesadilla de canción, buf.... (No me refiero al resultado, je—sino a las dificultades para tocarla. Salvadas gracias al Quicktime y al iTunes).






Creo que Bob Dylan también la tocaba con truco y con ayuda, pero no me hagan caso.

jueves, 24 de diciembre de 2009

The Magic of Christmas Day


Una bonita canción de Céline Dion, y felices fiestas a quienes pasen por aquí—y, vale, también a los demás.





A New Day Has Come

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miércoles, 23 de diciembre de 2009

It's Only a Whiter Shade of Pain


Ensayando ensayando, entre los múltiples telefonazos que hoy se me han juntado para asediarme por alguna razón, voy extrayendo estas dos canciones. De Katie Melua y Procol Harum.

It's only pain:







A whiter shade of pale:








Semilla negra

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martes, 22 de diciembre de 2009

Ways in which culture drives evolution


An article in the forum On the Human, by Mark Stoneking, discusses ways in which cultural developments, far from "preventing" or putting a stop to human evolution, may be actually driving it. The issues are focused from the viewpoint of a molecular geneticist—natural selection of certain genes under specific cultural conditions, lactose tolerance, sickle-cell anemia, etc. I add the following comment:

Perhaps the most relevant ways in which culture may drive human evolution are left undiscussed. One: weapons of mass destruction (or their environmental equivalents). Once humans acquire the power to destroy most of their own populations, and use it, the surviving gene pool may show significant statistical variations with respect to the previous one. Perhaps hypothetical yet, but don’t rule it out. Two: Differential reproduction in different cultures. E.g. here in Spain slightly more than one child per couple; African populations have other habits. Chinese policies about number of children, etc.- All of that is relevant. Three: Increased communications mean an increased choice of mates for sexual selection. Some people likely to get married in a small agricultural community are likely to stay unmarried, with their genes de-selected, in a different régime of communications. And there may be other issues as well.


lunes, 21 de diciembre de 2009

Redes, regiones y públicos


El tercer capítulo de The Presentation of Self in Everyday Life, de Erving Goffman, se titula "Regions and Region Behaviour"—tras estudiar los sujetos actores y su organización en grupos, ahora estudia el espacio preparado para, y acotado por, la interacción pública. Añadiré algunas observaciones sobre la aplicación de estos conceptos a la interacción en red y a los blogs.


"Una región puede definirse como cualquier lugar que está delimitado en cierta medida por medio de barreras impuestas a la percepción. Las regiones varían, naturalmente, en la medida en que están delimitadas y según los medios de comunicación en los que se dan las barreras a la percepción" (106).

En el espacio humano físico: fronteras, espacios públicos y privados, instituciones con o sin acceso, puertas, cristales, cortinas... Goffman señala cómo determinados tipos de actuación e interacción van unidos a determinados espacios o los requieren, y viceversa, cómo los espacios están habilitados para la organización de la interacción. Los números o espectáculos desarrollados por los equipos tienen su espacio—y su tiempo, pues otras barreras son las temporales.

Los distintos medios de comunicación pueden entenderse, según sugiere Goffman, como distintas regiones, con sus subdivisiones o barreras inmateriales, que acotan temporal y "espacialmente" (pero aquí el espacio es muchas veces virtual) las distintas interacciones. En los medios electrónicos hace falta disponer de la señal adecuada y del receptor adecuado—lo cual es ya una acotación o barrera, por pública que sea la interacción. Cada medio (radio, TV) está acotado en cuanto a su capacidad de transmisión y la gama de señales disponibles. Internet, por su naturaleza más distribuida, es en sí mismo un gigantesco espacio público de interacción, una región a la vez tecnológicamente acotada e inmensa, con sus propias barreras virtuales, obstáculos, y espacios acotados—cada página, blog o sitio web es un espacio tal.

