En El origen del hombre,
Darwin tiene este interesante pasaje comentando el origen del altruismo
y de la solidaridad social, explicados mediante la selección natural:
Pero otro estímulo, mucho más potente, para el desarrollo de las
virtudes sociales lo proporciona el elogio y la censura de nuestros
compañeros. Tal como hemos visto, al instinto de simpatía se debe, en
primer lugar, el que apliquemos tanto elogios como censuras a los
demás, mientras que gustamos de los primeros y tememos a las segundas
cuando se nos aplican; y sin duda este instinto se adquirió
originalmente, como todos los demás instintos sociales, mediante
selección natural. Desde luego, no podemos decir lo temprano que era el
período en que los progenitores del hombre, en el decurso de su
desarrollo, se hicieron capaces de sentir y de ser impulsados por las
alabanzas o las críticas de sus compañeros. Pero resulta que incluso
los perros aprecian el incentivo, el elogio y la censura. Los salvajes
más primitivos tienen sentimientos de gloria, como demuestran
claramente al conservar los trofeos de sus proezas, por su costumbre de
jactancia excesiva, e incluso por el cuidado extremo que ponen en su
aspecto personal y en sus decoraciones; tales hábitos no tendrían
sentido a menos que consideren la opinión de sus compañeros. (...)
Por ello podemos llegar a la conclusión de que el hombre primitivo, en
un período muy remoto, estaba influido por el elogio y la censura de
sus compañeros. Es evidente que los miembros de la misma tribu
aprobaran la conducta que les pareciera que era para el bien general, y
que reprobaran la que pareciera mala. Hacer el bien a los demás
("Tratad a los hombres como vosotros queréis ser tratados por ellos")
es la piedra fundamental de la moralidad. Por ello, apenas es posible
exagerar la importancia durante tiempos primitivos del amor por el
elogio y del temor a la censura. Un hombre que no se viera impelido por
ningún sentimiento profundo e instintivo a sacrificar su vida por el
bien de los demás, pero que se viera estimulado a dichas acciones por
un sentimiento de gloria, mediante su ejemplo excitaría el mismo deseo
de gloria en otros hombres, y reforzaría mediante ejercicio el noble
sentimiento de la admiración. De este modo haría más bien a su tribu
que engendrando descendientes con una tendencia a heredar su propio
carácter elevado.
Con
una experiencia y razón acrecentadas, el hombre percibe las
consecuencias más remotas de sus acciones; y las virtudes de amor
propio, tales como templanza, castidad, etc., que durante las épocas
primitivas, como hemos visto, no son tenidas en cuenta en absoluto,
llegan a ser muy estimadas o incluso se consideran sagradas. Sin
embargo, no necesito repetir lo que ya dije a este propósito el
capítulo anterior. En último término, nuestro sentido moral o nuestra
consciencia se convierte en un sentimiento muy complejo: se origina en
los instintos sociales, es conducido en gran parte por la aprobación
de nuestros semejantes, regido por la razón, el interés propio y, en
los últimos tiempos, por profundos sentimientos religiosos, y
confirmado por la instrucción y el hábito.
No hay que olvidar que aunque un
elevado nivel de moralidad no confiere más que una ligera ventaja, o
ninguna en absoluto, a cada hombre individual y a sus hijos sobre los
demás hombres de la misma tribu, en cambio, un aumento en el número de
hombres bien dotados de cualidades y un progreso en la norma de
moralidad otorgará ciertamente una inmensa ventaja a una tribu sobre
otra. Una tribu que incluya muchos miembros que, por poseer en grado
alto el espíritu de patriotismo, fidelidad, obediencia, valentía y
simpatía, estén siempre dispuestos a ayudarse mutuamente y a
sacrificarse por el bien común, será victoriosa sobre la mayoría de las
demás tribus; y esto será selección natural. En todas las épocas y en
todo el mundo, unas tribus han sustituido a otras y, puesto que la
moralidad es un elemento importante de su éxito, la norma de moralidad
y el número de hombres con buenas cualidades tenderá a crecer y a
aumentar en todas partes. (170-172)
A añadir aquí el capítulo de Fielding sobre el teatro de la aprobación y desaprobación en el mundo.
______
2022:
La lectura de La Riqueza de las Naciones de Adam Smith influyó la teoría de la selección natural de Darwin. Me pregunto si de alguna manera se vio Darwin influido también, en el pasaje anterior, por otra obra de Adam Smith, la Teoría de los Sentimientos Morales. Sea como sea, una noción de selección natural de los sentimientos morales tal como la que aquí se apunta está implícita en la obra de Smith, que podría considerarse también un incipiente tratado de psicología evolucionista.
Más hablo sobre el evolucionismo moral de Smith en este artículo sobre
"La construcción afectiva de la realidad social."
https://www.academia.edu/32391218/
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