Bingo, de Edward Bond, es una obra de teatro sobre los últimos días de Shakespeare, tras su retiro a Stratford. Nos presenta Bond la imagen de un Shakespeare desorientado, escéptico, desengañado de la vida, de su obra y de su familia.
Shakespeare es aquí una especie de alien desconectado de su entorno, disgustado por su quejosa e hipócrita hija Judith y por su esposa (que no aparece en escena), y sólo conectado con la humanidad a través de su (mínimo) interés en personajes marginales. Una vieja sirvienta que según Bond ocupa el lugar de su hija "buena", Susanna, a quien favoreció en su testamento a expensas de Judith y de su madre. Un viejo sirviente loco, su marido, un demente que disfruta de la vida sin embargo. Y la "amante" de éste, una chica vagabunda que primero es azotada y al final ahorcada por los prebostes y puritanos del lugar, más falsarios aún que Judith.
Y sin embargo Shakespeare se entiende con ellos en cuestiones de dinero e intereses—los apoya en el asunto de los campos comunales que quieren cerrar para apropiárselos. Aunque el representante de éstos, Combe, hombre fuerte de la localidad, manda azotar a la vagabunda, y luego ahorcarla, por puro sadismo, Shakespeare no se enfrenta a él—se atiene a su status de gentilhombre con posesiones, tratando entre caballeros. En cuestiones de dinero se mueve como un zombi, y esto le desconecta de sí mismo y le hace dudar del sentido de todo—Was anything done? es al final la frase que resume sus dudas de todo y su rechazo a sí mismo, y a las inconsistencias que lo atraviesan.
Uno de los motores de la
obra es la pregunta que se hace Bond, cómo una persona con sensibilidad
moral puede vivir en una sociedad brutalmente injusta y no volverse
loco. Se aplica, claro, a Shakespeare, o a Bond, o al público, y se
resume en la escena en que vemos a la vagabunda ahorcada y a
Shakespeare ante ella murmurando inconsistentemente sobre la belleza de
su rostro, un emblema de la inocencia siempre perseguida y maltratada,
siempre sometida a la crueldad y a los intereses más viles que triunfan
en el mundo.
Pero vamos al anillo. Aparece mencionado en el último parlamento
inconexo de Shakespeare (que se ha suicidado por envenenamiento, y yace
en el suelo mientras Judith busca frenética su testamento entre los
últimos espasmos del autor).
Los sentidos de la obra no están muy claros, quizá por el hecho
mismo de que al tomarse Bond libertades con la vida de Shakespeare
(suprime a Susanna y la cambia por la anciana) no sabemos muy bien el
alcance que puede querer dar a los elementos que sí conocemos, como por
ejemplo la alteración del testamento por el escándalo sexual que
precedió al matrimonio de Judith. (Otra cuestión, por cierto, que curiosamente no se menciona en la obra). Sobre este testamento, Shakespeare's Will, o Will's Will, ha
escrito Christopher Rush una novela fascinante y compleja, Will (2007),
estructurada en torno al documento en cuestión.
El anillo puede tener, por tanto, diversos sentidos, según nos atengamos o no a lo estrictamente dramatizado en Bingo. Por una parte, es el anillo que no está en el dedo de la mendiga; en otra vida podía haber sido la esposa de Shakespeare, en lugar de la esposa que tiene y que tanto aborrece—y en lugar de ser una víctima apaleada por los puritanos bienpensantes. Pero es también, tal vez, el anillo de gentilhombre que Shakespeare ha perdido, y que no sabe quién habrá encontrado. La mendiga quizá... También para Shakespeare el burgués es una ladrona, la mendiga, aunque vea en ella a la inocencia victimizada. Pero no, al pie del cadalso sólo hay una moneda; el anillo se ha perdido.
Quizá el anillo lleve sus
iniciales, WS; ese anillo no pudo utilizarlo Shakespeare para sellar el
testamento que modificó los últimos días de su vida: al parecer contaba con ello, pero no apareció el anillo. Según Rush (p. 462) se le cae el anillo a Shakespeare al quitarse los guantes para mear.
Quizá sea el anillo uno que, con esas
iniciales, se encontró junto al río en Stratford mucho más tarde, en el
siglo XIX. El Shakespeare de Bond lo buscaba en los dedos de la
mendiga, pero no iba a estar ahí, claro. Judith tampoco encuentra el
testamento modificado: "If he's made a new will his lawyer's got it", le dice a su
madre.
Sobre el anillo encontrado habla
Peter Ackroyd en su biografía de Shakespeare. En Bingo no reaparece. La última palabra de la
obra, palabra de Judith, es en cierto modo una respuesta a la pregunta
de Shakespeare, "was anything done":
Se refiere al testamento, claro.
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