Las regiones tienen, según Goffman, una estructura teatral, con una "delantera" o escenario donde tiene lugar la interacción pública, y una "trasera" o bambalinas, donde los actores se ocultan a la vista del público y se cuecen las cosas no visibles en presentación pública. La Red es en gran medida un escenario o delantera, pero también puede haber secciones con carácter de bambalinas, relativamente a otras—por ejemplo lo que sólo ve el administrador de un sitio. Aunque gran parte de las bambalinas de la red están en los ordenadores personales (o institucionales) de cada cual, y son lo que está offline— lo que está online es en este sentido (en mayor o menor medida) más público—por oculto que pueda estar es accesible para un hacker.

Un frente de interacción puede tener un equipamiento semiótico o instrumental unido a la actuación en cuestión: una "ambientación" (setting) que muchas veces es parte esencial de la interacción: la consulta de un médico, por ejemplo (que también tiene su trasera o bambalinas). Goffman distingue entre cortesía, el tratamiento directo verbal o gestual entre los actores y el público, y decoro—o sea, el comportamiento y palabras de los actores en público, a la vista o alcance auditivo del público, aunque no con el público. Hay normas de cortesía y de decoro en Internet como las hay fuera de red. El término netiqueta podría incluir ambas dimensiones, cortesía en red y decoro en red: uso correcto de imágenes, respeto a la privacidad, adecuación lingüística, tono y tratamiento adecuado, etc. En cuanto al setting, cada sitio web viene por definición con su instrumental semiótico que no sólo lo identifica sino que lo constituye: aspectos como nombres, logotipos, decoración, etc. pueden ser secundarios y variables, pero como parte de la ambientación del local (o quizá sea mejor decir del como parte del instrumental) habría que incluir las distintas funcionalidades comunicativas de cada sitio web: posibilidad de interacción, acceso a información sobre novedades, comentarios recientes, visitas y contadores, etc.—cuestiones todas que pueden ser más o menos públicas, más o menos parte del frente o escenario o de las bambalinas inaccesibles del sitio web.

Las cuestiones de maneras de los actores son más relativas a la cortesía; las cuestiones de su apariencia son más relativas al decoro. (Luego distingue Goffman entre aspectos morales e instrumentales del decoro que debe observarse en cada local o cada encuentro social). El decoro tiene mayor alcance que la cortesía, por el mismo hecho de que puede ser examinado por el público aun en ausencia de ninguna acción concreta por parte del actor: "Los actores pueden dejar intencionadamente de emitir expresiones, pero no pueden evitar el emitirlas espontáneamente" (108).

Todas estos conceptos conectan con las reflexiones de Goffman, en otros libros, sobre el orden público—y también sobre lo sagrado cotidiano. En lo sagrado cotidiano se incluye la persona del otro; y los requisitos de decoro de los locales sagrados (iglesias, santuarios etc.) forman igualmente un continuo con el decoro requerido en los locales de trabajo u otros lugares públicos.

 Una forma de decoro a mantener en el lugar de trabajo es la de aparentar que se trabaja (se esté trabajando o no). Es decir, es indecoroso no trabajar y dar señales de que no se trabaja, o trabajar emitiendo señales de que no se trabaja, mientras que no es indecoroso no trabajar y emitir señales de que se está trabajando. Será improductivo o inmoral o ilegal, o engordará, pero no es indecoroso.

Hay distintos grados de confianza, o de estar en el ajo en un equipo de trabajo, para controlar quién tiene acceso a las traseras o bambalinas, y a conocer el grado real en el que se está cumpliendo con las tareas oficalmente proyectadas. En lo más hondo, cada trabajador es su propio inspector, y uno de los últimos recovecos de las bambalinas está en la cabeza de cada cual, en el conocimiento de cada actor sobre su grado de cumplimiento con las apariencias proyectadas ante los demás miembros del equipo.

