Me comunica el coordinador de nuestro programa de Doctorado, que ha habido un cambio en los criterios del Rectorado y que por fin se me incluye, a mí y a los demás doctores que no figurábamos, en la web de los programas de Doctorado. Esta es la nueva instrucción que han recibido:
Estimados coordinadores:
Siguiendo indicaciones de la Jefe del Servicio de Programas y Posgrados y con el objeto de mejorar la información pública que, respecto de los estudios de Doctorado, se incluyó en la web con ocasión de la convocatoria de la mención hacia la excelencia y para que la base de Doctorado resulte plenamente expresión de la Oferta en Doctorado de la Universidad de Zaragoza, le traslado la instrucción recibida del Vicerrector de Política Académica para que, en el apartado de profesorado, se incluya la totalidad de los profesores con capacidad de dirigir tesis.
Como es lógico. Yo tuve mis más y mis menos con la cuestión, protestando por mi exclusión al coordinador, y luego al Vicerrector—sobre todo habida cuenta de que en mi caso en concreto había una orden judicial expresa de incluirme en el programa. Me sospecho que nuestras protestas al Vicerrectorado, y no sé si las de otros también, han influido para reconducir esta situación que suponía una exclusión de facto de los programas de la mayoría de los doctores de la Universidad.
La historia se repite, porque ya hace años se me "extrajo" del programa de Doctorado de mi departamento por una triquiñuela legal, y sólo por sentencia judicial logré que se me readmitiera. Y otra vez para afuera, y otra vez para adentro. A ver cuánto duro aquí ahora, ya no digo cuántas tesis logro dirigir, que eso ya es para nota.
Por A, por B o por C, desde hace años en este departamento, si no en esta universidad, hay que nadar contra corriente todo el rato, sólo para seguir en el mismo sitio. Y lo llamativo es que a la mayoría del profesorado al parecer le da igual que le quiten prerrogativas, que les anulen el título o que les supriman el programa de doctorado o hasta la titulación. Seguramente ahí está el problema más gordo, en esa pasividad tan bovina, pastoreada por los Responsables.
En fin, sea como sea, el asunto se resuelve de momento, y le envío noticia a mi abogada de que no va a ser necesario solicitar por vía judicial el cumplimiento de la sentencia que ordenó mi inclusión en el programa de Doctorado.
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Hablando de doctores y doctorados, hoy observaba fernand0 que aún no está la cosa aquí tan mal para ellos como en USA. Pero todo llegará y lleva camino, con los últimos recortes y los que vienen. De momento, podemos ir apuntándonos la parte que nos toca de la crítica que le hacía Mark C. Taylor al sistema del doctorado.
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