Acabo de caer en la cuenta de que ya hace treinta años de cuando nos solíamos reunir la pandilla de amigos en el parque o en la plaza a guitarrear y a cantar lo que se pudiese o supiese... Esta canción era una de las que más se llevaban por entonces, del dúo que llamábamos Simón y Garfúnkel—antes de la llegada de Pol Saimon. Las horas que me debí pegar yo en concreto dándole al folk rock, al blues y hasta a la música clásica, en guitarra acústica por cierto. Esto de la guitarra con las chavalas cerca del mar (o del río) se lleva menos hoy, creo. Algunos no paramos cuando nos compramos la corbata y nos volvimos gente aburrida allá en los años en que los equipos de música se volvieron negros... y aún seguimos guitarreando desde entonces ininterrumpidamente. Pero en solitario, claro.
Si la canción valía algo entonces, aún está más de actualidad ahora, creo, en los años en que las cajas tontas se aplanaron y perdieron la dimensión de la profundidad....
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