+Pero volvamos sobre las bambalinas entendidas de modo más general, o espacial-interaccional. En las bambalinas se manifiesta todo lo que se oculta en el escenario público:

"Una región trasera, o bambalinas, puede definirse como un lugar, relativo a una determinada función o actuación, en el que la impresión alimentada por la actuación se contradice a sabiendas y por sistema" (112)

La organización colectiva de la acción y del trabajo requieren cierto grado de ilusionismo, montar un número para el público, y hay aspectos indeseables pero necesarios para la función que no pueden mostrarse; se reservan para estos lugares separados por una barrera perceptual, a los que en principio no puede acceder el público. Todos llevamos nuestro teatro portátil—las mujeres más, dice Simone de Beauvoir, la feminidad requiere un plus de actuación y de interiorización de esa actuación. De ahí la relación especial de las mujeres con las bambalinas de los lugares públicos, los aseos—y si es posible en grupo. "Gestión de impresiones (Impression management)", llama Goffman a todo este control de lo que se muestra y de lo que se reserva para petit comité, o para el petit comité de uno mismo—como siempre, esta teoría de la interacción de Goffman forma un continuo con una teoría del sujeto, lo que hemos llamado interacción internalizada, o el teatro de la interioridad, que nos constituye como sujetos. Es otro de los aspectos que me interesa resaltar. El sujeto está internamente constituido por esta organización del trabajo, de grupos, de impresiones públicamente proyectables, etc.—que parecerían cuestiones externas. Cada sujeto se autocomunica por referencia a los demás: a la red social que lo liga a los otros y así también lo estructura desde dentro. Lo interno es una exterioridad más asimilada, y es la complejidad de su interacción social lo que en última instancia da complejidad y profundidad a un sujeto. Aunque los actores estén representando una obra, no por eso dejan de actuar en el gran teatro del mundo; entre estos dos niveles de actuación hay una relación parecida a la que hay entre subjetividad o fuero interno e interacción social externalizada.

La gestión de impresiones encuentra un terreno particularmente favorable en los medios de comunicación no presenciales, pues hay mucho margen para controlar las expresiones voluntarias que se quiere proyectar y sobre todo para restringir las involuntarias. Y por lo general la tecnología misma usada se encarga de aislar suficientemente las bambalinas por un lado y el escenario público por otro.

La multiplicidad de personalidades de cada sujeto va asociada (es la teoría del yo relacional) a los roles sociales que desempeña y los requisitos organizativos, profesionales, etc. de cada posición. El sujeto es la suma de todos estos escenarios públicos. Pero cada uno de estos escenarios públicos en los que aparece y hace su número tiene sus propias bambalinas, que en parte se solapan y en parte no (al igual que hay una etiqueta de la aparición en público, hay una etiqueta de las bambalinas, que es un espacio compartido con otro público, el del propio equipo. Goffman dice que en las bambalinas "el actor puede relajase: quitarse el frente público, dejar de pronunciar sus parlamentos, y salirse del personaje" (112)—pero todo esto sucede relativamente, en el espacio de interacción entre la obra representada en equipo (el trabajo, el grupo de amigos, etc.) y la que sigue representándose entre bambalinas (el grupo de amigos, la pareja, etc.).

Gran parte del trabajo que se ofrece al público, observa Goffman, ha de hacerse efectivamente en las traseras del escenario, en el espacio de trabajo al que no accede el público, que sólo viene a traer o llevarse su producto. La cocina, para los cocineros. Pero siendo que hay un tabú de la invasión indebida de este espacio, habrá toda una gramática del anecdotario que tiene lugar cuando no se sigue la norma y el espacio trasero queda a la vista: por invasión deliberada, o accidental, por exhibición indecente de hombres trabajando, etc. Los accidentes que conectan de modo imprevisto los dos tipos de espacios dan lugar a conflictos y contradicciones: micrófonos abiertos en los estudios de radio, disputas entre el personal de la trastienda que son oídas por los clientes, etc.

