Este fin de semana, en Biescas, se ha perdido Kira, la perra de mis sobrinitas Cris y Virginia. Es una cocker spaniel color miel, talmente como la de la foto que he puesto. La dejaron atada a la puerta de casa media hora, y ha desaparecido. Algo totalmente fuera de sus costumbres (es animal de costumbres) así que seguramente se la ha llevado alguien. Igual con buena intención y todo, creyendo que estaba abandonada, sobre todo si se ha soltado… aunque por Biescas casi todos los perros andan sueltos. Lo más probable es que la hayan robado. Con la de gente que está por el pueblo de paso los fines de semana… Muy tristes se han quedado Cris y Virginia, sobre todo porque no saben qué vida va a tener a partir de ahora Kira. Creo que no la volveremos a ver nunca. La vida de Kira, segunda parte, acaba de empezar. Ojala le vaya bien, pobrecilla perra, que es más inocente que ella sola. Y no van con ella esas historias de perros que se orientan y vuelven a casa recorriendo cien kilómetros.
PS. Apareció Kira, por fin—muerta, en el sótano de un solar en construcción. Muy posiblemente tirada allí por algún malintencionado cainita.
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