Tras un
patinazo parlamentario del gobierno por presentar una propuesta imprudentemente
sin hablar ni negociar antes con los demás grupos ni calcular cuántos votos
tenía, se le pregunta a la portavoz Celáa "si se arrepienten" dado el
estrepitoso fracaso. Reveladora su contestación. Dice que "arrepentirse
no, porque el arrepentimiento es un concepto religioso". Eso ha dicho, y tan pancha.
Esta gente
está tan cegada por el sectarismo, que cree que el arrepentimiento es un
concepto religioso. Cristiano, le ha faltado decir. Y de ahí, pagados de sí y sin arrepentimiento ninguno,
pasan a no entender ni qué es la religión, ni qué es el arrepentimiento, ni qué
son los errores, ni qué es la interacción con los demás. Y ni saben ni quieren
saber ni tienen noción de qué es la autocrítica ni la capacidad de aprender ni
de evaluar las propias acciones en función de sus resultados y del efecto que
tienen en los demás. Porque eso sería una cosa religiosa.
Que no nos arrepentimos, ni nos
arrepentiremos, porque el arrepentimiento es un concepto religioso.
(Y vade
retro que se pueda pensar que tenemos algo que ver con la religión, eso va de soi).
Los ateos, por supuesto, no nos arrepentimos de nada, viene a decirnos—es que estamos a otro nivel y esas pamemas las hemos dejado atrás. "Never Repent." Que el arrepentimiento es un concepto
religioso, dice la tía majadera, y se queda tan ancha y encima nadie la corrige, y sigue
portando voces, y aquí paz y después gloria.
Vaquero, Leticia, et al. "Tertulia de Herrero: El
gobierno no saca adelante la senda de estabilidad." EsRadio 27 July 2018.*
2018
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