martes, 21 de agosto de 2018

Fraude de ley a cuenta de Franco

La decisión de enterrar a Franco en el Valle de los Caídos fue posiblemente inadecuada, pero ya es historia. Más inadecuado, e historia presente, es el empeño del actual Arco Parlamentario, y en especial de la izquierda, en profanar simbólicamente el cadáver del dictador. Ello aunque sea a costa de un fraude de ley, poniendo en evidencia una bajeza moral y un nivel de resentimiento verdaderamente notables. Dan vergüenza ajena.


Lo llaman "exhumar", pero es un eufemismo más cuando lo que se pretende es una ceremonia (más) de desautorización pública del franquismo, esta vez mediante la profanación simbólica de su cadáver, en la medida en que lo permita la ley o incluso un poquito más allá, sacando un decreto-ley inaudito con nombre y apellidos para una finalidad que sólo es urgente en los planes propagandísticos del gobierno de Pedro Sánchez, intentando apuntalar su minoría absoluta. No sé si SancheZPedro logrará desenterrar a Franco antes de perder su breve asiento en la Moncloa, pero si lo logra será con malas artes, con fraude de ley, y dejando en evidencia que, aunque Franco fuese un señor bajito, este individuo tan bien plantado, Sánchez, con su falsaria camisa blanca y su afán insensato de profanar el cadáver que le quita el sueño, es un auténtico ENANO a su lado.

Podrá Sánchez, si quiere —y si puede— dinamitar el Valle de los Caídos, como le piden muchos de sus aliados, en su insensata carrera hacia adelante mezclando la propaganda y el resentimiento. Pero eso no dejará de ser un triste mérito comparado con la acción de construirlo—y a Sánchez y sus aliados —Rufianes, Torras, podemitas y podemoides—les define y les retrata en su justa medida.
 




 


 


Lo malo es que Sánchez no está solo, en absoluto, con sus secuaces parlamentarios, y es un presidente a la medida de su país: todo fachada, y detrás, vastas extensiones de ignorancia y sectarismo —hipocresía, falsedad, incoherencia, fuegos artificiales, maniobras de distracción, y politiqueo de corto plazo.

Franco pasó casi sin solución de continuidad de ser el bienamado líder y gran timonel, a ser la causa y encarnación de todos los males del país, una especie de Hitlercillo local cuyo rechazo con espumarajos en la boca es el requisito sine qua non para ser aceptado en la comunidad de los Bienaventurados—por falsarios, fachas, leninistas o nacis que sean algunos de éstos. No son tiempos para entender a Franco o al franquismo como fenómenos históricos, cuando lo que se exige (pronto ya por ley) es el abucheo público del chivo expiatorio de nuestro actual Régimen.

El Valle de los Caídos sólo será un monumento a la reconciliación cuando se le acepte como lo que ya es: un monumento a la reconciliación hecho en tiempos de Franco y desde la perspectiva católica de su régimen. Esa aceptación, con el reconocimiento de la realidad de la historia que conlleva, está más allá del horizonte intelectual y moral de la mayoría del país. Así que la "exhumación" de Franco quedará como un episodio característico de esta época y de esta política, retratándolas y dando la medida de sus tristes aspiraciones y de sus patéticos logros.



















Quintero, Luis Fernando. "Federico a las 7: Sánchez exhumará a Franco con otro decretazo." EsRadio 22 Aug. 2018.*
         2018
Quintero, Luis Fernando, et al. "Tertulia de Federico: Sánchez exhumará a Franco por decreto." EsRadio 22 Aug. 2018.*
         2018







 
 
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