O, the discovery of a
Great Gaping Gulf whereinto the World is Like to be Swallowed. Según la teoría del Big Bang, el universo
surgió de la nada por motivos desconocidos. Algo especulan al respecto
los astrofísicos (ver por ejemplo
esta conferencia de Neil Turok, "What Caused the Big Bang"?) pero,
en suma, queda un interrogante mayúsculo. Siendo que toda nuestra
información es transmitida por señales o proviene de fenómenos que han
dejado huella, todo lo que podemos saber limita con un punto
infranqueable, donde se generan los fenómenos discretos o la energía
que transmite la información. No sabemos qué causó el Big Bang, ni
siquiera si tiene sentido hablar de causalidad en este caso que (en lo
que sabemos y podemos saber) es único, una singularidad en más de un
sentido.
Al no saber nada sobre el origen, hay otra cosa que no sabemos. No
sabemos si las condiciones creadas por el Big Bang estabilizan el
cosmos de modo que sea imposible el surgimiento inopinado de otro Big
Bang, en cualquier punto del espacio-tiempo, o de otro universo en
expansión que se lleve el nuestro por delante.
Y así está la cosa. Lo que vemos (la tierra, el mar, las nubes, la
gente y sus cosas, los pájaros volando) parece tener una cierta
estabilidad, estar en cambio lento pero controlado, seguir un proceso
ordenado. Los cataclismos que esperamos son también lentos y
previsibles en cierto modo: el agotamiento de la energía del petróleo,
o del sol en un lejano futuro, el cambio climático, un terremoto quizá
que resquebraje un poco nuestro mundo, a todo tirar (y esto no lo
queremos ni pensar) un asteroide que pueda acabar con todo súbitamente
con unos pocos meses quizá de preaviso. Todo es inestable, pero (lo
primero) no nos gusta pensar en ello, y (lo segundo) nos parece
extremadamente implausible que todo pudiera desaparecer en un momento: creemos conocer el mundo y tenerlo si no
bajo control, al menos razonablemente previsto.
Yo ví sin embargo, hará menos de veinte años, una catástrofe cósmica de
tamaño planetario—filmada por una sonda espacial que pasaba junto a
Júpiter. Cayó allí un cometa que causó una explosión mayor que todo
nuestro planeta—un cometa que con un poquito menos de probabilidad
sólo, podía perfectamente haber caído en la Tierra, y se acabó la
Historia. Se quedó la cosa en una noticia de curiosidades para rellenar
el telediario.
Pero es que todo es aún más inestable. Aparte de los derrames
cerebrales que nos pueden dar súbitamente, para acabar también la
historia a nivel local, está la posibilidad inherente de que todo lo que conocemos desaparezca
en un segundo. Ya no es que la tierra sea poco firme, o que al sol le
falten pilas. Es que todo es fundamentalmente inestable, si aceptamos
lo que hemos dicho al principio sobre el Big Bang. Todo está donde está
por razones que desconocemos, y podría desaparecer en un momento. No
porque yo lo diga, sino porque una vez estudiado lo que hay, las cosas
son así.
Todo podría desaparecer en cualquier momento, and leave not a wrack behind.
Siendo esto así, cualquier momento vale como conclusión final de
todo—no hay por qué esperar a que la larga historia siga su curso
previsible y quizá totalmente imaginario. Ya no es que "hoy es el primer día del resto de la vida"— ni siquiera que haya que vivir cada día como si fuera el último.
Es que por sus propios méritos ya lo ha sido. La historia, de por sí, está acabada ya. Cualquier momento podría ser
el momento final de la historia, y eso hace que en cierto modo cualquiera ya lo
sea. En la medida en que no lo es—es por la pura casualidad en la que vivimos.
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