1 de enero
Y en el reloj de antaño, como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás...
We blog in Por la boca muere el pez, a cuenta de las víctimas del maremoto, y también de un artículo sobre los amigos invisibles que se crean los niños. Otro blogger decía que los mayores también se crean uno: Dios. Y yo añado que hay otros amigos imaginarios creados a través de ordenadores, blogs, chats... Aunque una cosa sí dice la experiencia: que no hay una distinción clara entre los amigos imaginarios y los reales, como no la hay en general entre nuestra experiencia imaginada y la real.
Exploro un desván de esos que tienen, como la mente, recovecos inaccesibles quizá alcanzables en una próxima exploración, pero no en esta. Descubro cartas viejas, dirigidas a quién? A mí entonces, y a mí ahora también, un poco al menos. Quien hace caso a amigos invisibles o imaginarios puede acaber entrando en conversaciones imaginarias.
Oscar y Pibo juegan con el Robosapiens de sus primas, y se lo pasan bomba tirando piedras al río, volviendo de la poza de los Chopos. Bueno, de la ex-poza, porque el río de Biescas fluye aún más que el de Heráclito. No te bañarás dos veces en la misma poza, a menos que vayas provisto de una excavadora.
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