En el número 6 de Erata, la revista de la asociación cultural de Biescas, salen unas páginas de homenaje y recuerdo a mi padre. Aparece allí un poema suyo sobre el otoño en Biescas, creo que el único que escribió, en el que se aprecia lo bien que conocía mi padre el paisaje de su pueblo, y lo mucho que lo disfrutaba.
En estos versos de Ramón J. Duaso, fechados en agosto, se ve el buen recuerdo que dejó en él, como en todas las personas que lo conocieron.
Poema dedicado a Don Angel,
a título póstumo, con afecto
Te has marchado de este mundo
Y huérfanos nos has dejado
a numerosa familia
Y a los que te hemos amado.
Muchos hombres como tú
el mundo los necesita
como necesita el sol
o el agua bendita.
Con tu tesón y constancia
has hecho una gran labor,
educando y enseñando
para el mundo hacer mejor.
No sé si te han valorado
tus proyectos e inquietudes,
tu sencillez y humildad
y tus enormes virtudes.
Pues de sobras es sabido
que somos incomprendidos,
—falta sensibilidad—
valores que se han perdido.
Sin embargo, tú has cumplido
todo aquello que Dios quiere:
trabajo, paz y honradez,
y dar pan al que no tiene.
La huella que tú has dejado
es difícil superar
en la docencia y deportes
y en otras facetas más.
Quedaste huérfano niño,
por el odio y el rencor,
sin causa justificada,
tal vez por un malhechor.
Pero has sido generoso
y no has guardado rencor,
Le has dejado la justicia
a Jesús el Salvador.
Biescas ha tenido un hijo
de los que siempre dan suerte.
Te admiramos en la vida
y hemos llorado tu muerte.
La perfección nunca existe
entre los seres humanos.
Sin embargo tú tuviste
un buen puñado en tus manos.
Tus proyectos y trabajo
te hicieron muy valioso,
por algo fuiste un año
en la fiesta el Pregonero.
Ahora tu cuerpo descansa
después de tanto luchar
para criar a tu prole,
educar y alimentar.
Por esto y por tantas cosas
que no se te han valorado,
ahora en el más allá
las estarás disfrutando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: