A tamaños absurdos llevan las jueguitos estos de Facebook para potenciar la interacción:
Actividades culturales (cine en el Cerbuna) - ¿se besaría Vd. con Actividades Culturales?
En el Cerbuna viví yo cinco años, y ahora me voy para allí, a ver una película sobre teatro, Cradle Will Rock / Abajo el Telón. Esto me cuentan de ella en la web de actividades culturales—
ABAJO EL TELÓN (Cradle Will Rock)
País: EEUU Año: 1999 Duración: 130 min. Color
Dirección y guión: Tim Robbins.
Fotografía: Jean-Yves Escoffier.
Música: David Robbins.
Diseño de producción: Richard Hoover.
Montaje: Geraldine Peroni.
Intérpretes: Hank Azaria, Rubén Blades, Joan Cusack, John Cusack, Cary
Elwes, Philip Baker Hall, Cherry Jones, Angus Macfayden, Bill Murray,
Vanessa Redgrave, Susan Sarandon, Jamey Sheridan, John Turturro, Emily
Watson, Bob Balaban, Jack Black, Kyle Gass, Paul Giamatti.
Sinopsis: Estados Unidos, años 30. El autor teatral Marc Blitzstein
intenta llevar a cabo su obra “The Cradle Will Rock” centrada en una
huelga de la industria del acero. El comprometido Federal Theater
Project se involucra, además de Orson Welles como director y John
Houseman como productor. Pero para el Comité de Actividades
Antiamericanas esto no se puede permitir.
Nueva York, 1936. Mientras en Europa se larva la peor conflagración
bélica de la Historia con su prólogo en la guerra civil española, los
Estados Unidos más comprometidos con la causa de la libertad en el
mundo hasta la fecha, los de los años 30, intentan imponer a sus
gobernantes y al statu quo económico, que hasta entonces contemporiza
con el fascismo italiano y el nazismo alemán y les suministra material
bélico y productos manufacturados y que admira a Hitler por
constituirse en baluarte anticomunista, la misión de la defensa de la
libertad contra el totalitarismo como guía en su política
internacional. La ciudad es un convulso mosaico en el que personajes de
toda índole deambulan en un clima político cada vez más efervescente:
obreros manifestantes en demanda de trabajo y pan en plena crisis
post-depresión, actores en paro, vagabundos sin un medio de vida,
millonarios inconscientes, buitres de Wall Street, pintores geniales,
obreros que buscan trabajo, autores teatrales en busca de inspiración…
Uno de ellos, Marc Blitzstein (interpretado por Hank Azaria, doblador
habitual de la serie de dibujos animados The Simpsons), autor de
comedias judío y comunista, viudo reciente (inspirado por las
espectrales apariciones de su esposa fallecida y del dramaturgo Bertold
Brecht) e imbuido del clima reivindicativo, idea un musical, Cradle
Will Rock, en el que el protagonista es un líder obrero que se enfrenta
a la tiranía del poder capitalista establecido, y que, gracias al
Programa de Teatro Federal establecido por el gobierno Roosevelt para,
por un lado conseguir emplear a una parte sustancial de los actores,
directores teatrales, escritores, técnicos, expertos en los más
diversos oficios, coreógrafos, bailarines, etc., desempleados por culpa
de la Gran Depresión, y por otro, de proporcionar diversiones a un
público castigado por la situación económica. Sin embargo, y a pesar de
contar con profesionales como el joven director teatral Orson Welles
(interpretado muy solventemente por Angus Macfadyen), la tendencia
combativa y reivindicativa de un argumento en el que, en plena fiebre
anticomunista, los obreros son retratados como personajes positivos y
los capitalistas como los “malos”, hace que los poderes fácticos,
encarnados en William Randolph Hearst (en un antecedente directo a su
posterior enfrentamiento con Welles a raíz de Ciudadano Kane) y Nelson
Rockefeller (John Cusack) impidan por todos los medios el estreno de
una obra subversiva, aunque no podrán conseguir que se estrene
igualmente en un final apoteósico con uno de los planos finales más
memorables del cine de las últimas décadas. La película, basada en una
historia real, es una alegoría de la unión entre artistas y obreros en
beneficio de la libertad de expresión y contra el pensamiento único.
