Oscar, por su parte, también madura. Ahora hace muchos dibujos para evacuar sus preocupaciones conscientes y subconscientes, con abundancia de dragones, enanitos consejeros para los buenos (cada uno con su enanito) y últimamente figuras con gráficos explicativos: "teta", "culo", "corazón", y flechas señalando. Ahora me habla de una visita a su amiguito Sergio: "Selgio Cueyo tiene la película de Telmineitor, y ví un tlozo. También tiene un póstel de telmineitor. Se le ve la calavela. Y un muñequito de Telmineitor. A la mamá de Selgio le gusta mucho Telmineitor, y a Selgio. Toda la familia de Selgio quiele mucho a Telmineitor. También tiene Selgio un pequeño estlopajito que es pala niños, que tiene... pala cogel-lo, una asita... con una figulita de Telmineitor."
Ahora está rezando con las manos juntas y la mirada a lo alto: "Jesusito de mi vida, eres niño como yo, pol eso te quielo tanto..." etc. etc., y le pregunto por qué reza. Ivo señala el techo y me explica, "le reza al delfín" (un globo de las fiestas que aún aguanta ahí arriba). "Vaya, ¿y por qué le rezas al delfín?" - "Polque ya es viejo. Va a molil."
Qué racha de memento moris, pobrecillos...
(Pero es otra escala la suya. No conviene olvidarlo, aunque los parecidos inquieten. Ahora explicaba Oscar sus dificultades para salir al baño por la noche, causadas no por miedo sino "polque estoy atlapado, estoy plensado en la cama, y hay unas mulallitas de mantas que no me dejan pasal...").
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