Me acabo de leer La Galaxia Internet, de Manuel Castells (Random House Mondadori, 2002, ed. de bolsillo 2003), un libro que me compré el año pasado pero que tenía aparcado hasta este fin de semana. Es una visión panorámica de Internet y de cómo está afectando a la organización económica y social mundial, a través de lo que Castells denomina la creación de una sociedad-red. El libro está basado en unas lecciones de la Universidad de Oxford en 2000, con alguna revisión posterior, y es curioso cómo un libro tan reciente ya se nota como se echan en falta algunas cosas (y eso que es magnífico). Lo más visible, claro, la ausencia de referencias a las guerras de principios de siglo, y el cambio en el ambientillo internacional. En lo puramente referido a Internet, la ausencia de referencia a los blogs, que han subido como la espuma sólo en los últimos años. Y sin embargo, sí que puede enmarcarse el fenómeno de los blogs personales en el marco general que establece Castells. Cito un fragmento de su capítulo "¿Comunidades virtuales o sociedad red?" que me parece muy revelador:
Hasta aquí Castells (2003, 169-170). Leyendo esto, me parece, se entiende que los títulos que le suelo poner a este blog, títulos como "Vanity Fea", "Cogito Ego Sum", "Omphablog", "I Am I", o éste de hoy, "Narciso y Ego", no son en absoluto raros, originales, ni ombloguísticos, como podría parecer, antes bien son puramente objetivos, y sintomáticos de un proceso más general, son típicos hasta la impersonalidad. El yo, como bien dice Olivier Nérot, es el centro natural de la galaxia Internet.
"Actualmente, la tendencia dominante en la evolución de las relaciones sociales en nuestras sociedades es el auge del individualismo en todas sus manifestaciones. No se trata tan sólo de una tendencia cultural. O, por lo menos, es cultural sólo en el sentido de la cultura material, o sea, un sistema de valores y creencias que configuran el comportamiento y que está arraigado en las condiciones materiales del trabajo y el sustento en nuestras sociedades. Desde perspectivas muy diferentes, científicos sociales como Giddens, Putman, Beck, Wellman, Carnoy y quien esto escribe, hemos señalado el surgimiento de un nuevo sistema de relaciones sociales centrado en el individuo. Tras la transición desde el predominio de las relaciones primarias (encarnadas en la familia y la comunidad) hacia el de las relaciones secundarias (encarnadas en la asociación), el nuevo patrón dominante parece estar constituido en torno a lo que podríamos denominar relaciones terciarias, o lo que Wellman llama ’comunidades personalizadas’, encarnadas en redes centradas en el yo. Esto representa la privatización de la sociabilidad. Esta relación individualizada con la sociedad es un modelo específico de la sociabilidad, no un atributo psicológico. Está radicada, para empezar, en la individualización de la relación entre capital y trabajo, y entre trabajadores y proceso de trabajo, en la empresa-red. Se debe a la crisis del patriarcalismo y a la consiguiente desintegración de la familia nuclear tradicional, tal como se constituyó a finales del siglo XIX. Está mantenida (aunque no producida) por nuevos modelos de urbanización, en la medida en que el crecimiento suburbano y exurbano y la creciente desconexión entre función y significado en los microlugares de las megaciudades individualizan y fragmentan el contexto espacial de la vida cotidiana. Y está racionalizada por la crisis de la legitimidad política, en cuanto que la distancia creciente entre los ciudadanos y el Estado socava los mecanismos de representación y fomenta que el individuo se retire de la esfera pública. El nuevo modelo de sociabilidad en nuestras ciudades se caracteriza por el individualismo en red".
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