"Enoch Soames", relato de Max Beerbohm sobre un poetilla decadentista, de Max Beerbohm, es una parodia deliciosa de las pretensiones e ilusiones literarias, y uno de los mejores cuentos recogidos en la Antología de la Literatura Fantástica de Borges, Ocampo y Bioy Casares (1940). Según el relato, Enoch Soames había pasado al más completo olvido en 1997. Para dar un poco de relumbre a su fama, aquí pongo uno de sus poemas. Me gusta como ejemplo de ese curioso subgénero de obras literarias: las escritas por una persona que no ha existido, y que, sin embargo, ellas existen. El poema "Nocturne" de Enoch Soames no lo escribió el autor Max Beerbohm, que se limitó a imaginar a su autor y a hacerle escribir.
NOCTURNE
Round and round the shutter'd Square
I stroll'd with the Devil's arm in mine.
No sound but the scrape of his hoof was there
And the ring of his laughter and mine.
We had drunk black wine.
I scream'd, "I will race you, Master!"
"What matter", he shriek'd, "to-night
Which of us runs the faster?
There is nothing to fear to-night
In the foul moon's light!"
Then I look'd him in the eyes,
And I laugh'd full shrill at the lie he told
And the gnawing fear he would fain disguise.
It was true, what I'd time and again been told:
He was old—old.
Round and round the shutter'd Square
I stroll'd with the Devil's arm in mine.
No sound but the scrape of his hoof was there
And the ring of his laughter and mine.
We had drunk black wine.
I scream'd, "I will race you, Master!"
"What matter", he shriek'd, "to-night
Which of us runs the faster?
There is nothing to fear to-night
In the foul moon's light!"
Then I look'd him in the eyes,
And I laugh'd full shrill at the lie he told
And the gnawing fear he would fain disguise.
It was true, what I'd time and again been told:
He was old—old.
La antología me la regaló MJ en 1991—ahora me la he leído. Yo también estoy más viejo, como el diablo. Hace pensar este relato, ¿quién hablará de nosotros en 2097? ¿Y qué importará lo que digan?
Bueno... serán nuestros nietos, si los hay. Y seremos para ellos seres de palabras, ni más ni menos fantasmales que Enoch Soames. Y todas nuestras obras, poemas de autor inexistente.
—oOo—
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