Cuadro 1:
Otra presentación, con nombres y apellidos, del ránking mundial por número de artículos de este último año:
Cuadro 2:
Ránking mundial por número de total de artículos. Este es un posicionamiento más sólido, y ahí sigo subiendo, mientras no se diga lo contrario. Estoy a fecha de hoy mismo en el puesto 15—algún chinche diría que en el 16:
Cuadro 3:
Pero no. En el 16 estuve el mes pasado, como acredita este otro gráfico, y estoy, efectivamente el número 15:
Cuadro 4:
Eso en volumen de producción (digamos). El propio cuadro 3 muestra la distancia que media entre escribir mucho y ser muy leído o muy citado. Se me ocurre otro cuadro resultante de cruzar estos datos en el que estaría bastante mal posicionado—entre los muy escribidores y poco leídos, frente a los poco escribidores y muy leídos que ocuparían los primeros puestos de un ránking más interesante. Por parafrasear a Gracián: los breves, si muy citados, dos veces buenos.
(Y vamos a suponer, convención académica universalmente aceptada, que si te citan es para bien. O, más bien, por traer a la luz los presupuestos inconfesos de estos ránkings académicos: que hablen de ti, aunque sea mal. Con tal que dejen constancia y cita).
Bien, y un último gráfico al respecto. Otro donde se ve un punto de inflexión, me temo que definitivo, en esta carrera mía (April is the cruellest month). Es un dato que también se ve en el cuadro 3, pero ahora presentado en forma de gráfico. Es el posicionamiento más fiable que se extrae de este sitio—no por trabajo invertido, sino por resultados obtenidos, es decir, por número total de descargas. La proporción ya he dicho que juega en contra mía; me he trabajado mucho el SSRN para obtener proporcionalmente un posicionamiento por resultados siempre inferior a mi posicionamiento por trabajo hecho. Pero a vista de pájaro no es un puesto malo, así a nivel mundial. Por un breve momento (marzo de 2015 fue en este sentido la cima de mi carrera) logré posicionarme entre los dos mil autores más leídos—en el puesto 1982. Me hacía ilusión llegar al 1961, pero ya no podrá ser, pues aquí también se ve cómo tocamos techo y emprendemos el descenso, en suave pendiente, hasta que nos convertimos en la sombra del perro de alguien. Y de ahí hay nada hacia la nada y el olvido, destino común de todo humano empeño, y del cosmos en general.
Cuadro 5:
Qué alegre subía, ese pequeño gráfico...
Pero voy a terminar con una nota menos melancólica. Hay gráficos que bajan y luego remontan,
On a vu souvent
Rejaillir le feu
De l'ancien volcan
Qu'on croyait trop vieux
Il est paraît-il
Des terres brûlées
Donnant plus de blé
Qu'un meilleur avril
—como éste del cuadro 6. Por número de descargas recientes, que no es mal índice, estoy en el puesto 573:
Cuadro 6:
Y bajando.
—oOo—
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