Esta foto es de los disturbios de ayer de Barcelona, tras
la declaración de la vaga en la Universidad—algo que para
muchos vagos y maleantes es como el carnaval, pero más divertido como
deporte de riesgo para niñatos aburridos. Miles de manifestantes, y
entre ellos cientos de delincuentes, bloquearon la Universidad y las
calles, asaltaron sucursales bancarias, arrasaron con el mobiliario
urbano y atacaron la Bolsa. Aquí sale un pobre oficinista intentando
mantener a raya a un siniestro canalla, un fantoche que parece salido
de Scream, y que evidentemente está gozando destrozando
martillo en mano todo lo que pilla, con la excusa de su altruismo
idealista, de su concienciación social y de su mente crítica. A la policía
no se la espera, que ofende su existencia; está básicamente para
subirles un poco la adrenalina a estos mangutas, y que se crean que son
el Che Guevara.
Y luego a agitar las manitas como almas puras en señal de pacifismo, los
muy
falsarios, cuando lo que les va es el mogollón de apoyo mutuo donde se
disimulan los más psicópatas, y se les arropa. Y la jodía bandera de la
República que no falte, claro, ya la llevan de oficio.
A estos borrokas de mierda es a los que defiende el PSOE cuando se
opone a la actuación de la policía. A estos defienden los panolis que
van a manifestarse contra la "violencia policial". Estos son los
que supuestamente están defendiendo "la educación pública". Qué
país, qué nube de estupidez espesa le ha aterrizado encima, que parece
que no nos vamos a librar ya nunca de ella.
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