Otro motivo de exhibición impúdica puede consistir en revelar que las relaciones públicas de los miembros del equipo no son lo que aparentan ser (–decíamos que los equipos tienen mucho que ocultar—). A veces los roles del equipo son variables: entre bambalinas son de una manera, en público de otra. Utilizar un tipo de cortesía en otra situación es descortés, o incluso obsceno: y esto se aplica a cuestiones como el lenguaje utilizado, el atuendo apropiado, las posturas o gestos, la familiaridad de la interacción, etc. Goffman se remite a su experiencia como sociólogo infiltrado en un hotel-restaurante de pueblo:



"Dadas, pues, las diversas maneras en que la actividad de la cocina contradecía las impresiones alimentadas en la región de los huéspedes del hotel, se entenderá por qué las puertas que llevaban de la cocina a otras partes del hotel eran un punto doloroso permanentemente en la organización del trabajo" (118)

—a unos les convienen cerradas, a otros abiertas; y por pocos momentos que se abran, a veces dejan traslucir esas puertas lo que no se debe, etc.

El orden público convencionalmente supuesto y mantenido se ve así atravesado por interferencias de la realidad—del otro régimen informativo que resulta no de las barreras teóricas a la comunicación entre espacios y roles, sino de las efectivas. Es lo que sucede con las paredes delgadas y los vecinos: "Aquí los vecinos que puede que se conozcan muy poco entre sí se encuentran en la situación embarazosa de saber que cada uno de ellos conoce demasiado bien al otro" (120).

Y, volviendo al las cuestiones de Internet, se puede observar un fenómeno de interferencia de espacios comparable. La red es un gran espacio público, en el que muchos sujetos pueden expresar distintas facetas de su actividad pública o "públicamente privada", si se me entiende—en vídeos de YouTube, blogs personales, comentarios de Facebook, etc. Existe un potencial de accesibilidad pública de información sobre las personas en diferentes roles o facetas que no existía antes: para un círculo de amigos y conocidos (que no necesariamente conocen al sujeto en todas sus facetas, o más bien necesariamente no lo conocen en todas sus facetas), para vecinos, para compañeros de trabajo y otros tipos de equipos, o para desconocidos totales). Internet abre un nuevo espacio potencial para la expresión de diferentes roles, pero a la vez tiende a colapsarlos todos, por la conectividad inherente al medio, por el desarrollo de herramientas de búsqueda que superponen resultados de diferentes procedencias, etc.—pensemos en la típica búsqueda de Google sobre cualquier persona que conozcamos.

Los sujetos desarrollan pues estrategias para impedir este colapso de los roles—de ahí los alias, nicks, alteregos y avatares que proliferan en la red, como remedio a este peligro que supone el verse manifestado públicamente de maneras inadecuadas para el rol más deseable. Por cierto, el rol más deseable (en público) suele ser el rol profesional, el ciudadano con responsabilidades: así que los yoes privados se han de batir en retirada y refugiarse en las bambalinas de los nicks, donde se superponen de este modo la autenticidad libre de responsabilidades con la fantasía y ficcionalización del yo a través de sus deseos. Claro que la identidad en red siempre es precaria, y se pueden reproducir allí las mismas dinámicas que en la realidad no virtual, o supuestamente no virtual. Una vez se ha delimitado el nick como trastienda del yo, pueden darse los mismos fenómenos de ruptura de límites y transferencias indeseadas entre estas nuevas bambalinas públicas y el yo profesional u oficial públicamente presentado en red.

Un blog multifacético, como el mío, que sea a la vez personal y profesional, es un fenómeno muy propio del nuevo medio, y a la vez relativamente atípico. Como el propio medio (Internet, la red) tiende a superponer aspectos del sujeto que en otro régimen de comunicaciones se considerarían incompatibles públicamente. Un blog temático evita este problema acotando severamente el tipo de manifestaciones del bloguero que son aceptables a través de ese medio. Lo cual no impide a un bloguero tener diversos blogs temáticos o personales, modulando de diversas maneras su presentación en estos espacios públicos. Pero a menos que se reserve para la trastienda la conexión entre estas facetas, existe la cuestión de la fácil transferencia, a golpe de click, de una identidad, o rol en red, a otra. Podría escribirse toda una gramática, también, de las maneras en que se producen estas interferencias de roles y regímenes de presentación pública, o internetferencias.