A través de una galería de personajes magníficamente dibujados (Rubén
Blades como Diego Rivera aceptando dinero de Rockefeller para dibujar
un mural en el Rockefeller Center que terminará siendo un alegato a
favor del comunismo y finalmente será destruido a golpe de mazo; Joan
Cusack como colaboracionista de la autoridad en la denuncia de
comunistas del mundo del teatro; Cary Elwes como el productor John
Houseman, personaje real que décadas más tarde ganaría un Oscar como
actor por su papel de profesor severo en Vida de un estudiante, que
tiene que esconder su orientación sexual para poder seguir trabajando;
Philip Baker Hall y Vanessa Redgrave, el matrimonio Mathers, él un
potentado que vende material militar a Mussolini a cambio de obras de
arte de la Italia renacentista, ella una aristócrata que ama el teatro
y simpatiza con los pobres; Bill Murray como ventrílocuo anticomunista
que colabora denunciando a compañeros para ocultar sus antiguas
simpatías izquierdistas, en un papel en el que ya ensaya su posterior
éxito como cara de palo; Susan Sarandon, como antigua izquierdista
italiana que ahora trabaja para Mussolini cerrando contratos militares
en Norteamérica; John Turturro como hijo de inmigrantes italianos cuya
familia, con, entre otros, Paul Giamatti, se apunta al fascismo; Emily
Watson como pobre vagabunda que quiere abrirse paso en el teatro y
consigue un papel principal; Jack Black como alumno del plan Federal de
Teatro, aprendiendo ventriloquia…) el actor, productor, guionista y
director Tim Robbins nos cuenta una historia de poder y rebelión, de
censura, de falta de libertades y de injusticias sociales, todo ello en
el mosaico del Nueva York de los años 30 en el que ya se veían
vestigios del anticomunismo enfermizo que llevaría a la muerte, por
ejemplo, al matrimonio Rosenberg y que más tarde abriría la veda para
el mccarthysmo, del que la crisis de 1936 es un precedente en el mundo
del teatro.
Con una ambientación extraordinaria, un guión profundo, políticamente
incorrecto y reivindicativo no sólo de un periodo histórico de censura
y persecuciones silenciado por el poder, sino también como plasmación
de la América moderna de la era neocons, la película es además una
reflexión sobre el arte y su hipotético deber de obediencia hacia los
poderes económicos que lo financian, la dicotomía sobre el artista
mercenario y el independiente, plasmada en la reflexión de Diego
Rivera: “él ha contratado al artista Diego Rivera, y no a otro: ¿tengo
que pintar lo que él quiera por aceptar su dinero?”. Y además de mover
a reflexiones, esta gran obra maestra, que se recomienda ver en versión
original (aunque en la versión doblada se han traducido acertadamente
las canciones y los actores de doblaje realizan una labor increíble),
entretiene, conmueve, divierte y proporciona un final apoteósico que
exalta y deja tocado por igual. Magistral.
http://www.cinissimo.com/abajo-el-telon-de-tim-robbins-excelente-cine-protesta/
Bueno, pues vamos a verla y la película está muy bien, genialmente
ambientada. Un tanto ombliguista con respecto a la farándula y su amor
a las subvenciones, en eso parecía más española que americana, pero
hecha a otro nivel.
Lo llamativo con respecto a la farándula y las subvenciones aquí, es
que en esta Universidad los ciclos de cine que se organizan dejan al
parecer totalmente indiferentes a los estudiantes. Les pasan las
películas, gratis, en su colegio mayor, y no asiste prácticamente
ningún estudiante ni ningún menor de cuarenta años. Es una cosa que ya
merece análisis sociológico. Pero que (visto lo extremado del fenómeno,
porque siempre es así) dice poco, muy poquito, del nivel intelectual de
los estudiantes de esta universidad, y de su curiosidad cultural. Me
temo. Cradle will most definitely not
rock.
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