jueves, 4 de junio de 2009

Torbellinos de información


Aquí cuelgo un artículo sobre narratología, lectura, e interpretación: "Múltiples lectores implícitos". Es otro blog post que, revisado y expandido, envío al Social Science Research Network. Por estas fechas llevo varios miles de visitas, y 1220 descargas de artículos. Supongo que muchos visitantes se desaniman al ver que la mayoría de los artículos (los míos, digo) están en español.

También me informa la web del SSRN que mi "Author Rank" es de 8.240, de entre 113.434 autores. Eso quiere decir, supongo, que estoy entre el diez por ciento superior. Quien no se consuela es porque no quiere, aunque vaya el ocho mil y pico de la fila. Citarme no me cita nadie—hasta esas alturas de éxito no nos hemos elevado. Qué caras van las citas... 

Según Taleb, en El cisne negro, las citas y los visitantes de Google, como otros factores numéricos (y en especial los relacionados a procesos de información global o infecciosa) pertenecen a lo que él llama la economía "escalable", o Extremistán (opuesta a la economía no escalable o "Mediocristán"). Los fenómenos escalables dependen de procesos accidentales y aleatorios que no tienen relación directa con el trabajo que uno le dedique a la cosa. Taleb es provocador, à la Oscar Wilde: en el arte, "lo que generalmente llamamos 'talento' es fruto del éxito, y no al contrario" (76). El éxito llama al éxito, pero esto es más visible en la economía de la información escalable, "cuando alguien a quien se considera mejor sólo marginalmente se lleva todo el pastel" (76). Lo mismo sucede con los éxitos discográficos, las ventas de libros, el éxito de los famosos... etc. 

La calidad de un best-seller para nada tiene que ver con su éxito de ventas; otro libro en el mismo género e igual de bueno no vende nada. Y es que queremos leer lo que todo el mundo lee, así nos comunicamos y nos aclaramos: el gráfico de la globalización necesita una cabeza bien visible, además de una larga cola. Así que estos fenómenos de difusión social siguen un proceso que yo llamo "torbellinos de información" (Taleb lo llamaría un cisne negro o discontinuidad azarosa imprevisible—lo cierto es que este Taleb, además de parecérseme físicamente, coincide conmigo en varias líneas de razonamiento... pero él es un cisne negro, supongo que por azar, jaja!). 

Si no se crea un torbellino en torno a ti, es inútil que te esfuerces por agitar el aire. Hombre, igual ayuda, pero igual no, igual deshaces las corrientes... es imprevisible. La información, como la peste porcina o la escarlata, va por epidemias:

El éxito de las películas depende mucho del contagio. Tal contagio no sólo se aplica al cine: parece que afecta a una amplia variedad de productos culturales. Nos es difícil aceptar que las personas no se enamoran de las obras de arte por ellas mismas, sino también para sentir que pertenecen a la comunidad. Mediante la imitación, nos aproximamos a los demás, es decir, a otros imitadores. Así se combate la soledad. (El cisne negro 77)

O sea, que sin el valor añadido que les añadimos a las obras con nuestra atención—sin ponerles un buen marco alrededor, y mirarlas con admiración, y atraer a otros para que las miren, y señalárselas.... poco valen. El marco, y sobre todo el marco del marco, es más importante que el cuadro. Vamos, que si aunque el sitio del cuadro esté vacío, igual va a ir la gente a mirar el marco. Sin el valor añadido de la información y la atención, digo, el valor propio de la obra se queda en poquita cosa. Por grande que sea. Y por pequeño que sea, se magnifica—de ahí el escándalo del arte feo del siglo XX, resultante de torbellinos de información y procesos de señalamiento ejercidos prácticamente en vacío. ¿Ha hecho reflexionar eso lo suficiente sobre la esencia del arte, o sobre el origen de la calidad intelectual? A los marchantes quizá; a los críticos parece que no tanto.

En lo que se refiere a Google, creador de torbellinos, lo tenía yo un poco mareado: tan pronto me daba 15.000 resultados de búsqueda con mi nombre, como más de 100.000: últimamente parece haberse estabilizado en torno a los 27.000. Pero ahora es a Yahoo a quien tengo mareado, o quien se ha montado un torbellino conmigo: hoy me da 225.000 resultados al buscar "Jose Angel Garcia Landa" así con comillas. Pero los torbellinos de Yahoo no son comparables a los de Google, pues el propio Yahoo es, en tanto que torbellino, inferior a Google. Torbellinos generan torbellinos—si ya decía Descartes, científico centrífugo, algo de esto de los torbellinos; lo que pasa es que se equivocó al aplicarlo a la materia y no a la información, pues es ésta la que genera objetos sólidos a partir de torbellinos.



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