miércoles, 18 de enero de 2017

Retropost #1319 (18 de enero de 2007): La casa de Franco


Por fin retiraron este año de la Academia General Militar la estatua del golpista Caudillo, que deje de dar ejemplo. De hecho no sé si la han traído al museo, que me cae cerca. En ese caso estaría pisando terreno conocido. Al lado de mi casa, en la esquina de la plaza, hay una casa que dicen que era donde vivía Franco cuando era director de la Academia. No es que haya placa para retirarla ni nada, pero eso me cuentan las tradiciones locales. De hecho la casa de Franco es un misterio. Está clausurada a cal y canto. Tiene dos puertas el bloque, una en desuso desde hace tiempo, y apenas se ve un patio polvoriento si te asomas, casi parece un emblema de algo. El otro portal aún recuerdo haberlo visto abierto hace años, tiene placas mohosas de abogados y médicos, creo (es la zona), pero ahora lleva años abandonado, con el suelo sembrado de propaganda de cosas que ya no se fabrican seguramente. Y cerrado, cerrado está todo el bloque: persianas y balcones y ventanas, menos una o dos que alguien se olvidó y se quedaron abiertas quién sabe para cuántos años. El bloque está en excelente estado: si es de alguna constructora que espera declararlo en ruina ya le pueden echar siglos. Probablemente sea de algún ministerio, responsabilidad quizá de alguna comandancia de tercera que lo tenga cerrado por dejadez, o por manías del coronel, o por pereza, o porque se han olvidado de que existe, y está la documentación en el fondo de un cajón que no se abre desde que trasladaron al predecesor. Ni pintadas hay: Franco enano coñón. Franco vuelve. Nada de nada. Franco era le dernier cri hace setenta años; hoy no. Ni su fantasma debe pasear por allí.

A mí la casa de Franco me la suda, en realidad. (Y a todo el mundo, por lo que parece, incluidos sus propietarios). Bueno, a decir verdad, me parece un despilfarro de soluciones habitacionales. Pero allá su dueño. No, a lo que voy es que a quien debería darle un poquito de escalofrío en todo caso es a mi señora esposa. Mira que ir a recalar al lado de la casa donde vivió Franco (a la misma, imposible; está cerrada...)—después de haber nacido ambos dos en El Ferrol del Caudillo (bueno, Franco nació en Ferrol sin caudillo, como el de ahora), y haber vivido de niña también en la misma calle donde vivió Franco en Ferrol. Según Deepak Chopra, "When you live your life with an appreciation of coincidences and their meanings, you connect with the underlying field of infinite possibilities". Según Chesterton, "Coincidences are spiritual puns". También pueden las coincidencias convertirse en un auténtico incordio. O en un signo vacío, cuando no significan nada.


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