Augusta Ada Byron, hija del poeta Lord Byron y de
Annabella Milbanke, se convertiría en condesa de Lovelace cuando su
esposo William King heredó el título. Como su padre, al que no conoció,
fue una aristócrata excéntrica, y más si cabe, pero en otro
sentido—tenía una pasión por las matemáticas y el cálculo. Se le
atribuye haber escrito el primer programa informático, un siglo antes
de que existieran los ordenadores.
"Volcar los poderes del pensamiento en un dispositivo mecánico" es el
capítulo 4 de La Información,
de James Gleick (2012), dedicado a Ada Lovelace y a Charles Babbage.
Babbage había diseñado una calculadora mecánica, la Máquina
Diferencial, y tenía planes de desarrollar una versión mucho más
compleja, la Máquina Analítica—una especie de ordenador steampunk de la
era victoriana, cuyos engranajes acabarían por superar en su
complejidad las disponibilidades técnicas de la época.
La máquina de
Babbage siguió siendo teórica, pero sus posibilidades de cálculo
hipotéticas estimularon la imaginación matemática de Ada Lovelace,
amiga de Babbage. Tampoco eran Babbage y Ada, siendo excepcionales,
unos Frankensteins fuera de su siglo, pues el telar de Jacquard ya se
"programaba" en cierto modo usando unas tarjetas perforadas para
combinar las modalidades de funcionamiento. Y ya existían las
computadoras... humanas, personas dedicadas a realizar operaciones de
cálculo, hacer tablas de logaritmos, etc. Ada veía posibilidades mucho
mayores en la máquina de Babbage—hoy diríamos que veía en ella el
primer ordenador, la primera computadora mecánica que inauguraba la
informática:
Símbolos y significado. Ada hacía hincapié en que no hablaba sólo de matemáticas. La máquina 'podía actuar sobre otras cosas aparte del número'. (...). Había sido una máquina de números: ahora se transformaba en una máquina de información." (Gleick 122)
Ada programaba la máquina mentalmente, sobre el papel, visto que su existencia era mayormente teórica. Pero la máquina corría de boca en boca; alude a ella Poe, y Oliver Wendell Holmes veía en ella una monstruosidad amenazadora, "Un monstruo de Frankenstein, una cosa sin cerebro y sin corazón, demasiado estúpida como para meter la pata, que proporciona resultados igual que una desgranadora de cereales, pero no hará que sean más sabios ni mejores, por más que muela mil celemines" (Gleick 126). Babbage seguía dando vueltas a diversos inventos en torno a un concepto que no existía todavía: el procesamiento de datos: "Su verdadero objeto era la información: el envío de mensajes, la codificación y el procesamiento" (127). Acabaría siendo la computadora que acabaría con todas las computadoras—con las humanas, digo:
Miraba con esperanza a la electricidad, que en efecto sería casi cien años más tarde la que acabaría permitiendo las operaciones informáticas con la finura y velocidad necesarias.
En cuanto a su joven amiga Ada, condesa de Lovelace, murió muchos años antes que él, a consecuencia de una dolorosa y larga enfermedad de cáncer de útero. Sus sufrimientos apenas lograron ser paliados mediante el uso del láudano y el cannabis. Durante largo tiempo su familia le ocultó la verdad de su enfermedad. Al final comprendió que iba a morir. 'Dicen que los acontecimientos por venir arrojan su sombra con antelación', comentaba en una carta a su madre. '¿No podrían alguna vez arrojar su luz con anterioridad?' Fue enterrada junto a su padre.
Ella también tenía un último sueño, una última visión del futuro: 'Ser en el tiempo una autócrata, a mi manera'. Tendría a sus órdenes regimientos que desfilarían ante ella. Los opresores de la tierra tendrían que rendirse a sus pies. ¿Y de qué estarían hechos esos regimientos suyos? 'De momento no quiero divulgarlo. Sin embargo, tengo la esperanza de que sean las tropas más armónicamente disciplinadas, al estar compuestas de números inmensos, desfilando con una fuerza irresistible al son de la Música. ¿Verdad que es muy misterioso? Desde luego mis tropas tienen que estar compuestas de números, o no existirán [...] Pero por otra parte, ¿qué son esos números? Es un enigma...'." (Gleick 130).
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