viernes, 31 de agosto de 2012
Hablar con palabras de otros
Todos lo hacemos, hablar con palabras de otros. Decía Bajtín que todo nuestro discurso está hecho de palabras de otros, apropiadas, o acentuadas con una inflexión nueva. Podemos expresar todas nuestras opiniones y emociones con palabras de otros, que sólo por el hecho de ser reapropiadas ya son también algo nuestras, del mismo modo que no eran totalmente de los otros a quienes se las expropiamos. Por una parte expresamos lo que hay de común entre nuestro pensamiento y emoción y los de la persona a quienes le tomamos la expresión. Por otra parte, reacentuamos: por el mero hecho de descontextualizar, de recontextualizar, lo citado ya no significa exactamente lo mismo. Ese mínimo desplazamiento debería ser posible para expresar la diferencia, por necesidad mínima, que pueda haber entre nosotros y los demás. El texto citado, repetido o retomado es una pieza desplazada a un mosaico diferente. A veces eso la resalta, dirige la atención sobre ella de manera diferente, desde otro ángulo. Para qué componer una canción nueva—ya están todas escritas, y basta con cantarlas de otra manera, hacer una versión. Una versión es de hecho más intertextual, más postmodernista que una obra original, es más palimpsesto. Lo mismo las palabras reapropiadas, o reorientadas. Otros lo dijeron mejor, antes, y lo vuelven a decir mejor, ahora, mejor y diferente. A la vez, lo digo yo, y significa otra cosa, a veces para todos, otras para quien sabe leer la diferencia, a veces sólo para mí.
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