... y se le va la sonrisa a la "revolución de las sonrisas":
La finalidad era romper el Estado desde dentro, y, en efecto, destruir la nación española en Cataluña, creando una situación de inestabilidad generalizada que favoreciera la secesión de la republiqueta. Con la amenaza de usar la policía en caso necesario para imponer el nuevo orden revolucionario. Y todo ello malversando fondos a mansalva.
En la cárcel es donde encuentra su lugar natural esta colla de delincuentes. Y espero que nuestros miopes juristas no caigan en las burdas trampas que les han tendido como autoprotección, pues todos estos declararán si hace falta que jamás ha habido ninguna declaración formal de independencia, etc. etc., —todo bien diseñado por antemano para crear una nueva figura jurídica que, más allá del fraude de ley, podríamos denominar "fraude de delito."
Y mientras, sus palmeros delirantes, siguen en sus mundos de Yupi: aún no saben si existe la República Catalana, o no. Y no se lo pregunten, que igual les explotan las neuronas. De momento, dicen que 'jamás aceptarán el 155' pero ya corren a presentarse a las elecciones autonómicas del país que se supone han abandonado. Así no se puede competir: si no rige el principio de contradicción, su postura es desde luego invulnerable.
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