Unas inter(net)ferencias más llamativas que las producidas en el seno de la red son las que se dan entre el espacio público ordinario y el mediado por red. Por ejemplo, si hago pública cierta información (personal o no) por la red, nunca puedo saber en qué medida esa información es realmente conocida de modo público o es ignorada totalmente—caso éste el habitual y que podemos tomar como la norma, pero claro, hay excepciones. De modo que a la existencia social ordinaria se superpone una existencia fantasmal que sería la mediada por red, en la que otras personas quizá conozcan otros aspectos de nuestra persona, ideas, escritos, imágenes, opiniones, etc—al margen de los que manifestamos en la interacción ordinaria. Esto puede dar lugar a una paranoia panóptica reticular. Es un síndrome que antes aquejaba únicamente a los escritores, o a los famosos, y que ahora se puede generalizar más y adoptar nuevas formas. Aparecen así nuevas modalidades y dimensiones de lo que Goffman llama la gestión del frente público, o (inversamente) control de bambalinas. Es un problema, insisto, no nuevo, pues "no se puede estudiar ningún establecimiento social en el que no se dé algún problema de control de las traseras del escenario" (121), pero sí puede manifestarse de maneras diferentes en espacios (virtuales en este caso) diferentes, y en modalidades de interacción diferentes.

Goffman comenta la separación de espacios de trabajo público y ocultos al público, la separación entre espacios de trabajo y ocio, la de baños y servicios para necesidades fisiológicas frente a lugares públicos, los lugares en las viviendas que hacen de frente (salón) y traseras diversas (cocina, dormitorios)—toda una arquitectura y coreografía del control de impresiones. A veces un espacio público se vuelve su propia trasera privada a otra hora, o cuando se ha retirado el público; otras veces la separación espacial es imaginaria o convencional (no hay barreras) y es el tipo de trato, el lenguaje, la interrupción del trabajo, los gestos, o una ligera separación física, la que señala qué espacio es el público y cuál es el privado: "Invocando un estilo de traseras de escenario, los individuos pueden transformar cualquier región en una trasera de escenario" (129)—o intentarlo, claro. Todo esto está sujeto a redefinición y a improvisación situacional—lo cual no quiere decir que en ocasiones las convenciones no sean extremadamente rígidas y detalladas. Las ceremonias solemnes o las apariciones públicas de los reyes y autoridades son una pesadilla, claro, pero en el caso de los reyes también la vida privada es un espectáculo en diversos grados de privacidad convencional. Los reyes salen de un escenario formal para pasar a interpretar el papel de que están distendidos, con una informalidad formal. Pero todos somos un poco reyes en este sentido.

Isabel de Inglaterra (la primera) y Jacobo su sucesor ya decían que los reyes son como actores en un escenario, donde todos los contemplan. A este respecto me acuerdo de una bonita escena metateatral en el Enrique V de Shakespeare, filmado por Laurence Olivier. Esta película nos muestra la obra siendo representada en un teatro isabelino, en el que el público de la corte ficcional se confunde con el público del teatro que asiste a la obra. Pero también vemos las bambalinas del teatro, que se confunden con las bambalinas de palacio. Cuando entra el rey, o el actor principal, a escena (es Olivier) vemos muy bien tanto la superposición metaficcional de papeles (el gran actor cinematográfico Olivier, el gran actor teatral Burbage, el gran actor histórico Enrique) como el paso de las bambalinas al escenario público, de la corte y del teatro. No hay un paso al escenario público del cine, pero queda sugerido por analogía—es genial el carraspeo de transición justo en el momento de franquear la puerta que lleva de un rol a otro (minuto  11):






