- Zapatero ha dicho dos cosas muy distintas: que una reforma estatutaria aceptable pasa por un consenso entre los vascos: no del 51 % sino del 60, del 70, del 80%. (Ojo, del 60%). ¿Es de suponer que entonces se les aplicaría la misma regla que a los catalanes, es decir, "el Parlamento español aprobará cualquier estatuto que venga consensuado desde Cataluña"? Esto es concederle la mayor a Ibarreche: que vascos y catalanes tienen derecho de autodeterminación.
- Muy distinto es decir otra cosa que dijo: que la reforma la tienen que aprobar todos los vascos y todos los españoles. (A ver qué quiere decir "todos", porque "todos" no es "todos", claro). Esto sí es constitucional. Pero si Zapatero está polite con Ibarreche es en parte porque sus propios apoyos parlamentarios para gobernar, los de Esquerra Republicana de Catalunya, han votado en contra, mientras que el PSOE ha votado aquí junto con el PP, la bestia negra. Tenemos muchos boletos para que se siga produciendo lo que ya ha pasado con gobiernos tanto del PSOE como del PP: que para un beneficio coyuntural se pacta con partidos con quienes no se comparte la base misma de la acción política, la Constitución, antes que con otro partido constitucionalista. Y en el caso del PSOE aún es más flexible la cosa, porque el PSOE no es constitucionalista en realidad: no desea mantener la constitución, sino que está dispuesto a ceder ante quienes quieren reformarla (me refiero al doloroso tema de la unidad territorial, no a la sucesión masculina de la Corona etc.), sobre todo si ve que puede sacar de ello alguna ventaja política. Y una cuestión añadida que todavía no se nota mucho pero se notará, vaya si se notará: que el PSOE no tiene implantación ni en Cataluña ni en el País Vasco (es decir, Bono no es igual a Maragall). Igual debería implantarse...
- En cuanto a Ibarreche, también va jugando con dos barajas. Porque se declara independiente, pero quiere que además le concedan la independencia. Dos cosas al parecer incompatibles... pero en política vasca el proponer dos cosas al parecer incompatibles por lo visto da buenos resultados electorales. Ibarreche tiene todo el derecho del mundo (derecho personal e intransferible, me refiero) a declarar independiente al País Vasco. Pero malamente puede sostener que todos los demás estan obligados a aceptarlo de buen grado, porque desde luego no tiene ningún derecho constitucional para hacerlo. Y si lo que dice es que rompe con la constitución, etc., pues quizá no debería presentarse a las elecciones que se hacen al amparo de la Constitución, para obtener puestos políticos fundados en esa Constitución. Es la historia de siempre: lo mío, mío, y lo tuyo, de los dos, pero ya elevado a rango de principio constitucional. Por lo menos a la Chunta Aragonesista le ha llegado para ver eso... a pesar de haberse subido en otras ocasiones al carro de los nacionalistas. Un auténtico watershed, eso: pero el PSOE, aunque parezca que no, se va cada mitad por un lado (los no-PSOES vasco y catalán, me refiero, PSs ni obreros ni españoles). De momento, los electores vascos ya no se pueden autoengañar: esta vez han de votar en las elecciones autonómicas recién convocadas a favor o en contra de la salida de España, a favor o en contra de un conflicto abierto donde cada cual empleará, en última instancia, la fuerza. El Estado empleará, claro, las fuerzas del orden; el estado aspirante sólo puede oponer las del desorden.
—oOo—
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: