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jueves, 14 de septiembre de 2017
Llevo unos días en Praga
Llevo unos días en Praga, una ciudad preciosa, en un congreso
internacional sobre narratología, en el que voy a hablar de un tema
cósmico, "Narración, Contingencia, y Singularidad". Viendo a gente que
tenía apalabrado ver desde hace años, amistades lejanas podrían
volverse, quién sabe, más cercanas, si les diésemos ocasión. Pero no
hay tiempo, no hay ocasión, nos atenemos al ritual establecido del
congreso, es difícil además estar a la altura de nuestro propio autor
implícito, en los congresos. La prueba de que este blog está muerto, y
de que el frío va subiendo, es que ni siquiera me he molestado en
comentar que había venido a Praga, cosa que no me pasa todos los días.
Está claro que he dejado de escribir. Y casi de leer. Y no me he
comprado novela de tema
praguense, ni El Golem, ni El Castillo, ni La Rebelión de las Salamandras. (Ni El Cementerio de Praga,
que ya la tengo pero no me la he leído). Aunque he ido a una librería
llamada Shakespeare e Hijos, esto me recuerda a París, les he dicho a
mis co-congresistas. Ellos viajan más que yo, todos. Me he sacudido en
parte la depre que me traje puesta en el avión, lanzado por las nubes
sin ninguna gana de subir ahí. Los congresos de Small World y de La Septième Fonction du Langage
tienen más drama. Pero éste también tiene drama, de otros géneros, más
realistas y más entre líneas. No sé si volveré a ningún congreso, no sé
ni para qué he venido, el tema del que hablo lo tengo que perfilar más,
y viajes... en fin, recibo mensajes, en los móviles, hasta en los que
no son míos, el de una chica de Praga, llevaba una frase de Star Wars
en las traseras. Está la cosa de tono bajo, para mí ya va siendo closing time me
parece.... y ni siquiera podemos patear bien la ciudad. Me decía una
chinita que me leía en Pekín, y que a ver si nos escribimos. Nos
escribiremos, I guess. Larissa me ha traído una matrioshka desde
Nizhni-Novgorod quizá. Y esta tarde hemos estado en una conferencia de
Marie-Laure Ryan sobre libros con materialidades que se salen del
libro. Luego nos hemos perdido tontamente por el barrio alto, hemos ido
a dar a un teatro de marionetas sin embargo. A la catedral de San Vito
no hemos podido llegar. Mi co-congresista duerme, agotada. Es
medianoche en el hotel, por la ventana se ve el Sheraton. Mañana
retomamos la labor, y el metro de Praga que nos lleva a nuestro destino
y vuelta.
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