Henry V. Dir. Laurence Olivier. (Reino Unido: Two Cities Film, 1944). YouTube (Anna de Nicolás) 26 Jun. 2017.
         2019
Obsérvese que el "rey" (pero es el actor Burbage, estrella de su tiempo) hace una reverencia al público antes de entrar del todo en su papel, y también al retirarse. Y es que, como dice Goffman, "uno de los momentos más interesantes en los que observar la gestión de impresiones es el momento en que un actor deja la región trasera y entra el lugar en que se encuentra el público—o cuando vuelve de allí—porque en estos momentos se puede detectar una manera magnífica de ponerse y quitarse de encima el personaje" (121). El personaje de "nosotros mismos", normalmente, el sujeto as himself, que decía Shakespeare (Enrique V, acto I, coro).

En la red el problema de las entradas y salidas del personaje queda en cierta medida obviado, en cada uno de los espacios y sitios web, por el hecho de que la comunicación textual, a distancia, es mucho más controlable que la presencia física, y la mera separación entre el tiempo y el espacio del público y los del emisor, obvian en cierto modo el problema. Pero sólo en cierto modo, pues como hemos dicho la red superpone al menos potencialmente distintos tipos de aparición "en red" del sujeto, interpretando distintos papeles (por ejemplo, catedrático y rockero punk, como mi compañero de facultad Doctor Túa—o yo mismo tarareando mis cancioncillas en YouTube). Es por eso que algunos lo consideran un espacio demasiado informativo, potencialmente peligroso o destructivo para la imagen que quieren mantener—incapaces de gestionar adecuadamente las impresiones allí proyectadas, con lo cual la estrategia favorecida es aparecer lo menos posible en la red, o al menos aparecer únicamente con la máscara profesional, ya que ésta es inevitable, e impedir que aspectos de otros roles y actividades, o de la vida digamos "privada", puedan superponerse al personaje oficialmente definido.

La organización social del espacio en frentes y traseras se da a todos los niveles. La política, la literatura, las instituciones, todas las actividades organizan sus rituales y ceremonias con espacios privilegiados y sus correspondientes bambalinas. La sociedad es, a un nivel dado, una gigantesca escena organizada para gestionar la presentación pública y la atención. Es la función (y la batalla) de la publicidad, las cadenas de televisión, los concursos, competiciones y premios... A un nivel determinado de atención concitada, no sólo el espectáculo público es espectáculo, sino también sus bambalinas (los pasillos del Congreso, los chismorreos sobre entrenadores de fútbol y fichajes...). Y así a muy distintos niveles todo en la vida social es escenario y bambalinas, y lo que es escenario para una persona o una función es bambalinas desde otro punto de vista, para otra función social u otro operario. Y esta división de la atención, o esta gestión de impresiones, tiene consecuencias casi infinitas a todos los niveles, pues "La línea que divide regiones delanteras y traseras se ejemplifica en todas partes en nuestra sociedad" (123). Por ejemplo, en la selección de estilos, materiales y personal (y no sólo de gestos o lenguaje): lo que se presenta en público es lo presentable, los guapos, lo caro—para las traseras de la cocina se dejan las peladuras y la cocinera gorda. Los sujetos "plenos" o socialmente autorizados se manifiestan en el escenario público —y los "socialmente incompletos" que dice Goffman, la servidumbre, los repartidores, los niños, usan la puerta trasera. Estando organizado así el espacio físico y la actividad presencial, no extrañará que se encuentren también manifestaciones de todo tipo de esta oposición entre regiones frontales/traseras en la gestión del ciberespacio.

