viernes, 19 de mayo de 2017
En la ardiente oscuridad
He estado en la última función de la muestra de teatro aficionado del Cerbuna, viendo una obra de Buero Vallejo, En la ardiente oscuridad. Ya veré a ver si la puedo colgar aquí, ahora todo se graba.
La obra es memorable por el uso que hace de la visión y de la ceguera en sentidos tanto literales y teatralmente efectivos, como figurados y alegóricos. Hay otros ciegos más célebres que los de Buero en el escenario (Edipo, Samson Agonistes, el Gloucester del Rey Lear), pero en conjunto en ninguna obra se exprime ni expresa desde más perspectivas e intensidad la cuestión de la ceguera.
Me ha recordado a La Fundación en la cuestión de la realidad imaginada generada colectivamente por la ilusión; y a Historia de una escalera también por la desilusión. Siempre le damos vueltas a lo mismo; también me ha hecho pensar en el Buero marcado por la experiencia de la cárcel. Aquí la figura de Cristo que viene a sacar a los ciegos de su caverna es ambigua; es a la vez un falso Cristo y un descontento pernicioso, y un aguafiestas inquietante. Lo matan también, como predijo Sócrates que lo harían, pero su lucidez o su ceguera o su malestar son contagiosos, y su ejecutor ocupa su lugar en un centro antes utópico pero ahora desilusionado para siempre.
Creo que la había visto esta obra ya en el teatro con MJ, en Madrid, en los ochenta. A menos que la confunda con Lázaro en el Laberinto.
No iba a comentar la obra, sin embargo. Sólo recordar, recordar: que a la edad de estos chavales que la interpretaban, yo hice un trabajo sobre En la Ardiente Oscuridad para un seminario de Filosofía. Junto con mi compañera Beatriz Cajal, ¿y será posible que Encarna Bartolomé también? Bueno, el caso es que hoy me ha recordado más a mí mismo el director de la obra, cincuentón recio que ha subido a saludar junto con los chavales. Un viaje en el tiempo. Mis compañeras de trabajos incluso llamaron a Buero Vallejo a ver si les echaba una mano; yo contribuí con lecturas en inglés de crítica sobre Buero, de algún hispanista. Hace treinta y siete años de ese trabajo que se perdió en la oscuridad de los tiempos, sin consecuencias apreciables, menos este recuerdo que me viene ahora.
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