lunes, 20 de agosto de 2018

Retropost (20 de agosto de 2008): Narración de la catástrofe



Seguimos en directo la narración del accidente del avión de Hispanair en Barajas—la reconstrucción narrativa de una catástrofe en curso.

- Primero por la radio. Primeras noticias : un accidente de avión. Nos situamos mentalmente evaluando la distancia que nos separa del suceso. Evaluamos la probabilidad (muy baja) de que haya familiares involucrados. Se imaginan posibles guiones (accidente leve, gran catástrofe, etc.), y una vez sabido el núcleo de la cuestión, se queda a la espera de ir rellenando el esquema narrativo con detalles. Con muertos, sobre todo.

- Cambio de medio, a la televisión. Aparece en forma de informativo especial, género que prepara para acontecimientos excepcionales y catástrofes. Se cotejan versiones, teletipos y fuentes diversas: Número de pasajeros - y 7 muertos  - o cuarenta - o veinte - o cincuenta y cinco. Se dan nuevas pinceladas al cuadro de la catástrofe, y también se esbozan áreas de incertidumbre que se han de aclarar. Al principio con distintas versiones, gradualmente con noticias fiables. El público especula sobre si los informadores ya saben que hay más muertos, sobre si dosifican la información.

- La programación ordinaria de la televisión (Amar en tiempos revueltos) se ha interrumpido, pero no dejan de hacerse pausas para anuncios entre capítulo y capítulo de la catástrofe. La excusa, claro, es esperar nuevas noticias y evitar un exceso de repetición. También hay pequeñas dudas y fallos del directo, producto de la premura y de la dificultad de orquestar distintos materiales en una única narración emitida por la pantalla.

- Es sin embargo una narración esencialmente repetitiva, o más bien en retornos y ampliaciones: se ofrecen nuevas dimensiones, se resuelven incertidumbres que a la vez requieren más ampliación. La multidimensionalidad de la catástrofe se va expandiendo así a medida que se ahonda en ella: también crece la implicación emocional del espectador y de los narradores. (Vamos por 45 muertos según unas fuentes, según otras).

- La imagen va ofreciendo su propia narración simultánea. Algunos aspectos son resaltados por los presentadores, otros simplemente se ven, aunque no es mucho lo que se ve, aparte de ambulancias moviéndose, helicópteros y humo.

- Entran nuevos personajes en escena: conocidos (políticos) y desconocidos (los dos bebés, los familiares entrevistados, etc.). Iremos sabiendo más de algunos, de otros no.

- Se van perfilando los números de los efectivos utilizados - se narran planes de socorro. La narración se va extendiendo al futuro, con prospectivas, y al pasado, con analogías, con raíces del asunto. Teléfonos de ayuda a los familiares - servicios de ayuda y lugares habilitados (se recuerda al 11-M).

- Se narra una y otra vez el hecho central, y se van añadiendo datos. Sobre la avería y la maniobra. Sobre el modelo del avión. Llevaba una hora de retraso para despegar. Se han recuperado las cajas negras. Cada dato abre posibles líneas de desarrollo y de hilazón posteriores.

- Se va entrevistando a responsables más informados, con más vaivenes de incertidumbres y versiones. El objeto en sí, el avión siniestrado, está fuera del alcance de cámaras y periodistas.

- Se apuntan lecturas morales y se estudian reacciones de distintas personas. Muchos pasajeros parecen más preocupados por el atasco que por la posibilidad de accidentarse ellos.

- Los políticos suspenden sus vacaciones. (Se imaginan, quizá, críticas y ataques oportunistas, si no lo hacen).

- Se va evaluando, primero implícitamente, luego explícitamente, la responsabilidad de la compañía aérea. Se está atento a sus reacciones; se valoran éstas.

- Se ofrecen reacciones de familiares, comentarios angustiados - Pero los familiares tienen asistencia psicológica, con lo cual hay un apunte del esquema narrativo problema / solución.

- La mayor ansiedad de los informadores es el número de víctimas, que ubicará esta catástrofe en el lugar que le corresponde (numéricamente) en la secuencia de catástrofes que van recordando y extrayendo de los archivos. Una vez se determine ese número, quedará cerrada la mayor causa de ansiedad narrativa del acontecimiento para el medio televisivo. Quedará el rastreo de las causas. Nadie ha hablado aún de atentado.

- El género televisivo, narración en directo, busca la saturación espontánea de la noticia.

- Se leen indicios. No llegan muchas ambulancias a los hospitales—señal de que puede haber más muertos y menos heridos de lo que se dice. El término "desaparecidos" se interpreta pronto como un eufemismo.

- Se personalizan las historias individuales — aún dentro de un anonimato. Se dan datos de los heridos que se han visto.

- Se cambia de una dirección informativa a otra, de una fuente a otra, de una perspectiva a otra, de un corresponsal a otro, en búsqueda frenética de la saturación narrativa (saturación que como digo está lejos de llegar, pues cada vez se abren nuevos frentes de interés a tener en cuenta).

- La temporalidad de una narración en curso de construcción es un vaivén frenético. Se cuenta lo que ha sucedido (seguro). Lo que pudo haber sucedido. Lo que se sabrá pronto. Lo que lo causó. La evaluación que se hará en un futuro. Vuelta a los preliminares, y a lo que se sabe... Todavía más inestable que el tiempo es el status factual o hipotético de lo que se cuenta, sujeto a reevaluación y modificación constante.

- Van apareciendo, conforme se expande el relato, las formas elaboradas de la narratividad. La especulación sobre otras narraciones que se harán. La evaluación mutua de los comunicadores por su labor (primero felicitaciones a los colegas, luego formas más críticas).

- Los objetos innombrados o no vistos van apareciendo o nombrándose poco a poco. Aparecerá la carcasa quemada, en un acercamiento cada vez mayor al corazón del accidente. A la vez se va haciendo un acercamiento a las cuestiones de intencionalidad y responsabilidad. Un piloto descarta totalmente la posibilidad de error humano de su colega. En un futuro ya se matizará. Acechan (innombradas) las compañías de seguros, a ver si el relato que judicialmente se determine favorece a unos o a otros aseguradores.

- Y poco a poco cede la intensidad y se va alternando la narración con otras historias—el fútbol, las olimpiadas; se diluye e integra en el ritmo informativo habitual, y así se va hilando la catástrofe en la vida cotidiana, y en las demás historias del presente, al menos en la representación pública que de ella se da.





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(PS, 21 de julio: Va tomando forma una narración en las páginas de la prensa: 152 muertos y subiendo, por fin, y mala gestión de la información en un principio; la crisis de la compañía como un factor a tener en cuenta en la catástrofe. La denuncia de los pilotos (que habían anunciado huelga) en un manifiesto, diciendo que la presión de la compañía les llevaba a descuidar las medidas de seguridad. La intención anunciada hace poco de reemplazar más de una decena de aviones de este modelo para el mes que viene. El avión de segunda mano. El copiloto que iba a ser despedido antes de dos meses. El error humano que ha de tenerse en cuenta en toda una constelación de causas).






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