Publicado en Terrorismo. com. José Ángel García Landa
En
el País Vasco, si no comulgas con la religión mayoritaria, te puedes
volver analista crítico del discurso de manera espontánea. Las medias
palabras, los eufemismos y las presuposiciones que se utilizan en el
discurso público son tan evidentes, tan llamativas, que resultan de por
sí un ejercicio práctico de lingüística aplicada. Es lo que le sucede a
Rosa Díez, por ejemplo. Hoy, en su blog de Basta Ya habla
de la perversión del lenguaje, perversión ya instalada desde que viene
bendecida desde las alturas por la política de Zapatero, una política de
un doublethink tan pasmoso que
dejaría a Orwell sin vocación de escritor. No sorprende que en este
contexto el jefe de la policía no detecte señales de que la Eta se esté
rearmando, o que el ministro del interior dé una rueda de prensa para no
desmentir ni confirmar que se está dialogando con los terroristas, pero
sí para criticar a quien se atreva a opinar al respecto. Claro que esas
declaraciones de no sabe no contesta pero ya nos entendemos son en sí
mismas síntomas para quien las analiza con un mínimo de honestidad
intelectual. Síntomas muy malos. Mal vamos, como dicen en Basta Ya,
cuando las obviedades del discurso de navidad del Rey (apoyando la ley y
el Estado de Derecho y condenando el terrorismo) son ávidamente
comentadas... De la misma manera, las declaraciones torticeras de gente
como Patxi López (que nos informa de que los etarras deben "perder el
miedo") o de los responsables del gobierno vasco, han de leerse entre
líneas; entre líneas se comunica todo en el País Vasco. Así lee Rosa
Díez las declaraciones del portavoz de los empresarios vascos sobre si
lleva buena marcha el "proceso de paz":
El
portavoz de Confebask ha hablado del "proceso"y ha respondido a una
pregunta sobre las extorsiones a empresarios vascos. Se ha mostrado
"preocupado y esperanzado" por la marcha del "proceso". Y ha dicho que
ni desmiente ni confirma que existan extorsiones. Que "puede haberlas",
que estando las cosas como están, "no digo que las haya, pero puede que
existan".¿Cómo es posible que se atreva a dar esta respuesta? O las hay,
o no las hay. Si no conoce que las haya, la respuesta es :"no me consta
que existan". Y si sabe que existen, la respuesta será: "Si, se están
produciendo extorsiones". Claro que ante su respuesta todo el mundo ha
sabido a qué atenerse: (1) las extorsiones se siguen produciendo; y (2):
el portavoz en cuestión no se "atreve" a reconocerlo, no vaya a ser que
le tilden de "enemigo del proceso".
Estas
declaraciones, claro, deberían oírse en directo, con sus dudas,
interrupciones, lapsus linguae y tonos esquivos: son de por sí una
dramatización práctica del pensamiento confuso, aterrorizado y
deshonesto a que lleva la política de ambivalencia hacia el terrorismo
en el País Vasco. Pensamiento confuso, y lenguaje confuso. Que a su
manera, para quien quiere ver lo que hay, es clarísimo.
Mientras,
EHAK dice que no saben si se presentarán a las elecciones, que están a
la espera de lo que decida Batasuna... claro que esto tampoco probará
nada para el Fiscal General del Estado sobre la conexión entre unos y
otros. Quien está decidido a no ver acabará por no ver. Es una elección
deshonesta que lleva a la mediocridad y a la ceguera moral. Ese es el
mayor daño que ha hecho la Eta en el País Vasco, embrutecer el sentido
moral de toda una sociedad. Luego ya no captan ni las implicaciones y
presuposiciones de lo que dicen y oyen decir. Leer entre líneas y decir
claramente lo que allí se lee es una opción política y moral admirable
en ese contexto. Que les sea leve a los analistas críticos del discurso
en el país vasco; tienen trabajo. Y con el Proceso de Zapatero, el mismo
clima y el mismo dilema se ha extendido a toda España. Qué cruz, la
ceguera voluntaria.
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