Rajoy friega el suelo con Zapatero. El presidente ha estado vendiendo humo a los españoles por un lado, y a la Eta por el otro, y así ha llegado a donde está, desacreditado y pillado en evidencia, pinchado en un palillo bajo la mirada despectiva del gallego sarcástico que le canta las cuarenta verdades molestas. Casi da pena Z-Pé... hasta que escuchamos la lamentable respuesta del presidente, falsa, envilecida, endeble y temblorosa. Sectaria y manipuladora hasta las cejas, ya sin control: centrada en su obsesión contra el PP, no contra la ETA. Entonces, entonces es cuando da auténtica pena, y vergüenza ajena.
La perla: Zapatero invoca constantemente el pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que viene a derogar oficialmente. Y la perla negra: en la lista de atentados terroristas en los que Zapatero "apoyó al gobierno" mientras estaba en la oposición, al aludir al último, se olvida del 11-M.
(Y los nacionalistas catalanes y vascos, como siempre: con el nefasto "dialogad vosotros que aún podéis" de Nierga/Lluch. De poco sirve el diálogo cuando hay una conjunción natural de intereses que lo hace superfluo. El PSOE necesita a los nacionalistas, aunque tenga que ir quemando los vagones para hacer andar al tren, en una dirección nefasta. ¿Desacreditado Zapatero? No para ellos, aquí aún hay mucho donde rascar. Camino del próximo diálogo con la Eta, de la próxima piedra en que tropezar una vez más. El Proceso... sigue).
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