lunes, 4 de julio de 2011

Saberes nacionales e internacionales

Andrew Hadfield, "National and International Knowledge: The Limits of the Histories of Nations." Cap. 7 del libro de reflexión retrofuturista The Renaissance Computer, ed. Neil Rhodes y Jonathan Sawday.

Traducción del resumen:

"Al igual que en el Renacimiento, el conocimiento es [hoy en día] el escenario de una confrontación entre fuerzas nacionales e internacionales". El ensayo de Andrew Hadfield se ocupa de la medida en que los teorizadores del postmodernismo y de la globalización que han venido sosteniendo que las fronteras nacionales se están volviendo cada vez más obsoletas bajo la presión de las "redes" informáticas de conocimiento y de transmisión de datos, están, de hecho, reproduciendo unas dicotomías que se hicieron visibles por primera vez en las primeras etapas de la revolución de la imprenta. Entonces, como ahora, se iniciaron ambiciosos proyectos diseñados para un consumo a gran escala, en los que naciones y sociedades se comparaban unas con otras en pos de una "indiferencia" imparcial, permitiendo someter a escrutinio la ley, la religión, la organización social, las políticas económicas, etc. Pero persistió el problema de que el "deseo de afirmar lo particular" chocaba con un impulso contrario, el de "analizar lo universal". La cultura de la imprenta prometía resolver esta contradicción, de un modo semejante a como el ordenador moderno ha prometido disolver los límites nacionales desfasados. Pero en este esquema de cosas, ¿cómo explicar el hecho de que la identidad nacional se ha visto, paradójicamente, representada con mayor énfasis todavía, en el mundo moderno?


Hadfield se remite al fenómeno económico-cultural de la globalización, y al análisis de la postmodernidad de Lyotard. A ello le enfrenta el análisis de los efectos de la imprenta en el Renacimiento, según Elizabeth Eisenstein, The Printing Press  as an Agent of Change. Arguye que "lo que destaca en el análisis de Eisenstein es que la hegemonía creciente de la imprenta no precipitó una transformación basada en un cambio de los medios de producción intelectual, como sostendrían deterministas tecnológicos como Walter Ong y Marshall McLuhan. Más bien, la inauguración de textos impresos reproducibles de modo barato alteró las relaciones de producción intelectual para siempre, sirviendo para agrandar algunas cuestiones y problemas significativos, mientras que otros se fueron desvaneciendo" (109).  

(No veo yo que una cosa se contradiga con la otra, por cierto. El "determinismo" de Ong y McLuhan no es absoluto, aunque quizá sí sea excesivo).  

Fukuyama se compara a Lutero en su visión redentorista de un "fin de los tiempos" asociado a la nueva era. Con respecto a Lutero, paradójicamente, "Traducir la palabra de Dios a un idioma familiar llevó a un auténtico Babel de voces y lenguas que amenazaba con oscurecer la finalidad misma inicial de traducir el texto".  La imprenta potenció el nacionalismo pero puso asimismo de manifiesto la no coincidencia entre las fronteras nacionales y las historias de los pueblos.  Se analizan los casos de Camden, Holinshed, Thomas Churchyard, A Mirror for Magistrates, y su relación con el nacionalismo. También The Faerie Queene de Spenser, que Hadfield propone leer como un poema británico más que inglés. Asoma una tensión entre el nacionalismo monárquico y "el proyecto de Gran Bretaña".

"Tal como lo veo, la imprenta hizo mucho para poner en cuestión la lealtad monolítica a los grandes proyectos imperiales, tanto como para apoyarlos. Queda por ver cuál sera el efecto de las redes informáticas en la extensión y flujo de la información, si se derrumbarán las fronteras por los nuevos sistemas ante las comunidades imaginarias conectadas electrónicamente, o si permitirán a los poderes existentes controlar a sus ciudadanos más eficazmente". (116)

(Las dos cosas, en efecto. Un ejemplo podría ser el efecto de Internet o Google sobre regímenes autoritarios como los de Irán o China, y los esfuerzos de estos proyectos nacionales por aislar en lo posible su propia red de influencias externas).


"Los cambios tecnológicos fundamentales que transforman la ordenación y las posibilidades de las comunidades imaginarias se enfrentan inevitablemente a dos caminos, y han de suponer un reto para cualquier narración simplista sobre progreso inevitable" (116).

Así se extendieron la Reforma y el nacionalismo en la Europa renacentista, asociados a la imprenta, con dinámicas cruzadas de mayor intercambio internacional y mayor promoción de la cultura nacionalista; el libro impreso difundió la cultura nacional, pero acabó con el internacionalismo del latín.

"La computerización también ha afectado dramáticamente a la relación entre las comunidades nacionales e internacionales, aunque el efecto directo haya sido quizá el de una internacionalización creciente, junto con la reacción asociada a este fenómeno. Queda por ver exáctamente qué efecto tendrá la ubicuidad de los ordenadores sobre las sociedades en que vivimos."


 
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