"El autor puede llenar su obra, aparte de la comunicación explícita, de falsos indicios (es decir, de indicios aparentemente no intencionales pero en realidad calculados) para atrapar mejor al lector gracias a la labor que invierte éste en sus investigaciones lectoras... y, conversamente, una lectura crítica es especialmente convincente si nos permite ver en distintos elementos de la obra del autor síntomas de un sentido que no podemos creer calculado o intencionado por parte del autor."
(De una apostilla que he puesto en Apostillas a una apostilla sobre improntas, síntomas e indicios)
Hay aquí un ingrediente de voluntad de poder, que diría Nietzsche, por parte del autor o del crítico... apoderarse del sentido más poderoso del texto, como de la vida: el que se mueve entre líneas, el que no ha sido todavía codificado, el que convierte la interpretación en una aventura y en un riesgo, pues no hay solución preestablecida.
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: