Nos informa la SER, y diversos interlocutores de este blogger, que en el proceso que se nos avecina (porque "la paz" no ha llegado, hay un "proceso" ahora), el auténtico peligro no son los terroristas, porque esos están de la mano en el corro la patata. Hasta se pueden permitir provocar algún "accidente grave", según parece: al parecer eso no inmutaría en exceso al presidente del gobierno en su inflexible determinación de tenerlos sentados a su mesa. Los malos malos de la película son... los segadores de esperanza. Los que dicen que el emperador va en cueros. Hoc opus, hic labor est.
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