jueves, 7 de julio de 2011
Reiniciar el disco duro
Ahora que llega el verano, o ahora que llegan los cincuenta tacos, me voy echando más siestas de las que solía. Pero me pasa una cosa que no sé si será habitual: aunque a veces me echo una siesta en condiciones, que por cierto a veces me sientan fatal y me despierto casi paralizado, otras veces me basta con una microsiesta: o sea, como el equivalente de apagar el ordenador y reiniciarlo, y me quedo más o menos descansado, desde luego más que con la macrosiesta que me deja baldado o inutilizado. Se pierde la consciencia unos segundos, y a por la segunda mitad del día.
Un chiste había, sobre la meditación oriental, que según dicen te permite alcanzar un profundo nivel de integración de tu consciencia con el cosmos y una renuncia al yo, y con suerte el nirvana con mucha parafernalia mística... pero que por aquí por Occidente lo tenemos perfeccionado y lo llamamos siesta.
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