Publicado en Blogs. com. José Ángel García Landa
El shock de las nuevas tecnologías de la palabra en la era de la impresión masiva, según Marshall McLuhan:
"A
fines del siglo XVII se produjo una gran alarma y revulsión ante la
creciente cantidad de libros impresos. Las primeras esperanzas acerca de
una gran reforma del hombre por medio del libro habían quedado
chasquedas, y en 1680 escribía Leibniz: (….) "al final, el desorden se
hará casi insuperable" (La Galaxia Gutenberg 382).
Es la época de la Batalla de los Libros de Swift, y de la pugna entre los antiguos y los modernos. El prefacio de Leibniz a su opúsculo podría modificarse, trayéndolo por analogía a la proliferación actual de publicaciones electrónicas evanescentes y despreciadas:
"Me
temo que continuaremos durante mucho tiempo en nuestro actual estado de
confusión y miseria, por nuestra propia culpa. Temo, incluso, que tras
haber agotado inútilmente nuestra curiosidad sin obtener en nuestras
investigaciones ninguna ventaja apreciable para nuestra felicidad, las
gentes lleguen a sentir disgusto por las ciencias y que una
desesperación fatal pueda determinar la vuelta a la barbarie. A este
resultado puede contribuir mucho esa terrible masa de blogs que continúa
aumentando. Porque, al final, el desorden se hará casi insuperable; la
infinita multitud de autores pronto los expondrá a todos al peligro del
olvido universal; el afán de gloria que anima a muchos que se dedican al
estudio, cesará súbitamente; quizá ser escritor llegue a ser
considerado tan deshonroso como antes honorable. En el mejor de los
casos, podremos distraernos con pequeños blogs del momento, que durarán
algunos años, y que servirán para distraer al lector del tedio de unos
cuantos minutos, pero que habrán sido escritos sin propósito alguno de
enriquecer nuestros conocimientos o de merecer el aprecio de la
posteridad. Se me dirá que, por ser tantos los que escriben, es
imposible que se conserven todas sus obras. Admito esto, y no desapruebo
por completo esos pequeños blogs de moda, que son como las flores de
una primavera o como los frutos de un otoño, que apenas duran un año. Si
están bien hechos, producen el efecto de una conversación útil, no
simplemente agradable, y que mantiene al ocioso alejado de la conducta
reprobable, formando su espíritu y su lenguaje. Frecuentemente, su
propósito es inducir algún bien a los hombres de nuestro tiempo, y éste
es el fin que busco publicando este pequeño trabajo." (Selections from Leibniz, ed. Philip P. Wiener, NY: Scribners, 1951, 29-30, cit. en McLuhan, La Galaxia Gutenberg 382).
Un temor paralelo y más acusado reconoce McLuhan en La Pedantíada de Pope, con su conclusión apocalíptica:
"Por medio de la acción aglomerada de muchas de tales víctimas del
conocimiento aplicado—esto es, autores engreídos, dotados de industria y
capacidad pare el tráfago—asistimos ahora a la restauración del reino
del Caos y de la Noche antigua, y al traslado del trono imperial de la
Estupidez, su hija, desde la Ciudad al mundo Civilizado." (McLuhan 385).
Tal es la alarma que despierta la proliferación de texto en la era de la Reproducción Mecánica, ahora o hace trescientos años…
Bueno, los textos primera oleada de "escrituras" electrónicas (la radio, el cine y la televisión) aún eran más evanescentes que los blogs, pero algo van rescatando los archivos, filmotecas y YouTube. Y por su parte las prensas siguen activas y aceleradas; los bestsellers no dejan de bestellear. La audiencia de esta marea del libros y blogs sigue la lógica de la cola larga: casi todo el mundo habrá leído algunas cosas, y en cambio la infinita cola de lo poco demandado sólo tiene un lector: su autor. Que algunos buenistas dirán: "es tan digno y valioso como el primero". Será proporcionalmente.
En suma, la Web, y en concreto la autopublicación en red, o sea, los blogs, parecen potenciar los efectos de la imprenta—que a su vez potenció los de la alfabetización, según describe McLuhan. La blogosfera es el estallido como supernova de la Galaxia Gutenberg (en absoluto su desaparición), y a ella se aplica también, exponencialmente desarrollada, la dinámica del Lado Oscuro de la imprenta:
"La
imprenta, con su uniformidad, su capacidad repetitiva y su extensión sin
límites, da nueva vida y fama a cualquier cosa que sea. Esa especie de
vida lánguida, conferida por mentes estúpidas a temas estúpidos, penetra
de un modo formalista toda la existencia. Puesto que los lectores son
tan vanidosos como los autores,
se perecen por ver el conglomerado de sus propios viajes, y exigen por
tanto a los espíritus más estúpidos que se esfuercen aún en mayor grado a
medida que aumenta el público colectivo. El periódico de 'interés
humano' es la útima manifestación de esta dinámica colectiva" (McLuhan, La Galaxia Gutenberg 389).
Eso, claro, hasta que salió el blog personal, o periódico de interés humano autoeditado por su propio público (hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère).
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