jueves, 29 de noviembre de 2012

Un anillo en Bingo

Bingo, de Edward Bond, es una obra de teatro sobre los últimos días de Shakespeare, tras su retiro a Stratford. Nos presenta Bond la imagen de un Shakespeare desorientado, escéptico, desengañado de la vida, de su obra y de su familia. 

Shakespeare es aquí una especie de alien desconectado de su entorno, disgustado por su quejosa e hipócrita hija Judith y por su esposa (que no aparece en escena), y sólo conectado con la humanidad a través de su (mínimo) interés en personajes marginales. Una vieja sirvienta que según Bond ocupa el lugar de su hija "buena", Susanna, a quien favoreció en su testamento a expensas de Judith y de su madre. Un viejo sirviente loco, su marido, un demente que disfruta de la vida sin embargo. Y la "amante" de éste, una chica vagabunda que primero es azotada y al final ahorcada por los prebostes y puritanos del lugar, más falsarios aún que Judith.  

Y sin embargo Shakespeare se entiende con ellos en cuestiones de dinero e intereses—los apoya en el asunto de los campos comunales que quieren cerrar para apropiárselos. Aunque el representante de éstos, Combe, hombre fuerte de la localidad, manda azotar a la vagabunda, y luego ahorcarla, por puro sadismo, Shakespeare no se enfrenta a él—se atiene a su status de gentilhombre con posesiones, tratando entre caballeros. En cuestiones de dinero se mueve como un zombi, y esto le desconecta de sí mismo y le hace dudar del sentido de todo—Was anything done? es al final la frase que resume sus dudas de todo y su rechazo a sí mismo, y a las inconsistencias que lo atraviesan. 

Uno de los motores de la obra es la pregunta que se hace Bond, cómo una persona con sensibilidad moral puede vivir en una sociedad brutalmente injusta y no volverse loco. Se aplica, claro, a Shakespeare, o a Bond, o al público, y se resume en la escena en que vemos a la vagabunda ahorcada y a Shakespeare ante ella murmurando inconsistentemente sobre la belleza de su rostro, un emblema de la inocencia siempre perseguida y maltratada, siempre sometida a la crueldad y a los intereses más viles que triunfan en el mundo.

Pero vamos al anillo. Aparece mencionado en el último parlamento inconexo de Shakespeare (que se ha suicidado por envenenamiento, y yace en el suelo mientras Judith busca frenética su testamento entre los últimos espasmos del autor).

SHAKESPEARE. How long have I been dead? When will I fall down? Looking for rings on beggars' fingers. Mistaken . . . mistakes . . . Was anything done? (He takes nother tablet.) Years waiting. . . . fed . . . washing the dead. . . Was anything done? (He looks at a tablet in his hand).  Dead sugar. (He swallows it). Was anything done?


Los sentidos de la obra no están muy claros, quizá por el hecho mismo de que al tomarse Bond libertades con la vida de Shakespeare (suprime a Susanna y la cambia por la anciana) no sabemos muy bien el alcance que puede querer dar a los elementos que sí conocemos, como por ejemplo la alteración del testamento por el escándalo sexual que precedió al matrimonio de Judith. 
(Otra cuestión, por cierto, que curiosamente no se menciona en la obra). Sobre este testamento, Shakespeare's Will, o Will's Will, ha escrito Christopher Rush una novela fascinante y compleja, Will (2007), estructurada en torno al documento en cuestión.  

El anillo puede tener, por tanto, diversos sentidos, según nos atengamos o no a lo estrictamente dramatizado en Bingo. Por una parte, es el anillo que no está en el dedo de la mendiga; en otra vida podía haber sido la esposa de Shakespeare, en lugar de la esposa que tiene y que tanto aborrece—y en lugar de ser una víctima apaleada por los puritanos bienpensantes. Pero es también, tal vez, el anillo de gentilhombre que Shakespeare ha perdido, y que no sabe quién habrá encontrado. La mendiga quizá... También para Shakespeare el burgués es una ladrona, la mendiga, aunque vea en ella a la inocencia victimizada. Pero no, al pie del cadalso sólo hay una moneda; el anillo se ha perdido.  

Quizá  el anillo lleve sus iniciales, WS; ese anillo no pudo utilizarlo Shakespeare para sellar el testamento que modificó los últimos días de su vida: al parecer contaba con ello, pero no apareció el anillo. Según Rush (p. 462) se le cae el anillo a Shakespeare al quitarse los guantes para mear.

"In witness whereof I have hereunto put my hand and seal. We'll have to strike out seal and leave in hand, as you've lost your ring. And the day and year first above written, 25th March, year of our Lord 1616." (Rush, Will, 472)


Quizá sea el anillo uno que, con esas iniciales, se encontró junto al río en Stratford mucho más tarde, en el siglo XIX.  El Shakespeare de Bond lo buscaba en los dedos de la mendiga, pero no iba a estar ahí, claro.  Judith tampoco encuentra el testamento modificado: "If he's made a new will his lawyer's got it", le dice a su madre.

Sobre el anillo encontrado habla Peter Ackroyd en su biografía de Shakespeare. En Bingo no reaparece. La última palabra de la obra, palabra de Judith, es en cierto modo una respuesta a la pregunta de Shakespeare, "was anything done":

JUDITH (Crying) Nothing.

Se refiere al testamento, claro.


 
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