Me acuerdo de una página web que se presentaba chistosamente titulándose "Internet empieza aquí"—como si en la Web hubiese algún punto de entrada o portal privilegiado. (La idea misma de "portal" contiene el mismo chiste, con menos autoironía). Acabo de leerme ahora Electronic Literature: What Is It? de N. Katherine Hayles, muy interesante, cómo no, pero que me ha producido una sensación parecida, como si no acabase de captar la medida en que la web ha transformado el concepto de literatura electrónica. O más bien como si estuviese acotándolo en una fase (la de los hipertextos autocontenidos) ya superada. Como está superada (y a la vez conservada) toda la literatura por Internet, donde se realiza plenamente el ideal de poem unlimited o de jardín de senderos que se bifurcan, partiendo de cualquier enlace, por ejemplo de cualquiera de estos—de éste, pongamos. Un blog vendría a ser una especie de modelo reducido, o a escala, de ese laberinto que es la red, o una travesía determinada del mismo. Travesía, o, a veces, inmersión sin salida posible. Ahora paso a leer "The Labyrinth Unbound: Weblogs as Literature" de Steve Himmer.
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