Ayer tras la manifestación me pasé por la FNAC, por la sección de literatura francesa, a ver qué recuerdos me traía, y me hice con un libro que me pienso leer este verano, y hasta he prometido regalarlo: Suite française, de Irène Nemirovsky. Pero se habían llevado el último ejemplar de la primera edición que había el otro día... grr... un recordatorio más de que hay que actuar impulsivamente, seize the day.
También, en busca del tiempo perdido, aunque no lo encontré, compré À la recherche du temps perdu, en un volumen sólo, me llamó la atención, 2403 páginas. También ayer, más experiencias proustianas, leía en Speech Acts in Literature:
O, sospecha más terrible, y más plausible, que quizá no arda ninguna llama: la de la indiferencia.
También me compré un disco de tangos de Calamaro, Tinta roja. Y esta noche estaré por el concierto de Noa. Vamos a Noa-Noa.
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