A Luva de Ferro
Publicado en Globalización. com. José Ángel García Landa
Gilson Dantas, médico y sociólogo brasileño, me confirma que va a utilizar uno de mis dibujos en la portada de A luva de ferro: EUA, mundialização, militarização e América Latina, volumen de una serie sobre "Política contemporánea". ¿Alguien adivina cuál de éstos? Sólo doy una oportunidad.
Por cierto, una reflexión sobre el mérito y la calidad.
Este dibujo no valía un duro, curricularmente hablando, hace un minuto,
por aparecer en mi propio sitio web. Ahora, como aparece (aparecerá) en
un libro o revista, se convierte de repente en un mérito académico. Pequeño, pero mérito.
Y si le hubiese cobrado al autor, más mérito—claro que igual se lo
hubiera pensado, toma y daca. Los méritos son un complot de
reconocimiento mutuo, mediado a veces por el dinero. Los objetos no
tienen mérito ni valor ni calidad antes de entrar en este juego: todo lo
más potencial de mérito que alguien les ve—empezando por el autor que
los diseña. Todo es producto de la interacción. De modo que lo que
calculamos al calcular el potencial de precio, mérito, calidad, de
algo... es en realidad su potencial de interacción, aunque no nos lo
planteemos así. Pero no hay relación ninguna entre el valor potencial de
un objeto y su valor real porque la interacción efectivamente llevada a
cabo no es calculable. La interacción y la información se retroalimenta
en torbellinos de interacción e información,
de modo que un objeto dado, por ejemplo, la foto del Che Guevara que
todo dios conoce, tiene mucho más valor que otra foto del mismo Che
hecha por el mismo fotógrafo y potencialmente o a priori igual de buena o
mala.
La prueba objetiva de mérito y calidad realizados: el éxito, el dinero, la oferta y la demanda. No para mí, claro, hablo de prueba objetiva. Tanto
más cuando se deja de hablar de mérito y calidad, y se habla sólo ya de
precio. Ya no entramos a hablar de si un Tapiès tiene más mérito que
mis propios borrones—la cuestión es irrelevante e implanteable: tiene
más precio, y basta.
Eso si es un original irreemplazable. Si
es una copia, su precio baja a la vez que su valor cultural aumenta.
Pero cuando es reconocible en cualquier parte, cuando se convierte en un
icono cultural, hasta cualquier simulacro de original (la foto del Che
Guevara que perteneció al propio fotógrafo, pongamos) adquiere contagio y
aura de originalidad.
Todo esto también tiene que ver con
el capitalismo y la globalización, claro. Que potencian esos
torbellinos incontrolables y caóticos, especialmente con un instrumento
que se presta tanto a ellos como la red. Si no, mirad lo que más se ve
en YouTube.
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PS: A Luva de Ferro.
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