Con críos ni al cielo (II)
Publicado en Nenes. com. José Ángel García Landa
Está
difícil la dinámica social navideña; bueno, para qué engañarnos, está
difícil la dinámica social en general. Es difícil verse con los amigos,
tanto en su casa (imposible) como en la tuya (difícil, difícil). Tampoco
se presta mucho la cosa a quedar al aire libre, en invierno. Y en un
sitio cerrado, con los críos... Ay los críos. Nadie los quiere ver ni en
pintura. "Hola, qué tal, ¿quedamos a echar un café?" - "OK... ¿Será sin
niños, espero?" - "Ejem, no; es que no los puedo dejar solos en casa" -
"Ah, entonces no, lo siento. Estarán majísimos, por cierto, que hace
tiempo que no los veo. Bueno, adiooos... ". A decir verdad, aunque a
veces pasa esto, en realidad casi ni se plantea la situación, por
convenciones occidentales. En fin, reconstruiré mi vida social a partir
de cero cuando crezcan. (Casi digo cuando se vayan de casa,
pobrecicos). De momento, mañana embarcamos para Biescas (con el coche
recién extraído del taller, que siempre nos falla a última hora), y allí
los echamos al maremágnum de primos, que esos sí que los quieren ver, y
los abuelos son sufridos. Ya se sabe que a donde no llegan los amigos
llega la famiglia. Y al parecer, los niños son de por sí una situación
límite. En Occidente.
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