La oposición entre frente de escenario y región trasera es, como se ve, no absoluta, dada la superposición de funciones que se están representando; ciertos escenarios se solapan con las traseras de otras situaciones interactivas. Por otra parte, Goffman señala que hay casos mixtos entre las dos polaridades:

"no debería uno esperar que las situaciones concretas proporcionen ejemplos puros de conducta informal o de conducta formal, aunque normalmente hay una tendencia a mover la definición de la situación en una de estas dos direcciones. No encontraremos estos casos puros porque los que son miembros de un mismo equipo en relación a un show determinado serán en cierta medida actores y público de otro show, y los actores y público de un show tenderán aunque sea en pequeña medida a ser miembros de un mismo equipo con respecto a otro show. Así en una situación concreta podemos esperar el predominio de un estilo o de otro, con algunos sentimientos de culpa o de duda respecto de la combinación efectiva o equilibrio que se está alcanzando entre los dos estilos." (129)

Por ejemplo, los miembros de un equipo en actuación están divididos muchas veces por barreras de sexo, edad, etc.—pertenencias a grupos que se entrecruzan con los grupos comparables del público. Goffman señala que "la división más importante es la sexual, pues no parece haber sociedad en la que los miembros de los miembros de cada sexo, por cercanos que sean, no mantengan ciertas apariencias ante el otro" (130). Esta superposición y multiplicidad de roles es en parte el problema que se planteaba para la definición de las "comunidades interpretativas" que quería delimitar Stanley Fish: pues en realidad siempre estamos divididos por la pertenencia a múltiples comunidades, aparte del equipo que esté llevando la voz cantante en una interacción determinada, y siempre estamos jugando a diversos juegos sociales simultáneos, aparte de la función o ritual que esté en el candelero en un momento determinado.

Hay un deseo o utopía de la teatralidad—que es librarse de ella, y alcanzar una "autenticidad" o "integración con uno mismo" librándose de esta separación entre escenario público y bambalinas. Lo identifica Goffman en ciertos sueños de progreso social o de ascenso—pero, avisa, nunca salimos del teatro. Una vez alcanzamos la posición que envidiábamos en tanto que parecía algo libre de teatralidad, resulta que sólo veíamos la fachada pública, objeto de deseo, y que la nueva posición tiene también sus propias bambalinas: "la nueva situación tiene similitudes no previstas con la anterior; ambas suponen la presentación de un frente a un público, y ambas implican al presentador en el montaje de un espectáculo, asunto que lleva todos sus cotilleos y trapos sucios a cuestas" (132-33).

Hablábamos antes de las invasiones de espacios privados, traseras o cocinas, asunto indeseable para los actores. Una cuestión parecida es la invasión de un espacio público, representación o función, por parte de un público a quien no va dirigido el espectáculo. Es un asunto del cual podemos pasar en un continuo a los estudios de Goffman sobre la interacción conversacional—cuando un tercero escucha una conversación entre dos interlocutores que no contaban con él. En Forms of Talk proporcionaba Goffman interesantes ejemplos de este overhearing. En un artículo titulado "Overhearing Narrative" yo relacionaba esta línea de razonamiento con los interlocutores implícitos, narradores, lectores textuales, narratarios, etc. definidos por la narratología. Estas cuestiones se pueden contemplar también como la invasión de espacios privados y de funciones teatrales particulares, por parte de espectadores no buscados, por intrusos accidentales, o por espías malintencionados. Estas interferencias hacen peligrar el espectáculo en sí, y quizá también minen nuestra fe en el teatro:

"los actores tienden a dar la impresión, o tienden a no contradecir la impresión, de que el rol que están interpretando en cada momento es su rol más importante, y que los atributos que allí proclaman o que allí se les atribuyen son sus atributos más esenciales y característicos. Cuando los individuos contemplan un espectáculo que no iba dirigido a ellos pueden, por tanto, desilusionarse con respecto a este espectáculo, además de con respecto el espectáculo que sí les iba dirigido." (138)

