Hace un rato estaba yo por Francia y anunciaban entre risas en la radio la muerte de la cantante belga Maurane, una de las que más me gustaron en aquellos años en los que se compraban discos. Y cassettes. Ahora pronto todo pasó. Los últimos aparatos de música, que tanta ilusión nos hizo en su tiempo comprarnos, se los llevan los buhoneros.
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