Publicado en Zaragoza. com. José Ángel García Landa
Unas ganas de que pasen los Pilares... por volver al trabajo.... no, eso no, pero sí por que se despejen un poco las calles (tenemos el centro tomado, pero vas a otros sitios y también están igual). Ayer dicen que cuatrocientas mil personas en la ofrenda de flores. Hala, venga, uno más. Y hoy toca la ofrenda de frutos, que sale como quien dice de nuestra calle.
Encima caes en el error de ir a parar a algún sitio lleno de gente... o si no es queriendo, es sin querer, porque todo está lleno. Ayer se nos perdió Oscar en un parque, menos mal que reapareció al poco rato, ya me veía yo de protagonista en la novela esa de Ian McEwan del niño desaparecido. Todo entre equipos de animadores disfrazados de insecto contratados por el Ayuntamiento. Me llevé a Oscar a casa y dejé a los demás viendo los fuegos artificiales. (Foto cortesía de Zaragózame).
De momento hoy huimos un rato a Biescas... poco, porque no podemos dejar al abuelo desatendido. Volveremos, aún a tiempo de pasear más calles llenas de gente, todos con camisetas de Héroes del Silencio, y de toparnos por sorpresa con gente de modo inesperado. Raro es eso en Zaragoza, produce un efecto hasta onírico cuando son de los que no ves desde hace años. Ambiente festivo, vamos—todo para quien lo quiera, si me preguntan a mí.
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