Tengo hoy una pequeña colección de récords, aunque sean modestos, que no doy para mucho, y aunque la modestia sea falsa.
- Si Academia no miente, estoy posicionado en el 0,1 por ciento superior, un puesto que ya lo querría para sí Steven Pinker, o cualquier otro en Harvard.
- Si la SSRN no miente, estoy en el puesto número 10 mundial en al menos una de sus categorías de alto ránking.
- Y si ResearchGate no miente (aunque todo el mundo miente tarde o temprano soy también esta semana el más leído en ciertas áreas de interés (en Filosofía, el Literatura, en Lingüística, en Análisis del Discurso...) —aparte de en mi departamento y en mi institución, por redundante que sea.
Igual el Rector me envía una felicitación un día, por tanto buen posicionamiento, y así me quita el mal sabor de boca de cuando me obligó hace seis meses a borrar la mitad de los contenidos de mi web en la Universidad. Incluyendo el blog que elaboraba pacientemente, e inasequible al desaliento, desde hace quince años.
Que para bloguear en la academia quince años, y que la primera acción de reconocimiento de tu universidad no sea ponerte un comentario, por ejemplo "No pones nada de pedagogía no es nada interesante tu blos", sino que sea eliminarte el blog de su web... hay que ser realmente inasequible al desaliento.
En fin, que cabreado me tienen, a pesar de mi buen posicionamiento. Poner palos en las ruedas, esa es la impresión que me ha dado a mí de todo esto, para una vez que se ocupan de mí.
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