Una observación de William Gibson en Zero History, o de su protagonista
Hollis Henry, mientras habla por el móvil:
Colgó antes de que él pudiera decir
adiós. Ahí de pie, con el brazo doblado en alto, el teléfono a la
altura de la oreja, se dio cuenta de repente de la naturaleza icónica
de su pose inconsciente. Un parte muy considerable del lenguaje gestual
de los lugares públicos, que en tiempo había pertenecido a los
cigarrillos, pertenecía ahora a los teléfonos. Unas siluetas humanas,
una manzana calle abajo, en posturas totalmente familiares, ya no
estaban fumando.
Aún hay quien fuma, claro. Pero casi se puede predecir que, en la
selección natural y la lucha por la vida, el móvil ganará a los
cigarrillos. Me extraña, me extraña, que en esta fase transicional no
vendan móviles con formas divertidas, de paquete de cigarrillos
especialmente. Señal quizá de lo poco que piensan coexistir ambos
adminículos.
¿Pero qué suplirá al gesto de pedir fuego, o tabaco? Pues nadie pide prestado el
móvil del vecino. ¿Pasarse fotos por bluetooth, quizá? Eso puede
conectar mucho.
Interesante cita y análisis, me permito compartir contigo un breve fragmento (bastante relacionado con este de Gibson) de la novela El mapa y el territorio de Michel Houellebecq y que también generó un post en mi Blog: http://soyhyde.wordpress.com/2011/11/10/lectura-de-turno-el-mapa-y-el-territorio-de-michel-houellebecq-un-parentesis/
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