Publicado en Literatura y crítica. com. José Ángel García Landa
Hoy me terminaba de leer la novela de Doris Lessing El quinto hijo, y también me leía su discurso del premio Nobel, "On not winning the Nobel Prize". Sobre la sobreabundancia de medios (culturales y demás) en Occidente, y qué poco los agradecemos, comparados con la miseria de África, a la que personifica como una joven madre mísera pero llena de aspiraciones, y sedienta de conocimiento. Y de agua.
"We are a jaded lot, we in our world – our threatened world. We are good for irony and even cynicism. Some words and ideas we hardly use, so worn out have they become. But we may want to restore some words that have lost their potency."
Ojala fuera esa muchacha de la fábula de Lessing la encarnación de África. Aún iríamos bien. Me sospecho que en realidad aún vamos peor, y que la sed es mayormente de agua, sin más. Aunque no lo sé, no he estado en Africa, y espero no ir nunca. Creo que más bien vendrá África aquí—al menos la que más aspiraciones tenga.
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