¿En qué disiento de García-Trevijano? En nada, menos en un punto: su llamada final al golpismo militar no respeta la ley ni la Constitución, y sería peligrosa e irresponsable de no ser falta de realismo.
Más acertado sería recriminar al Rey si sigue la deriva golpista en España: en ese caso habría de ser el Rey, como jefe del Estado y comandante supremo del Ejército, el responsable y encargado de dar órdenes al Ejército para la detención no sólo del Gobierno catalán, sino del inepto y traidor presidente del Gobierno español, y de solicitar al Congreso conversaciones para el nombramiento de un nuevo presidente del gobierno que cumpla y haga cumplir la ley.
Dura lex sed lex. Eso no quiere decir sólo que "pobre del que le cae un puro por hacer algo ilegal": quiere decir también que el responsable de cumplir la ley no tiene opción, no puede activarla o desactivarla a gusto, o hacer que se aplique "cuando yo decida" según la tesis del infame Rajoy. El responsable de aplicar la ley ha de hacerlo siempre, e inmediatamente.
Rajoy tiene secuestrado el Estado de Derecho, lo cual es en sí mismo un delito de alta traición—y la ley misma exigiría que se le apartase del poder inmediatamente para asegurar ese mismo Estado de Derecho. Si no lo hace el Congreso, tendrá que hacerlo el Rey.
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