No es lo que dicen que hacen, pero me parece que es lo que hacen. Nos anuncian a través del boletín de la Universidad de Zaragoza la aprobación de nueva simbología y logotipos para la Universidad. Se recordará que hace poco había una polémica por el asunto de los patronos de los centros, y que algunos colectivos sugerían retirar la simbología cristiana del escudo de la Universidad, por impropia de una institución aconfesional. Parece que se ha optado por una solución de compromiso, así que vamos diciéndole adiós a San Pedro poquito a poco. A San Braulio parece que no se le apea de su puestecillo de patrón de la Universidad, de momento:
La Universidad de Zaragoza ha aprobado hoy en Consejo de Gobierno su Manual de identidad corporativa, que define su imagen institucional, así como los criterios para su gestión y uso. El manual define por primera vez el logotipo de la Universidad (compuesto de símbolo y marca), distinguiendo entre el uso solemne y protocolario (para el que se utilizará el escudo tradicional de la Universidad, que se remonta al siglo XVI, acompañado de la marca Universidad Zaragoza) y el uso académico, administrativo y social (para el que se utilizará una imagen simplificada del Paraninfo, edificio más significativo de la Universidad, con la misma marca).
El manual recoge también los logotipos de centros e institutos universitarios (para los que se parte de sus símbolos tradicionales, acompañándolos de su nombre y la marca Universidad Zaragoza), así como de departamentos y servicios. La aprobación, por primera vez, de la imagen corporativa de la Universidad permitirá un reconocimiento unívoco e inmediato de la institución, así como su convivencia en condiciones de igualdad con las de otras instituciones.
El manual recoge también los logotipos de centros e institutos universitarios (para los que se parte de sus símbolos tradicionales, acompañándolos de su nombre y la marca Universidad Zaragoza), así como de departamentos y servicios. La aprobación, por primera vez, de la imagen corporativa de la Universidad permitirá un reconocimiento unívoco e inmediato de la institución, así como su convivencia en condiciones de igualdad con las de otras instituciones.
Bueno, hablando de edificios significativos, aquí los edificios tradicionales e históricos de la Universidad se los dejaron caer o quemar. Eso es algo que no pasa mucho en América, donde cuidan más la tradición—y hasta te dan los títulos académicos en latín, si hace falta, como el de Magister Artium que me dieron a mí en Brown University.
"El diseño de la imagen de la institución académica", nos dice el Heraldo de Aragón, "se ha hecho gracias a un mecenazgo y se dará un plazo de adaptación a la comunidad universitaria hasta el 31 de diciembre, según explicó ayer la vicerrectora de Relaciones Institucionales y Comunicación, Pilar Zaragoza."
Una decisión aún más rarita es el cambio de nombre de la universidad, al menos en su marca y promoción pública. Ya no es la "Universidad de Zaragoza", sino la Universidad Zaragoza. Hale. Como quien dice la vicerrectora Zaragoza. Será que alguien se ha dado cuenta de que la Universidad de Zaragoza llevaba cuatro siglos y medio sin bautizar—y no la iban a llamar Universidad San Pedro, desde luego.
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Aquí el Manual de Identidad Corporativa de la Universidad de Zaragoza. Por cierto, no sólo cambia el nombre de la Universidad, sino que se recomienda que cambie el nuestro—tiene el manual una sección sobre estandarización de firmas para adaptarlas a normativas internacionales, en las que no caben los nombres españoles ni sus curiosas estructuras. Así que para evitar ser JAG Landa, como soy en Google, debería yo ser José García-Landa. Oigan, pues no, gracias—que estandarice quien tenga que estandarizar, y que aprenda cómo son las cosas quien tenga que aprenderlas.
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