Un sueño de Alberto Durero:
"En el año 1525, entre el miércoles y el día de Pentecostés, por la noche, mientras dormía, tuve esta visión: grandes cantidades de agua llovían del cielo: se fundieron con el imperio terrestre a menos de cuatro millas de mí con una violencia, un murmullo y una reverberación espantosos e inundaron el país entero. Entonces me arrebató un gran espanto que me despertó. Volví a adormecerme y continué soñando que caía otro aguacero; y el agua que ahora caía era muchísima, ora muy lejana ora cercanísima, y alcanzaba tal altura que parecía caer lentamente; mas, apenas tocaba el suelo, chocaba con un estruendo y una violencia tales que de nuevo yo me aterroricé y me desperté todo tembloroso y sólo al cabo de un tiempo pude recuperarme del todo. Apenas amanecido el día siguiente, pinté aquí lo que vi. Quiera Dios que todo sea para bien."
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