Así pues, son indeseables las asistencias a actos religiosos por parte de los descreídos, o la asistencia de musulmanes a las misas, o de los cristianos a los rezos musulmanes, o de los ateos a cualquier tipo de misa negra o blanca. Aunque no veo yo casos tan claros de que la fe en el propio espectáculo se vea minada por contemplar al vecino en su teatro. Nuestro propio show suele concitar nuestra adhesión inmediata; de hecho no lo vemos como tal show sino como "la realidad". Sea como sea, para mantener la realidad bien ordenada, y evitar interferencias de espectadores no deseados, es importante la gestión de roles a que aludíamos antes, estableciendo separaciones claras, o conexiones medidas, entre los diversos espectáculos que ofrecemos. En la práctica esto supone una segregación de públicos:

"La respuesta a este problema para el actor es segregar sus públicos de manera que los individuos que los contemplan en uno de sus roles no sean los individuos que lo contemplan en otro de sus roles" (137)

—pues pueden producirse efectos incómodos que van desde la incomodidad a la obscenidad. Las visitas de familiares o novios al puesto de trabajo de uno son un ejemplo, o la presencia de párrocos y monjas en la piscina. Aunque todas estas anormalidades se normalizan en cuanto la gente desarrolla expectativas y protocolos de actuación. Lo malo son las superposiciones inesperadas e incómodas de roles y papeles, que dejan al actor sin saber por dónde tirar ni qué rol adoptar, a cuál de sus muchas personalidades darle prioridad. Pues cada uno de nuestros conocidos espera de nosotros un determinado tipo de espectáculo y actuación. Es todo un arte de la personalidad y de la vida social, el de combinar roles con sprezzatura, sin dejar traslucir incomodidad ni dudas ante un intruso inesperado—se hace todo más fácil para todo el mundo. Pero todo arte fino es un arte escaso, y

"rara vez se puede hacer esto con suficiente suavidad como para conservar la ilusión del recién llegado de que el show que de repente ponemos en marcha es el show natural del actor. E incluso si esto se consigue, es probable que el público que ya estaba presente tenga la sensación de que lo que estaban tomando por el yo esencial del intérprete no era algo tan esencial". (139)

Y esto se complica si es todo un equipo el que debe coordinar sus actuaciones ante la nueva situación creada por la llegada de una mirada externa. Es de esperar una cierta paralización de la función, mientras la persona en quien se concentra la interferencia de círculos sociales o de espectáculos suda y sale del paso lo mejor que puede, animando la función con entusiasmo fingido, ante la mirada de los Otros—que ya se sabe que son l'enfer en persona.

Ya en el origen de la cultura escrita se preocupaba Platon (en el Fedro) por este asunto de la segregación de interlocutores, y por su imposibilidad en el nuevo régimen, pues el autor no está presente en el escrito para controlar quién lo lee—de modo que los escritos van a parar indiscriminadamente a unos y otros públicos, a los que entienden y a los que no, problema especialmente delicado éste en el caso de que haya armarios de los que no se quiera salir.

En suma, con respecto a las regiones y roles en red... el problema no tiene solución más que parcial. La red amalgama todas las regiones y escenarios, a la vez que los mantiene nominalmente separados—proporcionando así una visión panorámica abreviada de las actividades de una persona allí visibles, y los numeritos que monta en sus diversos avatares y encarnaciones. La solución: volverse invisible para Google, el gran amalgamador—algo que muchas personas de momento van consiguiendo sin problemas, a veces sin proponérselo. Segregar los roles de uno por la vía de no aparecer en la red, quizá lo más recomendable para quien quiera tener una fachada oficial bien apañadita al modo tradicional. Y, si no, hacer una sabia distribución de identidades, roles y públicos. Hay que ser conscientes de que todo el mundo puede leer lo que escribas—en un blog o en un libro, sí, pero más en un blog, pues las máquinas nos leen rápidamente, y lo que encuentran lo exhiben en este nuevo escenario. Y hay que llevar por delante, por tanto, y tener bien asumido, que gran parte del público que asista al show será un público imprevisto, y con frecuencia inoportuno.






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