Aparte de ser muy leído en el sentido de tener muchas lecturas, soy un ser muy leído en el sentido de tener muchas lecturas. Según ResearchGate, esta semana soy el autor más leído en sus secciones de Literatura y de Estética (bueno, "Literature" y "Aesthetics", que allí el inglés es where the action is).
Sí, también por razones estéticas se me lee:
ResearchGate tiene por cierto ocho millones de académicos usuarios. No estamos hablando de que sea el más leído de mi departamento, aunque también pasa esto con cierta frecuencia:
Me dirán que es vanidad comentar estas cosas, pero oigan, más presumidos salen los autores superventas en televisión quitándole importancia a lo mucho que venden y a los premios que les dan, y como si no fuese la cosa con ellos. Y rara vez se les echa en cara prestar atención a la atención que les prestan. Me pregunto por qué será. En todo caso, con qué elegancia lo llevan los tíos, en plan como decía Dylan, "I can't help it if I'm lucky..."
Por otra parte, recomienda Adam Smith, en su Teoría de los sentimientos morales, pasarse un poco de autoestima. Mejor que quedarse corto. Dice, y cito, que "nadie ha sido jamás estimado en más de lo que se estima a sí mismo." Este consejo lo vengo siguiendo incluso antes de conocerlo siquiera, recuperando el tiempo perdido por si alguna vez pequé de molesta modestia. Y sigue Mr. Smith:
En
casi todos los casos, es mejor mostrarse un poquito orgulloso de más,
que demasiado humilde. Y, en el sentimiento de la autoestima, algo de
exceso aparece, tanto a la persona misma, como al espectador imparcial,
como algo menos desagradable que algo de defecto. (p. 308)
Es un defecto que procuro no tener, ya me dirán si lo consigo.
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