The Arbor, película dirigida por Clio Barnard, es una mezcla de documental y drama sobre la escritora barriobajera Andrea Dunbar, de Bradford, muerta a los 29 tras una vida desestructurada—y las secuelas en su familia 20 años después de su breve éxito. Tiene excelentes críticas pero el conjunto es más bien deprimente de ver, y vidas tan desorganizadas, planas, desestructuradas y prosaicas no dan ni siquiera para un drama soportable. Ni siquiera entra mucho la película en la vaciedad del mundillo literario que hizo un éxito de las tranches de vie de Andrea Dunbar. Estos ambientes mejor no verlos ni en teatro ni en pelícuula. En The Village Voice la ponen mejor:
An exemplar of fact-fiction hybrid filmmaking, Clio Barnard's debut feature traces the life of British playwright Andrea Dunbar (1961–1990), whose work chronicled her grim existence in the West Yorkshire housing project where she grew up, and the fallout of her notoriety, horrible choices in men, and alcoholism for her family, particularly her oldest daughter, Lorraine. Barnard seamlessly blends archival material and a live staging of Dunbar's play of the title on the writer's home turf. But her boldest intervention in the bio-doc is having actors lip-synch the words of the actual interviewees—a deliberate distancing device that nonetheless draws viewers in closer.Muy saltable, la llamo yo, mejor que a must-see. Los acentos de Bradford, lo mejor, pero ojo que es Inglaterra profunda, deepest heart of greyness.
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