miércoles, 14 de noviembre de 2018

Retropost (14 de noviembre de 2008): La boda de Rachel


Película bastante visible sobre disfuncionalidades familiar
es—con las tensiones saliendo a la luz, por enésima vez se supone, con ocasión de la boda de una de las dos hijas, Rachel. La protagonista no es Rachel sino más bien su hermana Emma (Anne Hathaway), que hace una actuación memorable de una yonki en fase de recuperación. Le dan suelta de su centro de rehabilitación para la boda de su hermana, y tras la acogida inicial vuelven a salir poco a poco todos los roces, trapos sucios del pasado, reproches, y dinámicas pervertidad en la relación de Emma con su familia. Sus padres están divorciados y recasados, otro motivo de tensión en la boda. La madre se ha distanciado bastante de las hijas y lleva su vida lo más ajena que puede: aun con todo Emma se las arregla para acabar a tortazo limpio con ella, y refrotarle lo que ella entiende fue su irresponsabilidad—para quitarse parte de la culpa que Emma misma arrastra. Rachel Getting Married Anne HathawayUn trauma del pasado es la muerte de Ethan, su hermano pequeño, hace años, cuando se supone que Emma lo cuidaba—pero iba drogada y se estamparon con el coche. Ahora Emma repite la maniobra en una crisis de lloros y desgarros, y se estampa otra vez con el coche tras pelear con su madre, aunque sale sin mayores daños del accidente... y hace de madrina en la boda por fin. Con Rachel hay tensiones, de esas que a veces se crean en familias de dos hermanas, por atención distinta dedicada por los padres a una y otra... Rachel, cuya vida es más o menos un éxito, se siente dejada de lado por sus padres, más pendientes de los traumas y crisis y adicciones de Emma. Y tiene con ella una relación de amor-odio: Emma la saca de quicio y la vuelve bitch como no parece ser con nadie más. El padre de las dos es un buen hombre, traumado como todos por la pérdida de su hijo hace años, pero haciendo lo que puede por mantener a todo el mundo a flote... aunque también resentido con su esposa por el divorcio. En un concurso chistoso de llenar el lavavajillas compitiendo contra su yerno, se le funden de repente los plomos cuando alguien saca de la alacena el platito de Ethan. Pero el hombre razona, y se aviene, y hace lo que puede... muy buena actuación por cierto de Bill Irwin en este papel, e impresionante como digo la de Anne Hathaway, aunque un actor secundario casi se carga la película en la escena de la peluquería... En fin, termina la estancia de dos días de Emma, y vuelve a su centro de rehabilitación escoltada por su poli buena. Quizá un poco más cerca de exorcizar los resentimientos del pasado, con catarsis a gritos y con pequeñas ceremonias de expiación. Tiene ciertas perspectivas de salir adelante, y de encontrar un modus vivendi con su familia, y hasta encuentra un ligue en la boda, un colega de la rehabilitación que había ido allí entre los amigos del novio. Promete la cosa para el futuro, con lo cual las emociones de la película no están totalmente lastradas por el peso del pasado. Otras cosas que se ven: la pesadilla que es (tal como yo lo veo) un bodorrio a la americana, con carpa y bailongo y discursos obligatorios sentidos e ingeniosos para todos los amigos—aunque el discurso de Emma, egocéntrico y forzado, casi agua la fiesta del todo. Mucha música, y buena (el novio es músico y se aprovecha para ponernos muchas sesiones de jazz de fondo o en primer plano). La cámara es extremadamente dinámica y nerviosa—empieza casi mareante, de puro tembleque, comunicándonos la inquietud interior de Emma—aunque luego se tranquiliza un tanto, por suerte para el espectador, que iba a acabar mareado. Y otra cosa, la película es muy determinadamente, single-mindedly, color-blind—la familia de Rachel es blanco-judía, y la de su novio es negra, pero no sólo no se menciona el tema racial para nada, sino que no hay la menor reacción atmosférica al asunto ni tensiones implícitas en ningún momento: un problema evaporado, éste de la raza, en el mundo de la boda de Rachel y en el de la película. En otras escenas también se aprecia esta determinación en que la raza no es cuestión aquí. Será que es práctico tener unos problemas para así olvidarse de otros, o es quizá para disimularlos. Por cierto, que la feliz pareja se va a ir a vivir a Hawaii, de donde viene Obama, y Rachel cuando esté curada y se eche de novio a su best man también irá a Hawaii. Parece haber un mensaje obamático - posttraumático - postracial en todo esto, y es muy politically correct: aunque claro, en América llama un tanto la atención esto de no llamar la atención sobre la raza. En suma, película con chica tóxica guapa e irritante, a la que el espectador por turnos aborrece, o compadece, o admira por su desengaño; destructiva, vulnerable y deseable a la vez. E indeseable también, muy indeseable. Palabras clave: Adicción, Autoayuda, Hermanas, Familia, Trauma, Boda, Tensiones, Catarsis, Multirracial.

La boda de Rachel. Dir. Jonathan Demme. Cast: Anne Hathaway, Rosemarie DeWitt, Debra Winger, Mather Zickel, Bill Irwin. Sony Pictures, 2008.




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